
Secciones
Servicios
Destacamos
Sin duda es el cocinero más mediático. Karlos Arguiñano es único, tanto elaborando sabrosas recetas de cocina como cuando llega la hora de aderezarlas con anécdotas y chistes variados. Y es que el chef de guipuzcoano sigue imprimiendo su propio sello en cada uno de los programas de 'Cocina abierta' que presenta cada día en Antena 3. Esta semana ha vuelto a hacerlo con una graciosa anécdota que ha dado mucho que hablar.
Para la ocasión, Karlos Arguiñano apostó por una receta de cocina muy sabrosa: conejo al romero con manzanas. El popular beasaindarra comenzó a elaborar el plato, siguiendo el paso a paso preestablecido. Eso sí, en un momento dado, se le ocurrió hablar sobre cómo cría a los conejos que tiene en su casa. Y ello le sirvió de perfecta excusa para traer a colación una anécdota que vivió de pequeño, cuando la familia Arguiñano tenía dos cerdas. Lo hizo, cómo no, con ese inconfundible estilo del que siempre hace gala: con chispa y, sobre todo, con mucha gracia.
Noticia Relacionada
«Curiosa es la vida, ¿eh? Ayyy… Viéndoles a los animales, me acuerdo mucho de nosotros.mismos, que somos otro tipo de animal. Y la verdad es que es… no sé si alguna vez os he contado que yo tenía dos cerdas, navarras, extraordinarias, tenían un aspecto… Una era gordita, gordita, y otra larga, larga. Y pensé: 'claro, las voy a tener que cruzar'. Porque me daba pena que las dos hembras estuvieran allí solas. Y entonces traje un macho. ¡Uyss el macho! ¡Qué nervios, qué nervios cuando vio a las dos hembras! Como diciendo: '¿Pero las dos para mí?' Pues sí, Karlos Arguiñano es así de generoso y te ha puesto las dos hembras para ti», comenzó a relatar con su clásico tono jocoso.
Karlos Arguiñano siguió elaborando los trozos de conejo, a la vez que alargaba la explicación sobre tan señalado momento. «Oye, si veis el espectáculo que vi yo... Estaba con mi padre, mi difunto padre, los dos. Viendo, claro, los dos éramos… hombres. Asustados del nervio que tenía el macho del cerdo: sacaba una cosa así -marca con las manos una medida de 50 cm.-, como un estilete. Y mi padre y yo, así, como apartándonos», continuó muy gráficamente.
En un momento dado, el popular cocinero cayó en la cuenta de que el programa se emitía en horario para todos los públicos, y que quizá debía cortarse un poco… pero Arguiñano es mucho Arguiñano… y le dio exactamente igual. «Os voy a decir una cosa, estamos en horario infantil, pero es igual, esto es mundo animal. Resulta que el cerdo fallaba al enchufar. Ti, ti…Soltaba el semen a seis u ocho metros de distancia. Y entonces mi padre y yo nos mirábamos como diciendo: '¡Jo, lo nuestro qué triste es!'».
Al propietario del restaurante zarauztarra que lleva su propio nombre le entró una sonrisa pícara con el momento, pero concluyó, con rostro pillo y dicharachero. «Impresionante. Cuando el macho ya enchufaba, al sacar, 'pum': se quedó patas arriba. Y, ella, comiendo tranquilamente. De ahí venimos todos», sentenció.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Todo lo que necesitas saber del Rallye Festival Hoznayo
El Diario Montañés
Importante aviso de la AEMPS a los diabéticos
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.