Julen Aginagalde repasa su trayectoria en imágenes

«Éramos los anfitriones. Aquí yo no llevaba muchos años en la selección, fue como el inicio de un grupo. Fue muy especial en ese aspecto, el ver que podíamos estar cerca de los grandes. Parecía que no íbamos a ser capaces. Verte ahí como campeón del mundo, da vértigo».

«Con el Kielce éramos los menos favoritos, fue impresionante. Ganar al París en semifinales fue un hito. En la final íbamos perdiendo de 9 en la segunda parte. Era prácticamente imposible, sacamos fuerzas para remontar. Tal y como fue el final, con el penalti… Me emociona verlo».

«Fue un subidón. Era el primer Europeo, parecía que al principio se nos resistían, teníamos el Mundial pero nos faltaba esa medalla. Fue bonito, porque hubo un momento en el que estábamos prácticamente fuera, pero la forma en la que le dimos la vuelta fue básica para ganar».

«El no haber estado en Río nos marcó mucho. Las ganas y la obsesión por esa medalla fueron importantísimas. Éramos la generación que tanto había luchado por aquello. Fue tan importante por ser el colofón para muchos, los que terminábamos un ciclo y al final pudimos conseguirla».

«Al verlo siento responsabilidad. Orgullo por una parte y un poco de vértigo también. Es que yo he sido aficionado, he visto aquí ganar una Copa de Europa. He disfrutado con grandísimos jugadores. Poder ver que mi camiseta está ahí colgada ha sido muy emocionante».