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Si Marcello Mastroiani bajaba por vía Veneto en 'La dolce vita', Simon Yates subió este lunes por las escaleras de la estación de metro de ... Magliana en el barrio de EUR de Roma donde vivía Pasolini. El inglés, turista improbable en una ciudad tomada por los turistas, acudió al barrio para inaugurar un mural dedicado al Giro de Italia y estampar su autógrafo. Llegó enfundado en la maglia rosa, que conquistó con todo merecimiento con su golpe maestro en La Finestre el sábado.
El maillot, en perfecto estado. Tras la victoria, no durmió con él puesto. «No. Tuve pocas horas de descanso. Me acosté a las 2.30 horas, no podía dormir. Pero la maglia rosa estaba en el sofá de la habitación, muy cerca de mí», explicó el ganador del Giro.
A los 33 años, se le ha visto emocionado como nunca desde que llegó a la meta de Sestriere. Ya en Roma, tras la victoria, explicaba que «no soy una persona emotiva, pero esta vez no pude contener las lágrimas. El Giro es algo por lo que he trabajado toda mi carrera, año tras año. Ha habido muchos contratiempos, pero por fin lo logré. Todo eso estaba detrás de mis lágrimas. Siento que mucha gente está en sintonía con esta historia, con el hecho de que recuperé lo que se me había arrebatado, siete años después y en la misma subida que me había rechazado. Se ha cerrado un círculo».
Añadió que «desde que me convertí en profesional, siempre soñé con ganar las mejores carreras y, por supuesto, las grandes vueltas son la cumbre de nuestro deporte. Me enamoré del Giro en 2018 y aunque he tenido mis altibajos es una carrera que me interpelaba constantemente, y al final he conseguido ganarla. Todavía no me lo puedo creer, pero es un sueño hecho realidad».
Se le preguntó a Simon Yates si después de los duros reveses que le había propinado el Giro en el pasado, llegó a pensar en colgar la bici. «Algo así, sí. Todo el mundo recuerda aquella derrota en la Finestre hace siete años, pero en 2022 me caí y tuve que retirarme después de haber ganado dos etapas. En general, a lo largo de mi trayectoria he tenido dudas, como todos. Incluso pensé en dejar el ciclismo y dedicarme a otra cosa».
Yates no ocultó su inmensa sensación de triunfo: «Creo que estoy en la cima de mi carrera. No sé cuánto mejor puedo llegar a ser a partir de ahora». Con todo lo sucedido en las últimas dos etapas del Giro, Yates cree que «la vida sigue su propio camino. Y luego, en el momento justo, te trae lo que mereces».
Reveló que el sábado, desde el coche del equipo, le dijeron '¡qué gran historia estás escribiendo!'. «Lo escuché y por dentro me quedé sin palabras. Ni siquiera entendía qué estaba pasando. Entonces, con todos los mensajes que recibí, comprendí que había escrito un pedazo de historia».
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