«En el gimnasio te controlan si te despistas con la tele, ¡es una familia!»

Maialen Chourraut lo explica con claridad. «El Atlético es un gran club. Con muchísimas secciones y un ambiente increíble. Es nuestra casa. Vienes al gimnasio y te controlan si estás despistada viendo la tele. ¡Me encanta eso! Es una gozada venir, saludar y estar con unos y otros. Lo más bonito es esta forma de convivir que tienen distintos grupos, desde los pequeños hasta los veteranos. Da igual que seas chico o chica, que tengas 8 años o 66. Esa riqueza que se genera entre diferentes es lo que más gusta. Desde pequeños se han mantenido unos valores. Se ha dado importancia al respeto, a pelear por objetivos».

La ayuda y solidaridad cobran valor en la dificultad, tal y como cuenta la lasartearra. «Cuando vienes aquí el primer día ya es un gran reto. Te dicen que te tienes que volcar, lo ves negro, pasas miedo... Y desde el principio hay grandes retos. Y desde el principio hay gente ayudándote que no está ni en tu grupo. ¿Por qué te ayudan? Porque a ellos se les ayudó. Vas cogiendo esos valores que vas aplicando según pasa el tiempo. Todo se genera y se crea en este club».

Miren Lazkano, por su parte, asegura que «yo he pasado más tiempo aquí que en mi casa. Siempre hemos tenido un apoyo incondicional, haya ido bien o mal. Cuando llegas tras una mala competición, la gente apoya igual. Eso vale oro.

Pau es «el que menos tiempo llevo aquí, pero he venido desde txiki los veranos. Es una familia. Está guay que los pequeños te vean como ejemplo. Está guay la ducha: hablar y vacilar. En familia, todo es muy bonito».