Lucas Eguibar: «Aquí no hay favoritos, todos partimos de cero»

No lo va a tener fácil en Pekín porque el circuito no se ajusta a sus características. Es un recorrido al que se adaptan mejor los 'regulars', los que van con el pie izquierdo delante en la tabla. Ellos trazan las dos curvas del recorrido que pueden marcan diferencias de cara, mientras que Eguibar, que es 'goofy', con el pie derecho delante, lo debe hacer de espaldas lo que dificulta la trazada. A él le cuesta más ganar posiciones y también es más vulnerable. A Eguibar la van más los circuitos que no son ratoneros, los que tienen rectas largas y curvas abiertas. En Pekín, igual que viene sucediendo en las pruebas de la Copa del Mundo de esta temporada, el circuito está pensado para que brillen otros y no él, pero Eguibar es el campeón del mundo y siempre es candidato por mucho que todo sean dificultades. Por si fuera poco, su entrenador dio positivo por Covid y no ha podido acompañarle. «En los entrenamientos ocupé el puesto decimoséptimo y cometimos bastantes errores. Confío en darle la vuelta porque ya he visto dónde he fallado y creo que puedo hacerlo mucho mejor. Los elementos están en contra pero aquí no hay favoritos, todos partimos de cero», confesaba el donostiarra. A eso se agarra y a su experiencia en citas de alto nivel.

A partir de las 4.15 de la madrugada (11.15 de la mañana del jueves en China), luchará por una medalla en la pista Secret Garden del Parque de Nieve de Zhangjiakou, a 180 kilómetros al noroeste de la capital china. En este oasis de nieve artificial, cuya blancura resalta todavía más entre la sequedad marrón de los jóvenes bosques de alrededor, aguarda la gloria. En rondas de cuatro, irán pasando de manga los dos primeros clasificados.

La última vez que Eguibar se deslizó con su tabla en China, a finales de noviembre del año pasado dentro de la clasificación de la Copa del Mundo, acabó en el puesto número 22. Una posición impropia de él que pretende corregir en estos Juegos. Como anticipo de su progresión, en diciembre escaló a la tercera plaza del podio en la prueba de la Copa del Mundo celebrada en Cervinia (Italia). Tras quedar quinto por una caída en la última cita de dicha Copa, que también tuvo lugar en Italia finales de enero, Eguibar vuelve a China con la vista fija en un metal olímpico. «Obviamente, mi objetivo es ganar el oro. Otra medalla me haría feliz también, pero en el Mundial, en 2017, gané la medalla de plata y luego, en 2021, la de oro, y la diferencia ha sido abismal», confiesa.

A sus 27 años, este donostiarra es una de las principales opciones de medalla por su abultado palmarés desde que competía, y lo ganaba todo, en las categorías infantiles. En 2015 alzó la Copa del Mundo y en 2017, en Sierra Nevada, fue subcampeón individual del Mundial y también por equipos junto a Regino Hernández, bronce olímpico en Pyeongchang 2018. Para Eguibar, son sus terceros Juegos después de Sochi 2014, donde acabó séptimo, y Pyeongchang 2018, que finalizó en el puesto 33.

Dicen que a la tercera va la vencida. Pero enfrente tiene, además de Haemmerle, a difíciles contrincantes como el austriaco Jakob Dusek, el canadiense Eliot Grondin y el alemán Martin Noerl, que le han superado en las dos últimas pruebas. «Voy un poco como a ciegas porque vengo de una lesión de espalda. Realmente no sé cómo va a afectar, aunque estoy entrenando bastante bien últimamente. Pero vamos con expectativas de peso, con muchas ganas», dice.