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Como doble campeón del Másters de Augusta, José María Olazabal ha sido uno de los comensales de la cena de campeones celebrada la noche del martes previo al inicio del torneo en la Casa Club del Augusta National. Es la tradición que inició Ben Hogan en 1952. El martes por la tarde después de la jornada de entrenamiento, asisten a la cena de los chaquetas verdes invitados por el defensor del título. Olazabal ha coincidido con su amigo Tiger Woods sobre el que se centran todas en las miradas porque reaparece mañana en competición después de su grave accidente de coche en febrero del año pasado que casi le lleva a perder una pierna.
En esta ocasión, el anfitrión de la cena ha sido el japonés Hideki Matsuyama, ganador de la edición del torneo del pasado año. Algo que queda claro con un simple vistazo al menú. Hideki ha apostado por la cocina y los productos orientales para su estreno en la cena, en la que ha estado Sergio García.
Matsuyama ha apostado por unos entrantes que incluyen sushi, sashimi, nigiri y unas brochetas de yakitori de pollo. El primer plato de la cena ha sido un bacalao negro miso glaseado. Y el plato principal, ternera wagyu de miyazaki con acompañamiento. Y de postre, un pastel de fresas al estilo japonés.
En 1995 José María Olazabal optó por una merluza a la vasca. Juan Mari Arzak, buen amigo suyo, se ofreció para cocinar para los campeones del Masters. Sin embargo, desde el Augusta National contestaron que ellos solos se bastaban. De poco sirvió que Arzak les enviara la receta por fax. De entrada, no encontraron ni merluza, que sustituyeron por fletán. Eso sí, prepararon unas tapitas con olivas y anchoa. Olazabal les sorprendió con un Rioja Faustino I que todos alabaron, aunque la mayoría prefirió cenar con Coca Cola.
En 2001, en vista del éxito, el hondarribiarra propuso un solomillo con patatas fritas, regado con Faustino I de la cosecha de 1994. Los responsables del Augusta National, para congraciarse un poco con Olazabal le dijeron que habían encontrado una cerveza española, Águila, y que si le parecía bien la podrían degustar sus invitados, a lo que el vasco accedió.
Severiano Ballesteros también puso su sello. El cántabro sorprendió a todos, en 1981, con un cocido montañés. Ahora los dietistas lo desaconsejarían y más aún para una cena en el mes de abril y en el estado de Georgia, donde la temperatura empieza a hacer mella en los termómetros. En vista del éxito, en 1984 Seve encargó carne con tomate, un guiso sencillo que prepararon al gusto de los yanquis, sin el mismo sabor que le da el aceite de oliva, el laurel o el vino de Jerez.
Uno de los ejemplos más curiosos de este famoso menú es el que ofreció Tiger Woods en 1998, tras la victoria un año antes en su primer Masters: hamburguesas con queso, sándwiches de pollo, papas fritas y batidos. Tiger tenía entonces 22 años.
La última vez que el menú de la cena de campeones fue preparado por un español fue en 2018 tras la victoria de castellonense Sergio García. Eligió una ensalada internacional para comenzar, un arroz caldoso de bogavante y para el postre García eligió la receta de su madre para el pastel de tres leches, servido con helado.
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