José Javier Zabaleta demuestra que es humano

Es raro verle fallar tanto con la zurda. El 2-0, el 3-0, el 13-7 y el 20-13 se marcharon abajo sin tocar el frontis mientras que el 8-5 y el definitivo 22-15 golpearon el colchón de arriba. Ninguno de los primeros disparos del guipuzcoano entrañaba dificultad alguna. La izquierda no le funcionó en defensa, pero es que la derecha tampoco le brilló en ataque. Todo lo contrario. Zabaleta no paró de tocarse los tacos evidenciando que algo no estaba bien en esa mano. El verano va poco a poco llegando a su fin y va pasando factura. Este sábado fue Rezusta quién cuajó un partido aseado. Dominó en el peloteo y también puso a prueba a Larrazabal con decididas cortadas que embarraron el juego y propiciaron errores del alavés. «Creo que yo he jugado bien aunque también he cometido algún error. Zabaleta creo que ha estado nervioso, pero seguro que si jugamos otro partido juntos no le vuelve a pasar», apostilló el delantero de Baiko. El de Etxarren declaró en Antzuola que no fluyen como pareja.

Este sábado en Viana fue precisamente el joven de 21 años quien llevó el peso de la pareja. Cometió seis errores, pero también sumó ocho tantos que valieron para que al menos los dos estén pendientes del televisor. Alguna de las dos parejas que juegan esta tarde en Galdakao tiene que hacer menos de 15 tantos para que los este sábado perdedores jueguen las semifinales en el Navarra Arena. Parece complicado.

El de Olabezar y Zabaleta fueron todo el partido por detrás en el marcador y la amenaza de la eliminación incrementó cuando el electrónico dibujó un peligroso 14-7. No obstante, ambos se metieron en el encuentro gracias a la valentía de Larrazabal pero también por los regalos de Peña II. El alavés mantuvo de pie a Zabaleta y tiró de él buscando la victoria. Le imprime tal velocidad a la volea que es capaz de cambiar dinámicas. El gancho le funciona de maravilla. Diseñó dos preciosos, el 14-12 fue matemático y para no parar de aplaudir. El 20-15 fue mucho más estético. Dos obras de arte.

Pero ahí se detuvieron. Peña II y Rezusta entendieron que si no cometían más fallos y no metían ellos solos a sus rivales en el partido iban a disputar las semifinales del Masters CaixaBank. «Hace dos años ya jugamos juntos y estamos funcionando como pareja. Rezusta me da confianza», declaró Peña.