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El palmarés del Manomanista cuenta con 31campeones diferentes procedentes de 25 localidades de seis territorios. La variedad es amplísima pero hay una característica convertida en común denominador: casi todos los pelotaris que lograron la txapela proceden de pueblos con menos de 2.000 habitantes y sólo uno, Ogueta, nació en una gran capital. En esta lista de municipios, Erasun es con 17 txapelas el que más triunfos atesora en el mano a mano; Leitza, con tres, el que más campeones tiene; Baraibar, la localidad de menor población con sólo 79 habitantes y Vitoria, la más populosa con 257.968 vecinos. Mañana, en el frontón Bizkaia, Altuna III y Artola disputarán la 82ª final manomanista de la historia, la octava entre pelotaris guipuzcoanos, que dará la quinta txapela para Amezketa o inscribirá por primera vez a Alegia en la lista de municipios que cuentan con un campeón en el mano a mano.
Iñaki Artola
Alegia, Gipuzkoa
1994
Jokin Altuna
Amezketa, Gipuzkoa
1996
4
2
Campeón manomanista
en 2018, 2021 y 2024
Jokin Altuna
Iñaki Artola
Amezketa, Gipuzkoa
1996
Alegia, Gipuzkoa
1994
4
2
Campeón manomanista
en 2018, 2021 y 2024
Iñaki Artola
Jokin Altuna
Alegia, Gipuzkoa
1994
Amezketa, Gipuzkoa
1996
4
5
2
1
Campeón
manomanista
en 2018, 2021
y 2024
Iñaki Artola
Jokin Altuna
Alegia, Gipuzkoa
1994
Amezketa, Gipuzkoa
1996
4
5
2
1
Campeón
manomanista
en 2018, 2021
y 2024
Gipuzkoa es el segundo territorio más laureado con 19 txapelas conquistadas por nueve pelotaris diferentes pertenecientes a siete municipios distintos. La mayoría de los éxitos se concentran en Azkotia gracias a la saga de los Atano, que dominaron esta modalidad en las primeras ediciones al conquistar seis txapelas. Mariano Juaristi Mendizabal 'Atano III' fue el primer campeón en 1940 tras superar por 22-8 a otro guipuzcoano, Txikito de Iraeta, en el frontón de Gros. El azkoitiarra ganó las cuatro primeras txapelas y fue su sobrino Luciano, Atano X, quien tomó el relevo al imponerse en 1966 y 1968.
Amezketa también cuenta con dos campeones que le han proporcionado cuatro txapelas, con la esperanza de que Altuna III sume la quinta ante Artola. Junto a las tres que tiene en su haber el delantero de Aspe, que puede igualar a Atano III como el pelotari guipuzcoano más laureado, está la histórica lograda por Joxan Tolosa, que en 1989 puso fin a la racha de Retegi II, vencedor en las nueve finales anteriores.
Eibar, con más de 27.000 vecinos, es la localidad guipuzcoana con más habitantes que cuenta con un campeón. Fue el gran Miguel Gallastegui, ganador en 1948, 1950 y 1951.
Dos tiene Arama gracias a Iker Irribarria, también Arrasate con Arriaran II; y una presentan Lizartza, por medio de Erik Jaka, y Elduain, gracias a Soroa II.
Más de la mitad de las txapelas, 46, están en Navarra. Mucha parte de culpa la tienen los Retegi. Juan Ignacio, Retegi I, ganó seis y su sobrino Julián, el II de la dinastía, once, lo que ha proporcionado a Erasun 17 títulos. Leitza, con los cinco de Bengoetxea III (2), su sobrino Oinatz, el VI (2), y Barriola (1), los mismos que Ibero concentrados en un pelotari, Irujo; y Goizueta y Burlada, con los cuatro de Aimar Olaizola y Rubén Beloki, respectivamente, acumulan 35 de las 46 txapelas.
Bizkaia cuenta con once merced a la seis logradas por el elorriarra Hilario Azkarate en la década de los 60. Dos pelotaris de Atxondo, Jesús García Ariño e Iñaki Gorostiza, suman dos a las que hay que añadir las de Mikel Urrutikoetxea, de Zaratamo, y Aitor Elordi, de Mallabia.
José María Palacios 'Ogueta' ha logrado las dos txapelas de Álava; Abel San Martín, Barberito I, logró la que tiene La Rioja e Yves Salaverry 'Xala' consiguió en 2011 la única que ha cruzado el Bidasoa dirección a Iparralde.
Pero lo que realmente hace grande y democrático a este deporte es que cualquier persona, de cualquier localidad, por pequeña que sea, puede convertirse en campeón del Manomanista porque raro es el lugar donde no existe un frontón en el que practicar o incluso una pared. Y como jugar a pelota es barato...
Así que es en estas pequeñas localidades donde los niños escasean y donde formar un equipo de cualquier deporte es imposible, la pelota se convierte en el mejor pasatiempo, logrando incluso forjar campeones de la modalidad reina.
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Sólo así se explica que 13 de las 25 localidades que cuentan con un campeón sean municipios de menos de 1.000 habitantes. Baraibar, lugar de nacimiento de Ladis Galarza, es con 79 vecinos la localidad con menor población. Bizkarreta-Gerendiain, con 98; Larrainzar, con 121; Erasun, con 153; y Arama, con 185, no superan los 200 parroquianos. Ibero (212), Elduain (243), Lekuine (284) y Valcarlos (324) están por debajo de los 500, mientras que Lizartza (667), Goizueta (692) y Amezketa (941) completan el registro de 12 municipios con menos de un millar de habitantes que tienen al menos un campeón.
Por contra, Vitoria (257.968), Eibar (27.282), Arrasate (22.076) y Burlada (21.078) son los únicos municipios que superan los 20.000 lugareños. Sorprende que ni Donostia, ni Bilbao, ni Pamplona tengan un campeón. Tampoco grandes urbes como Barakaldo, Getxo, Irun, Santurtzi, Portugalete, Basauri, Errenteria o Tudela.
Y una última curiosidad: ninguno de los campeones del Manomanista nacidos en Gipuzkoa, Bizkaia o Iparralde pertenece a una localidad costera. Las txapelas se pescan en el interior.
La historia ofrece curiosidades que merece la pena destacar. Una relacionada con la pelota y con sus campeones nos lleva a 1960 y a Elorrio. Hilario Azkarate se proclamó por primera vez campeón del Manomanista al superar en la final a Ogueta por 22-19 en el Astelena de Eibar. Ese mismo año, otro vecino de Elorrio, Felipe Lejarazu, se proclamó también campeón de segunda categoría al derrotar a Atano X.
Que dos pelotaris del mismo pueblo ganen los campeonatos de primera y segunda es difícil, pero no extraordinario porque sucedió también con Azkoitia y Erasun. En 1966, Atano X y Andueza III, ambos azkoitiarras, fueron campeones de primera y segunda categoría, algo que posteriormente repetirían en 1975 Retegi I y su sobrino Retegi II; así como en 1982 Retegi II y su hermano Retegi IV.
Lo realmente extraordinario del caso de Elorrio es que en 1960 la localidad vizcaína no solo tuvo a los campeones de primera y segunda categoría, sino que también dispuso del campeón individual de España de aficionados, José Antonio Álvarez.
Y para redondear la anécdota, tanto Hilario Azkarate como Felipe Lejarazu y José Antonio Álvarez, además de ser de Elorrio, nacieron y vivieron en la misma calle, la calle Erreka. Tres campeones de mano separados por unos pocos metros.
Una hazaña que parece irrepetible y que quedó recogida en el libro 'Elorrio, villa de campeones', obra de Ricardo Ajuria, José Luis Arruabarrena y Agustín Urizar. Cuenta asimismo con testimonios de los tres protagonistas.
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Joseba Lezeta | San Sebastián e Izania Ollo (Gráficos) | San Sebastián
Natalia Reigadas | Badajoz y Sara I. Belled (gráficos)
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