«Estoy en huelga de hambre ante Geroa porque necesito mi dinero»

Joseba Alberdi aportó esta cantidad durante los años que estuvo trabajando en TS Fundiciones de Zumaia, una empresa del metal, que cerró en 2014 dejando en la calle a 156 trabajadores, entre los que se encontraba él.

Una circunstancia que cambió el rumbo de su vida, ya que a partir de ese momento se dedicó a cuidar de su madre, ya mayor, con la que vivía en un piso en alquiler. Labor por la que percibía algo más de 300 euros, ya que estaba acreditado como cuidador, indica.

Pero el fallecimiento de su madre en marzo volvió a precipitar los acontecimientos. «Al perder ese ingreso como cuidador no pude hacer frente al alquiler de la vivienda y el 30 de junio tuve que abandonar el piso y dormir en la calle».

Desde entonces, Joseba lleva viviendo en la calle, con su saco de dormir, salvo en agosto, que estuvo en Emaus en Trintxerpe. Explica que de allí le quisieron derivar a un piso de acogida de Irun, pero que se negó «porque prefiero estar en la calle antes que en un centro con educadores sociales, porque no los necesito», comenta.

Y es que este zumaiarra ve injusto que no pueda recuperar un dinero que es suyo y que está en la EPSV Geroa. «Un dinero con el que podría afrontar perfectamente el pago de un alquiler sin tener que estar en la calle». En estos momentos está percibiendo un subsidio del SEPE de algo más de 400 euros, pero apunta que es para ocho meses, con lo que le urge poder disponer de esos 23.000 euros.

Sin embargo, Joseba Alberdi tropieza con los estatutos de Geroa, que tan solo contemplan tres casos para poder recuperar el dinero aportado a la EPSV como son la jubilación, una incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez y el fallecimiento. Circunstancias que no se producen en este caso. La EPSV de empleo no contempla además la prestación por desempleo.

Joseba explica que expuso su caso a la gerente de Geroa, Virginia Oregi. «Ella me comentó que lo llevaría a la Junta de la EPSV, pero después he sabido que no ha sido así. Ante la falta de una respuesta oficial decidió hace una semana ponerme en huelga de hambre y así seguirá hasta que me digan algo», transmite con firmeza.

Desde Geroa se limitan a señalar que «se trata de un asunto de exclusión social y que como tal han tratado de redirigirle hacia los servicios sociales». Una respuesta con la que dan a entender que no van a analizar este caso en sus órganos de gobierno.