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josé V. merino
Lunes, 21 de septiembre 2020, 06:33
Los teléfonos no dejan de sonar en las oficinas de la Seguridad Social, los sindicatos y las patronales con una pregunta a la que por ... ahora nadie sabe responder: 'He oído al ministro Escrivá que se endurecen las jubilaciones. Tengo 61 años, ¿que hago?'
Todo se desató el pasado día 8 cuando el titular de Seguridad Social dijo que el Gobierno iba a actuar para que prejubilarse suponga un recorte de la pensión del 8% anual. Las prejubilaciones no son algo nuevo. Ya hubo una avalancha cuando se produjo la reforma laboral del Gobierno de Rajoy de 2012 que ahora el Ejecutivo de Sánchez quiere atenuar. Y los datos así lo demuestran. El 41% de las jubilaciones de la última década han sido antes de los 65 años. Es decir, serían anticipadas, tanto voluntarias (una de cada seis) como involuntarias. En total, 1,5 millones de personas. Y el grueso estaban en torno a los 61 años. En Euskadi han salido del mercado laboral desde 2010 algo más de 200.000 personas, 80.000 antes de tiempo.
El esquema que maneja el Gobierno para corregir algunos «elementos distorsionantes» en las regulación de las prejubilaciones, pone el foco en los salarios más altos. Aunque la penalización legal es de entre el 6,5% y el 8% por año de adelanto, como el porcentaje se aplica sobre la base reguladora (4.070 euros) y no sobre la pensión real (2.683), para los sueldos altos queda en el 2% cuando para los más bajos sí supone el 8%. En euros, supondría unos 430 menos al mes para quienes se retiren en torno a los 63 años -ahora son unos 100-. En Euskadi, con los salarios más altos de España tras Madrid, hay miles de personas en esta situación.
En UGT, las consideraciones lanzadas por el ministro Escrivá -no concretadas en ningún proyecto- han sentado muy mal. Ellos, como el resto de los sindicatos, están recibiendo muchas consultas de afiliados preguntando qué hacen, porque la música que queda de las intenciones del Gobierno es que todo el mundo -las rentas altas, pero también las bajas- perderá. Constata la zozobra provocada Raúl Arza, su líder en Euskadi, y Carmen Barreda, la secretaria de Seguridad Social de la central. «El 81,5% de la gente no se prejubila porque quiere, sino porque se echa a los mayores de 50. A unos se lo compensa la empresa; a muchos otros se les echa del tirón, se van al desempleo, luego a la jubilación... Un recorte de la pensión del 40% tras trabajar 40 años es intolerable. ¿Endurecer el qué? Lo que hay que hacer es no prescindir de esas personas para luego externalizar el trabajo, y usar contratos de relevo que son buenos para el que se jubila y para el joven que entra. ¡Cuánta experiencia y conocimiento se pierde!».
Desde el ámbito empresarial, el secretario general de Cebek, Francisco Javier Azpiazu, también certifica las llamadas de asociados a la patronal vizcaína para pedir información sobre lo que está sucediendo. Pero «cada pensión es un mundo», dice, y por eso no se pueden ofrecer fórmulas generales. Prefiere poner el acento en el problema de los jóvenes. «¿Cómo mimamos a esos jóvenes de entre 23 y 26 años, con currículos impresionantes y unas ganas tremendas de trabajar? ¿Qué condiciones estructurales les ofrecemos y con qué salarios? Esa es la asignatura pendiente que tiene Euskadi en estos momento y que hay que resolver ya».
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