Día Mundial de Seguridad y salud laboral

Gipuzkoa acapara la mitad de las muertes laborales de Euskadi, con 15 fallecidos en 2022

Y es que hay que remontarse a 2015 para encontrarnos un registro similar. Incluso en la última década solo se ha llegado a esa cifra en 2012, según los datos de Osalan, que son los registros oficiales, a los que se ciñe Confebask para analizar la situación de la siniestralidad laboral con motivo de la celebración el próximo viernes del Día Mundial de la Seguridad y Salud laboral. No así los sindicatos que en el ámbito de Euskadi denuncian un «subregistro» y ofrecen cifras superiores a las oficiales.

Esos quince fallecimientos suponen tres más que el año anterior y cinco más que en 2019, último año prepandemia. En esta última década la cifra de muertos en el trabajo ha rondado la decena. Cabe resaltar además que catorce fueron durante la jornada laboral y uno 'in itinere' –desplazamientos al trabajo o por motivos laborales–.

El inicio de este 2023 tampoco está siendo muy halagüeño, ya que se han producido hasta marzo tres muertes en Gipuzkoa. Eso sí, una menos que en el mismo periodo de 2022. Una de ellas es la de Adnan Saadounie, un operario de telecomunicaciones de 32 años vecino de Zarautz, que falleció el pasado 2 de febrero en Donostia tras precipitarse de un séptimo piso a la planta baja del patio interior de un bloque de viviendas cuando estaba instalando fibra óptica. En el caso de Euskadi, la cifra de fallecimientos se redujo el año pasado al computarse 30 frente a los 35 de 2021, aunque disminuyeron los registrados durante la jornada (-19,4%) y aumentaron los 'in itinere' (25%). Sin embargo, tanto los accidentes leves como los graves crecieron y, especialmente estos últimos, se dispararon.

El aumento de la siniestralidad no puede achacarse a la mayor actividad que se registró el año pasado ni al hecho de que haya más trabajadores que nunca. Y es que si nos atenemos al índice de incidencia, que mide la cifra de siniestros por cada mil trabajadores, lo que permite realizar una comparación homogénea, éste también creció el año pasado en 2,2 puntos en Euskadi al situarse en los 34,41 por cada mil empleados.

Un aumento que se produjo en todos los sectores, pero de forma más significativa en la construcción, donde creció 7,3 puntos hasta los 71,39 siniestros laborales por mil trabajadores. Le sigue la industria, que se situó en los 62,03 siniestros tras subir 2,8 puntos. Las enfermedades profesionales también crecieron el año pasado un 4,8% al detectarse 2.829.

En el arranque de este año continúa la tendencia alcista tanto de la siniestralidad en su conjunto, que crece un 3,3%, como del índice de incidencia, que sube 2,2 puntos. En lo que respecta a los accidentes, se han registrado en Euskadi un total de 10.279 hasta marzo, lo que significa que se han producido 114 accidentes cada día natural. Y si nos fijamos en los mortales, ha habido diez, cuatro más que el año pasado, aunque es Bizkaia la que se está llevando la peor parte.

La lectura que hacen los sindicatos y Confebask en torno a la evolución de la siniestralidad laboral en Euskadi es totalmente dispar. Pello Igeregi, responsable de Negociación Colectiva de ELA, asegura que «se trata de un problema estructural de fondo. El problema de la accidentabilidad es gravísimo y no hay medios en las empresas para hacer frente a esta situación ni por parte de las istraciones para perseguir a los empresarios que no cumplen unos mínimos en materia de prevención».

El sindicato eleva hasta las 51 las muertes en el trabajo el año pasado. Para ELA, hay una correlación directa entre precariedad y accidentes laborales. Igeregi destaca que se produce una mayor accidentabilidad en los dos primeros meses de contratación y que el 50% de los contratos duran menos de ese periodo. Reclama que se aumente la plantilla de la Inspección de Trabajo y se equipare a la media europea, pasando de los 41 inspectores actuales a 120.

Su homólogo de CC OO de EUsakdi, Alfonso Rios, también eleva la cifra de muertes laborales. «Estamos en el entorno de los 40 en los últimos años. Es muy preocupante que no bajemos de esas cifras». Considera que «estamos yendo hacia atrás. La ley es buena sobre el papel pero no la cumplen». Ríos incide en la subcontratación como un factor fundamental porque obliga a las empresas a competir entre sí para lograr trabajo «y se hace a costa de degradar las condiciones de trabajo».

Amaia López Iriondo, responsable de Seguridad y Salud Laboral de Confebask, ite que el año pasado los siniestros leves y graves crecieron en Euskadi, pero los mortales descendieron durante la jornada al pasar de los 32 del ejercicio anterior a los 25. Un dato, resalta, que es menor que el de antes de la pandemia.

Con todo, cree que hay que analizar la tendencia de las dos últimas décadas. Así, indica que desde el año 2000 están bajando los ratios de siniestralidad. «En ese año el índice de incidencia era de 78 accidentes por mil trabajadores y en 2022 fue de 34». En lo que respecta a los siniestros mortales, añade que se ha pasado de los 85 fallecimientos a los 25 en jornada laboral. «Se ha hecho mucho, pero hay un margen de mejora. El descenso fue muy brusco en los primeros años y ahora como estamos en índices más bajos cuesta más reducirlos, por lo que hay que aplicar medidas más específicas en cada empresa; hay que hacer una cirugía más fina y ser más creativos para mejorar los resultados». ite que estamos en una fase de «estancamiento», pero subraya que «cada vez hay una mejor cultura preventiva en las empresas».