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Las diez noticias clave de la jornada
Ivan, Wilson, Markel y Asaed, en el centro comercial Garbera de Donostia. Arizmendi

«Mi objetivo como 'rider' es ganar unos 100 euros al día»

Repartidores de Glovo. ·

Un trabajador donostiarra explica cómo es la jornada laboral y las ganancias por llevar comida a domicilio, en plena ofensiva judicial contra los falsos autónomos de la compañía

Pilar Aranguren

San Sebastián

Domingo, 8 de diciembre 2024

Los 'riders' de Glovo viven días de incertidumbre después de que la compañía haya anunciado que impulsará un nuevo modelo en España que permitirá la operativa con repartidores laborales en vez de con los falsos autónomos como ha estado funcionando hasta ahora. Una modificación que va a cambiar el día a día del centenar largo de repartidores con que cuenta la compañía en nuestro territorio. Y, además, 168 de ellos están citados mañana en el Juzgado de lo Social de Donostia en un macrojuicio contra Glovo y sus 'falsos autónomos', acusados de no abonar las cuotas correspondientes a la Seguridad Social. Una preocupación más para unos 'riders' que viven pendientes de que les entre un pedido en el aplicativo y que hasta ahora podían decidir aceptarlo o no según les compensara.

¿Cómo es un día cualquiera de estos repartidores? Para Markel Almirall la jornada comienza hacia las once de la mañana. A esa hora se acerca con su moto desde el barrio donostiarra de Egia, donde reside, a la entrada del centro comercial Garbera, uno de los puntos calientes de la ciudad, ya que se concentran pedidos al haber muchos establecimientos hosteleros.

«Empiezo antes del mediodía y suelo estar hasta las doce de la noche, aunque hacia las cinco o las seis de la tarde, cuando se paran los pedidos, aprovecho para comer, pero si siguen entrando hago toda la jornada de un tirón». Además de la moto, que utiliza para hacer las entregas, Markel no puede separarse de su teléfono, ya que es su principal herramienta de trabajo. Al igual que sus compañeros tiene que abonar tres euros cada quince días –seis euros al mes– por el aplicativo. «Cuando llego me conecto y espero a que entre un pedido. En cuanto entra un pedido lo acepto o no en función del importe del mismo y del punto de entrega, porque si te lleva a Lezo la vuelta la haces de vacío y no resulta rentable. Vas buscando lo más rentable», remarca. Eso sí, aclara que «si no hay muchos pedidos aceptas todo para que te vaya sumando». Además, señala que «si rechazas muchos seguidos te penaliza, sobre todo si coincide en un momento de pocos pedidos y pocos repartidores. Se nota porque si rechazas cincos seguidos luego no te entra nada, aunque depende también de la zona», matiza.

Empieza la jornada. En Garbera se pueden juntar unos veinte 'riders' en una jornada normal y en el centro de Donostia la cifra es más elevada porque hay también una mayor concentración de establecimientos hosteleros. Markel trabaja de lunes a domingo, sin tomarse ningún día de descanso, encadenando jornadas que se prolongan entre once y doce horas. Tiene 29 años y por ahora no le pesa ese ritmo de trabajo. «Me gusta trabajar todos los días porque me viene bien tener la cabeza ocupada», ite. Y tiene un objetivo claro en lo que respecta a las ganancias. «Mi objetivo personal es lograr 100 euros al día. Una vez lograda esa cifra si estoy bien, sigo, y si estoy cansado, lo dejo».

Por un pedido medio entre Garbera y Gros de 7,6 kilómetros, el 'rider' se embolsa 5,62 euros y el cliente paga 18,55

¿Y cuántas entregas tiene que realizar para ganar esos 100 euros diarios? Explica que hay una tarifa base de 1,50 euros por aceptar el pedido, aunque el mínimo por entrega es de 3,30 euros. Añade que además de la tarifa base hay dos tipos de kilometraje. Hasta los siete kilómetros se perciben 35 céntimos por kilómetro, y a partir de esa distancia, 50 céntimos por kilómetro. Si además se trata de un pedido doble se percibe un extra por agrupamiento de 1,60 por kilometraje. Además, hay una serie de multiplicadores en función de las franjas horarias, de los días de la semana –el sábado y domingo se multiplica por 2,12– o de si llueve. La tarifa de la moto es mayor que si se desplaza en bici.

Distintos tipos de entregas. Todo esto traducido en una entrega, por ejemplo realizada el pasado 30 de noviembre, sábado, a las 13.26 horas, le supuso ganar 5,32 euros. El cliente abonó en ese caso 18,41 euros. Se trataba de un pedido de unos nuggets, unas alitas de pollo y una hamburguesa. Las casuísticas pueden ser muy variadas. En la imagen adjunta se pueden apreciar diferentes ejemplos. Un pedido normal realizado el 27 de noviembre, a las 15.22 horas, cuyo punto de recogida era en Garbera y la entrega en el Paseo Colón, en el barrio donostiarra de Gros, lo que supuso un recorrido de 7,6 kilómetros. El repartidor, en este caso Markel, percibió 5,62 euros. El cliente abonó 18,55 euros.

«Se puede ganar desde 1.500 euros a 4.000 al mes, aunque en este caso metiendo muchas horas», explica un repartidor

Otro ejemplo sería el de un pedido mínimo, entregado ese mismo día a las 17.53 horas, con punto de recogida en la Avenida Tolosa de Donostia y entrega en la misma calle. La distancia recorrida es de 2,2 kilómetros y la cantidad cobrada por el repartidor de 3,30 euros. El pedido costaba 22,80 euros. Por su parte, por un pedido normal en alta demanda con un buen multiplicador, con punto de recogida en Garbera y entrega en dos direcciones, con una distancia recorrida de 7,3 kilómetros, el repartidor percibe 13,28 euros. En este caso los clientes abonaron 34,90 euros y 47,18 euros, respectivamente. Y en el top estaría un agrupado con dos pedidos recogidos en Garbera y entregas en dos direcciones, una en el Paseo Larratxo y otra en Isabel II, realizado el 30 de noviembre a las 21.41 horas. La distancia recorrida es de 12,8 kilómetros y la cantidad percibida por el repartidor 20,02.

El balance. Markel dice estar muy contento con el modelo actual, ya que le permite embolsarse un buen sueldo al final de mes después de descontar la cotización de autónomos –entre 300 y 400 euros–, la gasolina –otros 200-300 euros– y el IRPF. «Metiendo muchas horas se gana dinero. Nadie regala nada. En momentos de poco trabajo consigues entre 8 y 15 euros en una hora, pero en periodos de alta demanda puedes ganar 55 euros en una hora».

Recuerda que hace más de un año se le fastidió la moto y en un mes y medio logró pagar otra nueva. Markel defiende el actual modelo, porque dice que «Glovo es la empresa de trabajo no cualificado que mejor paga de España. Se puede ganar desde 1.500 euros al mes a 4.000 euros o incluso más».

Opiniones dispares entre los 'riders' sobre el cambio a asalariados

Las opiniones entre los repartidores de Glovo donostiarras sobre el cambio a asalariados son dispares. Unos defienden seguir como hasta ahora, mientras que otros consideran que la situación mejorará al pasar a ser trabajadores por cuenta ajena, porque se podrán equiparar en derechos al resto de empleados. Markel Almirall es de los primeros. «No quiero estar como asalariado. Las empresas de última milla contratan por ejemplo por el Salario Mínimo Interprofesional (1.134 euros al mes por catorce pagas este año) con un extra de 100 euros por la moto que no te cubre los gastos de ruedas, frenos.... No es rentable trabajar cuarenta horas por el SMI».

Un compañero suyo, Iván, que también acude a Garbera con su moto, considera, sin embargo, que es un avance. «Tiene sus puntos positivos y alguno negativo. Yo nunca me he considerado como un trabajador autónomo, porque si un cliente se queja por ejemplo por algo que no has hecho te pueden cerrar la cuenta».

Añade que siendo asalariados las cuotas de la Seguridad Social son más bajas. Ahora pagamos entre 200 y 300 euros, no tenemos días libres, ni vacaciones. Lo único negativo es que hay muchos repartidores que son de fuera, sin papeles, que trabajan con cuentas alquiladas, y estos no podrán seguir como repartidores por cuenta ajena». Explica que «en Donostia siete de cada diez 'riders' son sin papeles».

Iván sí tiene pensado seguir en Glovo como asalariado. «Es muy tranquilizador saber que tienes un contrato, con un sueldo asegurado, una jornada regulada...». Además, señala que reclamará a la Seguridad Social las cuotas abonadas como autónomo si la justicia da la razón a la Dirección Provincial de Gipuzkoa, que solicita 410.587 euros a Glovo por las cotizaciones no abonadas entre octubre de 2018 y diciembre de 2020. El juicio se celebra este lunes.

Wilson lleva dos años trabajando en Glovo y piensa al igual que Markel que «no nos conviene convertirnos en asalariados. Como autónomos podemos compaginarlo con otros trabajos». Sin embargo, Asaed Pérez, que lleva un año y medio como repartidor, cree que «será mejor. Ganaré menos, pero trabajaré menos, porque ahora trabajo todos los días y sin descanso».

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