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Ane Bergara
Martes, 13 de mayo 2025, 08:02
Qué frustrante resulta querer rallar queso y ver cómo este se queda constantemente pegado al rallador, dificultando sobremanera la tarea y abocándonos a tener que despegarlo y limpiarlo manualmente u optar por desperdiciar lo allí impregnado. ¿Te suena, verdad?
El queso rallado es un imprescindible en muchas casas, ya que es uno de los productos más versátiles de la nevera. Ya sea para una pizza, para gratinar unos canelones o lasaña, o para acompañar un buen plato de pasta… el queso rallado puede acompañar y enriquecer recetas de todo tipo.
Además, para conseguir queso rallado no hace falta más que un trozo de queso de la variedad que más nos guste y un rallador. Este es uno de los utensilios más populares en los hogares y se comercializa en muchas formas: plano, de caja, de molinillo… con diferentes tamaños de cuchilla y habitualmente con el acero inoxidable como material.
Sea cual sea nuestro rallador, lo cierto es que a la hora de emplearlo las personas suelen enfrentarse a una serie de problemas comunes. Y es que rallando queso es habitual, no solo que el producto se cuele en los agujeros y entorpezca el proceso, sino también que el queso se deshaga y rompa en las manos.
Para prevenir y evitar esas molestias, nada mejor que conocer algunos trucos que nos van a permitir rallar queso sin morir en el intento.
Un truco infalible para evitar que el queso se quede pegado al rallador pasa por emplear aceite de oliva. ¿Cómo? Basta con rociar o untar un poco de aceite de oliva en el rallador antes de empezar a pasar el queso. Hay quien utiliza aceite en spray y otros utilizan el oro líquido en formato líquido para esparcirlo con ayuda de un papel de cocina o servilleta. Sea como sea, es una técnica sencilla y eficaz que hará 'resbalar' el queso y no engancharse al rallador.
Otra de las claves para evitar que el queso se quede pegado pasa por mantener las cuchillas del rallador afiladas y limpias. Porque, muchas veces, el problema no está en el queso, sino en el cuidado del utensilio.
Sin embargo, el queso también es responsable de quedarse pegado en el rallador, sobre todo, si hablamos de aquellas variedades blandas de textura más pegajosa. Para rallar este tipo de quesos sin problema, el secreto radica en dotarlo de mayor consistencia y firmeza y, para ello, no hay mejor aliado que el frío.
Por ello, si quieres rallar queso sin peligro de que se rompa o se deshaga en tus manos, nada mejor que guardarlo durante unos pocos minutos en el congelador. Media hora será más que suficiente, pero eso sí, a la hora de meterlo al frío asegúrate de que esté envuelto en papel film o en un táper hermético para evitar que absorba la humedad o los olores del ambiente.
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