Idoia Zumaia, un paso adelante

Cinco años han pasado ya desde que el propio Imanol cogió las riendas de este histórico bar zumaiarra, junto a Igor Arregui y Alberto Ituarte, un clásico de la localidad, un bar de toda la vida, que vive una segunda juventud desde noviembre del 2019. En estos 5 años han ido creciendo, dando forma a su proyecto, que ha evolucionado y adaptado a los gustos y las necesidades del público. En ese proceso, en diciembre del año pasado, renovaron el local, aportándole calidez, un aire nuevo que te acoge y te hace sentir cómodo, todo ello junto a una nueva propuesta gastronómica. Para el día a día cuenta con un gran equipo comprometido, una familia que lleva tiempo trabajando en el Idoia.

En esta nueva etapa han apostado por dar un paso adelante en su oferta, apuestan por el producto, vuelven a nuestras raíces, vuelven a la esencia de nuestra cocina donde la búsqueda y selección del producto es la clave, porque, luego es este quien se lleva todo el protagonismo del plato. Vestir los productos lo mínimo posible, para que luzcan en su máxima expresión, a veces, acompañados de guarniciones que ayudan y mejoran el bocado. Una interesante propuesta que se esconde tras una aparente sencillez, donde también encontraremos guiños a otras culturas, a otros países, con sabores e ingredientes que nos harán viajar. Una cocina que sorprende, que te atrae y que te hará disfrutar de una buena experiencia gastronómica.

Me comentó el propio Imanol López que habían renovado el local y que le habían dado una vuelta al concepto gastronómico y me pareció la excusa perfecta para volver al Idoia Zumaia, tras el agradable recuerda de mi primera visita hace dos años y medio.

Llegué antes de tiempo y aproveché para tomarme una cerveza bien fresquita acompañada de un buen pintxo de txangurro, mientras veía la cercanía con la tratan a los clientes habituales. Tras el aperitivo, momento de sumergirme de lleno en la cocina del Idoia. Le rompí los esquemas a Imanol porque no tenía pensado servirme el taco de camarón, porque ya lo tenía probado, pero, no podía faltar. Ese fue el inicio.

A partir de ahí un interesante viaje entre los nuevos platos, aunque hubo hueco para los clásicos, como los calamares Idoia, que son el mejor aperitivo: calamares de verdad, bien rebozados que se comen solos, un empezar y no poder parar. Le siguió el carpaccio de chuleta, seleccionado, una lámina de carne llena de sabor, pura potencia en boca, que acompañan de aceite trufado, unos brotes verdes y queso parmesano. Imanol me recomendó envolver la propia lámina y los ingredientes con el tenedor y comerlo de un único bocado, fuegos artificiales en boca.

A continuación, nos sumergimos de lleno en el mar, con tres pases donde el producto fue el auténtico protagonista, en su desnudez o en su versión tradicional. Primero, las gambas alistadas a la plancha, un producto que luce por si solo. Segundo, unas deliciosas kokotxas de bacalao al pil-pil, con una salsa de toma pan y moja. Tercero, las almejas a la marinera, un vicio, con otra salsa que invita a hacer barquitos de pan.

Para terminar, por un lado, un espectacular solomillo, cocinado en su punto, con sabor y tierno, que acompañan de puré de castaña, y, una demiglace de carne, para potenciar su sabor. Un muy buen plato. Como colofón, su propia versión del 'Key Lime Pie' que Imanol conoció en el Key West de Florida. En el fondo un crumble, por encima la crema de limón y terminado con un merengue sopleteado. Un muy buen postre, cítrico, refrescante, ligero y que se convierte en la mejor manera de terminar la experiencia gastronómica de Idoia Zumaia, un lugar donde apuestan por el producto dando un paso adelante en su gastronomía. On egin!