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El acusado de entrar en casa de su exmujer, a pesar de tener vigente una orden de alejamiento, ha reconocido que accedió a la vivienda ... por el balcón sin su consentimiento, si bien ha asegurado que lo hizo «porque estaba llorando». La víctima, por su parte, ha asegurado que estaba durmiendo cuando entró en su habitación y que le impidió llamar a la policía. La Fiscalía y la acusación particular mantienen la petición de 3 y 4 años de prisión respectivamente, mientras que la defensa ha solicitado que se apliquen dos atenuantes: la de trastorno delirante persistente y la de reconocimiento de hechos. «No es un juicio normal porque su situación psiquiátrica es palmaria».
Tras conformarse el jurado popular, en la sesión de este martes han declarado el acusado y la víctima, ambos a puerta cerrada. Por otro lado han declarado los dos agentes de la Ertzaintza que acudieron al domicilio de la víctima, en San Sebastián, el 9 de agosto de 2021, tras recibir el aviso de que un hombre había quebrantado la orden de alejamiento sobre su expareja accediendo al domicilio de esta. Ambos han señalado que la mujer estaba «muy nerviosa y muy asustada», y que pudieron hablar con el varón, que les reconoció que había entrado al domicilio. Aprovechó las obras que estaba haciendo un vecino en casa, y que este tenía su puerta abierta, para acceder por su balcón al de su exmujer para entrar en la vivienda.
En su informe final, la Fiscalía ha señalado que la declaración de la víctima ha sido «coherente y detallada», y que ha explicado que eran las 10 de la mañana y que estaba tumbada en la cama, con los ojos cerrados, y que «le vio al lado de ella y se asustó». Que su exmarido le pidió «perdón, que quería retomar la relación, y ella le dijo que se fuera en varias ocasiones». También, que cuando intentó llamar a la policía, «le agarró y no le dejó», y que solo cesó su actitud cuando accionó el dispositivo sanitario de urgencia que tenía en la mesilla.
La fiscal ha señalado que el procesado ha reconocido que «accedió por el balcón sin su consentimiento», si bien lo hizo «porque estaba llorando», algo «que ella ha negado». «Se ha presentado como una especie de salvador», ha insistido, «pero su conducta carece de ninguna justificación, sabía perfectamente lo que hacía». Respecto a las atenuantes solicitadas por la defensa, considera que el trastorno mental que padece el varón «no le impide saber que lo que hacía era delito», y en cuanto al reconocimiento de hechos, ha indicado que «implica un reconocimiento total y absoluto que en este caso no ha habido, ya que no ha reconocido el delito de coacciones».
Por su parte la acusación particular ha destacado la «relación tormentosa» que la víctima tuvo con el acusado, y ha explicado que a su juicio existen tres delitos y no dos como pide la Fiscalía, al incluir el quebrantamiento de condena.
El letrado de la defensa ha dedicado su informe a explicar a los del jurado la situación psiquiátrica «de calado» que padece el acusado. «La situación es terrible. Tiene la ideación de que a su pareja le han secuestrado y de que todos estamos en contra de él, de que hay una conspiración judeomasónicocristiana a su alrededor». Además ha asegurado que «no toma la medicación».
Por ello ha pedido que apliquen las dos atenuantes solicitadas, al entender que «se ha puesto el foco en un caso de violencia de género, pero en paralelo hay una situación de salud mental no se puede obviar».
En su turno de última palabra, el acusado ha dicho que el caso «no es competencia de un tribunal jurado» y que la declaración de su exmujer «es un montaje». Mañana la magistrada presidenta de la sala, María José Barbarín, entregará el objeto del veredicto al jurado y después comenzará la deliberación.
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