Gipuzkoa registra 22 denuncias por acoso escolar al año, con las chicas como principales víctimas

En términos globales, en el curso 22/23 se registraron 218 casos de acoso escolar en las aulas de los colegios vascos, un 14% de los 1.543 casos analizados en total por el equipo de profesionales encargado de realizar la inspección educativa. Estos 218 episodios de bullying son 61 más de los que se registraron de manera oficial en el curso 21/22. De este mismo informe se recoge que el mayor número de casos de acoso se produce en 1º y 2º de la ESO, con el 47% del total. Así, los centros escolares, la Inspección Educativa y los servicios de apoyo refuerzan su implicación y compromiso contra el bullying: en 2008 se analizaron 75 posibles casos, frente a las más de 1.500 situaciones estudiadas en el último curso.

Las chicas, entre los 10 y los 14 años, siguen siendo las víctimas preferentes y a las agresiones físicas y verbales que se pueden producir dentro del aula se suman los ataques en internet y las redes sociales, donde el acoso persiste más allá de las cuatro paredes y que representa ya el 30% de los ataques. Por lo general, es en la etapa de Secundaria donde se produce el mayor número de casos identificados como acoso, seis de cada diez, y los insultos, la exclusión y marginación social, la intimidación, el chantaje o las amenazas se suelen repetir en la mayoría de los casos.

En las denuncias registradas en la Fiscalía se recogen expresiones como «suicida, fregona, tírate por la ventana, mujer tenías que ser, suicídate, ojalá acabes con tu vida». Del total de casos denunciados en 2022, seis se archivaron ya que los autores eran menores de 14 años, por lo tanto inimputables. Asimismo, tres denuncias se resolvieron por mediación, una de ellas no siguió adelante al no considerarse los hechos constitutivos de delito, once se encontraban en trámite y una se remitió al Juzgado de Menores de San Sebastián para ser enjuiciada. Cabe recordar que hay un caso en el Juzgado de Menores a la espera de juicio, que se celebrará este año. Fue el pasado septiembre cuando once menores fueron imputados por acosar a un compañero de clase de forma continuada en un colegio del territorio.

A raíz de ese caso, fue la propia Fiscalía de Gipuzkoa la que levantó la voz para reclamar a los colegios una «mayor implicación» ante situaciones de acoso, ya que salvo en casos puntuales, no actúan «de forma activa» en la protección de los menores vulnerables, tal y como reprochó en una información publicada por este periódico cuando esta denuncia salió a la luz. La víctima intentó quitarse la vida hasta en dos ocasiones llegando a estar ingresado en un centro hospitalario. Finalmente dejó de asistir a clase.

La Fiscalía destaca en su memoria el aumento de las conductas autolíticas en los jóvenes y con ellos la «insensibilidad hacia el dolor ajeno». El año pasado se incoaron en Gipuzkoa 11 intentos de suicidio en menores de edad. Eran nueve chicas, un chico y una menor en proceso de cambio de sexo. Dos de ellos estaban tutelados por la Diputación. Según se lee en el documento, varios de estos casos se estaban tramitando judicialmente como casos de acoso escolar. «La influencia de internet y de series de televisión» es notoria en estos casos, señala la Fiscalía, y «no es ni una, ni dos las víctimas de acoso escolar que acaban en la Unidad de Psiquiatría Infantil tratadas médicamente de intentos autolíticos».

Respecto al perfil de menores que intentaron quitarse la vida, corresponden a «jóvenes con previos problemas psiquiátricos, que toman medicación en su mayoría y con una muy baja estima y con problemas asociados de relación». Si bien todos los intentos fueron por suerte fallidos, uno de los menores resultó gravemente herido. Varios de ellos, además, se habían autolesionado previamente y presentaban cortes en los brazos.

En cuanto al perfil de los menores que son víctimas de bullying, las chicas siguen siendo las víctimas preferentes, en edades que oscilan entre los 10 y 14 años. Las acciones consisten en insultos, amenazas y aislamiento social. En dos de los casos denunciados, las víctimas están diagnosticadas de autismo, una de ellas con discapacidad del 98%. Insultos como «autista de mierda» o «gilipollas discapacitado» hablan por sí solos. Por otro lado, las conductas ilícitas en los varones son de mayor violencia física, con lesiones de gravedad en dos casos.

Las cifras de acoso escolar no aflojan en Gipuzkoa, si bien la pandemia redujo su incidencia. El descenso de las infracciones de este tipo –se registraron 3 denuncias en 2020– se debió «sin duda» a que gran parte del curso escolar se desarrolló mediante el aula online por la crisis sanitaria. «Obviamente la menor interactuación del grupo beneficia a aquellos que son objeto de sus burlas, fobias y ataques», dice la Fiscalía. Sin embargo, los datos correspondientes al año siguiente, 2021, arrojan 10 denuncias, siete más que el ejercicio anterior, «consecuencia del retorno a la presencialidad en las clases».

Las situaciones denunciadas se repiten año tras año:son por insultos, amenazas, aislamiento y agresión. El contenido de los insultos (muchos de ellos referidos a la identidad sexual, 'marica', 'transexual', 'gay'...) «hiere tanto más por la voz colectiva que señala y estigmatiza que por el contenido soez de las expresiones», afirma la Fiscalía de Gipuzkoa, que destaca que «lo que daña no es la acción individual, ni su gravedad, sino la acción colectiva que sepulta al que es diferente. Bien por su grado de minusvalía, por su físico, origen sexual, social o racial o simplemente porque no responde a los patrones colectivos de edad y grupo social. Se puede aislar a un joven que no juega a fútbol, o a un chico que es demasiado brillante».

La sensibilización con el 'bullying' en Gipuzkoa surgió principalmente por la muerte del joven Jokin Ceberio, que en 2014 se quitó la vida en Hondarribia después de haber sufrido acoso, y que marcó un antes y un después en los protocolos de vigilancia y prevención ante este tipo de situaciones. Desde entonces se reforzaron las medidas de control, llevando a cabo más campañas de prevención y con protocolos que establecen cómo actuar en caso de que se detecte una situación de 'bullying' en las aulas. Las últimas cifras aportadas por Educación corresponden al curso 2021-2022 –el departamento no ha facilitado datos actualizados–, cuando Euskadi identificó 157 casos de acoso escolar en los centros educativos (28 más que el curso anterior), lo que representa el 14,29% de los 1.098 casos analizados por la Inspección del Departamento de Educación.