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Ninguna condena podrá reparar el daño físico y neuronal que sufren sus hijos, pero las familias afectadas por el fármaco Depakine –un medicamento que ... mujeres con epilepsia tomaron durante el embarazo, lo que provocó graves secuelas en sus bebés por no haber sido advertidas del riesgo– celebran como «una gran victoria» la primera sentencia en España contra la farmacéutica responsable, Sanofi. «Por fin sale a la luz la verdad después de tantos años de lucha», resume con emocionada satisfacción uno de los tres casos conocidos en Gipuzkoa, dos de los cuales están pendientes de resolución judicial. La tercera familia decidió no recurrir a los tribunales, «cansada de pelear y pelear» durante un largo peregrinaje médico durante décadas.
La sentencia, adelantada ayer por este periódico, condena en primera instancia a Allianz –la aseguradora de Sanofi– a indemnizar con cantidades que oscilan entre los 600.000 y el 1.300.000 euros a tres niños por los daños que sufrieron durante la gestación a raíz de que sus madres tomaran este medicamento, bajo el principio activo del ácido valproico. La resolución considera demostrada la «relación causal entre este medicamento y los daños de los chicos» (retrasos en el habla, en la movilidad, autismo...) y asimismo «afirma rotundamente la culpa de Sanofi», recalcan desde Avisav, la asociación de víctimas por síndrome de ácido valproico, cuyo caso representa el abogado Ignacio Martínez.
La resolución firmada por un juzgado de Madrid es la primera que se dicta en España contra la farmacéutica por la relación entre los daños que sufrieron niños durante la gestación, y sienta un precedente para futuras demandas, como las interpuestas por dos de las familias guipuzcoanas afectadas. La condena dictada esta semana no es, sin embargo, el punto final del camino judicial, puesto que la propia acusación ha anunciado que recurrirá. Según explica el letrado de las familias, el juzgado ha estimado solo parcialmente las demandas presentadas y ha aceptado parte de las indemnizaciones a tres menores afectados, pero ha desechado la de un cuarto, por lo que seguirán peleando en tribunales. La farmacéutica también está estudiando la opción del recurso. Pero la primera victoria judicial se la llevan las familias.
Uno de los menores que serán indemnizados es Víctor, hijo de Carmen Rosa Galán, portavoz de la plataforma. «Como madre, es muy importante esta sentencia, porque el juez ya nos ha reconocido que las afectaciones de nuestro hijo –diagnosticado con autismo– son por el Depakine. Y además, ha considerado que la farmacéutica sabía y debía haber parado, y en lugar de haber hecho más estudios, siguió vendiendo y promocionando el fármaco», remarca con una satisfacción «contenida», a sabiendas de que la pelea judicial no ha terminado. Pero sabe que este espaldarazo animará a más familias a demandar. «Hay más casos que llegarán a los juzgados», cuenta.
Dos familias guipuzcoanas esperan también que los jueces les den la razón. «Mi hija tiene 33 años y tiene una discapacidad de más del 70%. No es capaz de seguir una conversación, no es autónoma», resume su madre, que prefiere guardar el anonimato. Nunca buscaron respuestas, simplemente pensaron que se trataba de una cuestión de pura estadística, de que «a veces pasa». Hasta que una información publicada por este periódico en 2018, en la que se detallaba el protocolo de seguimiento que había iniciado Osakidetza para reforzar los controles de la istración de este medicamento entre mujeres embarazadas, por el elevado riesgo demostrado en la gestación para los futuros bebés, les hizo rebobinar toda la película de su vida. Hasta hoy. «Yo tomé Depakine desde el año 87. Nunca nadie me dijo nada de sus riesgos. La cría nació en el 89 y unos años después, me cambiaron de medicación sin mayor explicación». Ahora que empiezan a encontrar respuestas, dice que «por fin ven la luz» tras años rodeados de oscuridad.
Nerea, madre guipuzcoana, decidió no presentar demanda, pero la sentencia también cierra en parte la herida personal y familiar. Su hijo, que ya tiene 22 años, sufre una malformación en el páncreas que le obliga a tomar diez pastillas diarias. «Hemos sufrido mucho, y ahora ganamos nuestra pequeña gran batalla. Éramos David contra Goliat y lo hemos conseguido. Que ninguna familia vuelva a pasar por este sufrimiento», desea.
Al Depakine se le ha llamado también 'la nueva talidomida', un fármaco que se istró en los años sesenta para calmar las náuseas durante el embarazo y que causó miles de malformaciones congénitas. La Audiencia Nacional ha desestimado la reclamación por responsabilidad patrimonial del Estado presentada por la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España en la que exigía 399,6 millones de euros por el retraso en la tramitación de las ayudas aprobadas para los perjudicados por el fármaco. Rechaza las alegaciones y concluye que no se puede afirmar que la conducta de la istración se haya desviado o que haya entorpecido de una manera arbitraria la voluntad del legislador. Los afectados anunciaron ayer que recurrirán: «No compartimos cómo se puede dar por bueno que no paguen en cuatro años, ni lo vayan a hacer próximamente, con la Ley de Presupuestos actual».
La sentencia, aunque no es firme, sí recoge por primera vez «con contundencia» una condena por los efectos del Depakine en España, refleja el abogado de las familias afectadas, Ignacio Martínez. El texto no solo concluye que los daños generados durante la gestación en los fetos fueron causados por el fármaco, sino que señala la existencia de un «inadecuado ejercicio» por la istración sanitaria de su función de control y vigilancia a la hora de permitir la comercialización del producto, dice Martínez.
Por su parte, Sanofi informó ayer que está evaluando posibles recursos y reflejó que «ha cumplido con su deber de informar a los profesionales sanitarios y a las pacientes de los posibles riesgos relacionados con el uso de valproato durante el embarazo».
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