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Un joven de 22 años recibió en la madrugada de ayer un navajazo en el cuello en el transcurso de una discusión en un autobús ... que cubre el trayecto entre San Sebastián y Tolosa. El presunto agresor, un hombre de 36 años, fue detenido horas después del ataque por agentes de la Er-tzaintza.
La agresión se produjo hacia las 2.40 horas del domingo. Según varios testigos presenciales, ambos varones subieron juntos en la parada de Lasarte-Oria en compañía de una mujer y, tras protagonizar un altercado, el mayor de ellos sacó un arma blanca y realizó un corte al otro, que trató de defenderse y tuvo que ser trasladado en ambulancia el Hospital Universitario Donostia, donde fue intervenido, si bien su vida no corre peligro.
Al ver lo ocurrido, el chófer detuvo el autobús a la altura del número 30 de la calle Nueva de Villabona y abrió las puertas, momento que el supuesto autor aprovechó para bajarse y huir a pie. La Ertzaintza acudió al lugar tras recibir el aviso y ordenó la inmovilización del vehículo hasta las diez de la mañana para recabar pruebas e iniciar la investigación con el fin de identificar y localizar al atacante.
Los agentes recogieron muestras de sangre, huellas y algunas prendas de vestir. Su presencia despertó la inevitable curiosidad del vecindario. También tomaron declaración a otros viajeros, que tuvieron que continuar su trayecto en otro servicio de la compañía. El recorrido de esta línea sufrió modificaciones a lo largo de la mañana hasta que se recuperó la parada en Villabona, una vez terminado el trabajo de la policía científica.
Aunque en un principio la víctima, de origen latinoamericano, y su acompañante negaron tener relación alguna con el presunto agresor, finalmente itieron que sí lo conocían, lo que facilitó y aceleró las pesquisas de los agentes encargados del caso. El visionado de las cámaras de vigilancia con que está dotado el vehículo resultó determinante para dar con la identidad del presunto autor de los hechos, un vecino de Tolosa de nacionalidad nicaragüense que fue arrestado hacia las 14.30 horas en las proximidades de su domicilio. La Ertzaintza dispone ahora de un plazo de 72 horas para realizar las diligencias pertinentes antes de poner al detenido a disposición judicial, trámite que se cumplirá entre hoy y mañana, según explicaron a este periódico fuentes del Departamento de Interior del Gobierno Vasco.
Tras conocer la noticia, la diputada foral de Movilidad y Ordenación del Territorio, Rafaela Romero, mostró su rechazo a la agresión, si bien la calificó de hecho «puntual» que «circunstancialmente» se produjo en el interior de un transporte público. En cualquier caso, esta misma semana se reunirá con todas las partes implicadas en el servicio -Lurraldebus, la Compañía del Tranvía San Sebastián Tolosa (TSST), los representantes sindicales de los conductores y los ayuntamientos de las localidades por las que discurre- para revisar las medidas de seguridad de los servicios nocturnos.
«Aunque sabemos que la agresión podía haberse producido en cualquier otro lugar, estamos preocupados y abordaremos el asunto de inmediato», adelantó Romero, quien no descartó ninguna opción para atajar comportamientos inadecuados que se produzcan dentro de los autobuses de Lurraldebus: «Nos sentaremos y entre todos evaluaremos qué es lo más adecuado». Las soluciones de seguridad más habituales en el transporte público nocturno son poner vigilantes de seguridad dentro de los vehículos o instalar mamparas para proteger a los conductores.
Según detalla la responsable foral, en algunas paradas de la línea San Sebastián-Tolosa, los propios consistorios destacan agentes de las policías locales para controlar quién sube y en qué condiciones, una intervención de carácter preventivo que puede ayudar a reducir el riesgo de incidentes dentro de un autobús en marcha. El efecto positivo de estos dispositivos hace que en términos generales sean bien valoradas por los viajeros por la sensación de seguridad que aportan.
Romero aseguró que el operador de los servicios que conectan la capital guipuzcoana y Tolosa -con el que se mantuvo ayer en o- «comparte» la preocupación de la Diputación, si bien reiteró que no se tomará ninguna decisión sin el acuerdo de todos los actores afectados: «Lo primero que hay que hacer es estudiar cómo es el servicio, qué usos tiene y en qué condiciones se presta. Y, si todos estamos conformes, adoptaremos la medidas que se consideren necesarias». La integridad de los trabajadores de Lurraldebus es una de las prioridades a la hora de introducir posibles cambios en la seguridad, objetivo compartido por los sindicatos que los representan y la propia empresa TSST. «Las medidas a implementar dependerán de las demandas de la plantilla de chóferes», subrayó la diputada del PSE-EE, quien advirtió de que la contratación de vigilantes privados no siempre tiene el efecto que se busca porque hay pasajeros que, tras una noche de fiesta y alcohol, les convierten en diana de su mal comportamiento. Algunas líneas, como la que enlaza San Sebastián y Zumaia, hace años que cubren sus servicios nocturnos con seguridad a bordo, una experiencia que se analizará antes de plantear su extensión a otros recorridos. Romero también se comprometió a reforzar la «coordinación y cooperación» con las policías locales de los ayuntamientos interesados.
Euskotren es uno de los operadores que apuesta por reforzar la seguridad con vigilantes privados en los viajes que el Topo realiza por las noches. En la estación de Easo se nota su presencia los viernes, sábados y vísperas de fiesta, tanto en los andenes como dentro de los vagones. Lo mismo hace Adif en los trenes de Cercanías. Estos trabajadores se enfrentan en ocasiones a situaciones límite, como la que vivió este pasado verano un vigilante de la estación de Errenteria cuando un hombre que se negaba a abandonar el tren le arrancó un trozo de oreja de un mordisco.
En las Navidades de hace tres años, los conductores de las líneas de Lurraldebus Irun-Hondarribia-Donostia y Hernani-Donostia convocaron una huelga para el servicio nocturno previsto durante la madrugada de Nochevieja por la «falta de medidas de seguridad» en estos servicios que pone «en riesgo» la integridad de los conductores y la del resto de s de la carretera.
Dbus lleva varios meses probando una modelo de mampara de seguridad para proteger a sus conductores de posibles agresiones por parte de los pasajeros o de otros conductores. El autobús de la compañía municipal donostiarra en el que se ha instalado cambia de línea con frecuencia para que todos los chóferes puedan testar este elemento en situaciones reales del servicio. Entre los trabajadores no hay una opinión unánime sobre la idoneidad de la mampara, ya que una parte de ellos considera que aísla del pasaje o que tiene efectos negativos en la conducción en limitar la movilidad.
La instalación tiene un presupuesto de entre 4.000 y 5.000 euros y consiste en una mampara de protección lateral, hoy inexistente, y la sustitución de la mampara trasera por otra con cristal antivandálico. También se ha colocado una nueva puerta para el conductor y la ventana lateral se ha reemplazado por una reforzada de mayor resistencia. Para completar la operación, el salpicadero del autobús se ha modificado para que los diferentes elementos de seguridad no entorpezcan la visión del retrovisor exterior derecho. Una vez concluido el periodo de prueba, que se inició hace un año, serán los propios conductores quienes decidirán en votación si aceptan o no la mampara.
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