El amianto sigue estando muy presente en Euskadi. Aunque desde hace décadas su presencia está prohibida en las empresas, sus consecuencias continúan siendo palpables, ... sobre todo entre aquellos trabajadores que manipularon el aislante hace años, puesto que el periodo de latencia de este polvo blanco puede ser de hasta 30 años. «La gente afectada es mayor por las características de la enfermedad», explica Jon García, portavoz de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie). A su entender, «esa circunstancia provoca que sea olvidada».
Publicidad
La gran industrialización de Euskadi y la labor llevada a cabo por parte de asociaciones y sindicatos en torno al amianto ha llevado a que la concienciación en la comunidad autónoma sea superior a la de otras comunidades de su entorno. Estas dos circunstancias ayudan a entender el porqué de los registros del Cepross de la Seguridad Social hechos públicos el año pasado. De los 107 cánceres reconocidos como enfermedad profesional en el Estado, 76 fueron como consecuencia de esta sustancia cancerígena y de ellos 56 se diagnosticaron en Gipuzkoa, Bizkaia y Álava.
Noticia Relacionada
García reconoce que «tenemos en la mochila en los últimos 20 años 748 personas víctimas del amianto y la mayoría de ellas no han recibido reconocimiento ni prestación». Desde Asviamie consideran que este dato «solo es la punta del iceberg, ya que en el Estado estas últimas dos décadas se han registrado 7.622 casos», revela. «La mayoría de ellos están pendientes de qué va a ocurrir con el desarrollo de la ley sobre el fondo de compensación».
«Somos líderes en todo el Estado», recuerda Jon García, quien da un paso más con los datos que maneja y hace hincapié en que «Gipuzkoa es el segundo territorio con más casos por cada 100.000 habitantes, solo por detrás de Bizkaia», se lamenta. Aunque hace una fotografía aún más preocupante si se miran las cifras del resto de provincias: «En el Estado se está muriendo gente sin saber que es por amianto. Hay mucho desconocimiento», se lamenta.
Publicidad
El periodo de latencia tan amplio del amianto provoca que a la gran mayoría de las víctimas la enfermedad se les manifieste en torno a la edad de jubilación. «Es una vez que has terminado de trabajar cuando empiezas a vivir la vida, cuando disfrutas », explica García. «Nuestro caso fue ese. Mi marido justo se había jubilado con 62 años, a los 64 comenzó con los síntomas y a los 66 se le diagnosticó el mesotelioma», cuenta Mari Carmen Mendizabal, viuda de Luis Mari Sukia, fallecido en agosto de 2011.
García, no obstante, insiste en que todo aquel que haya trabajado en o con el amianto y no esté en el listado «se ponga en o con Osalan o los sindicatos para que les incluyan y puedan comenzar con un tratamiento preventivo para que estén controlados desde el primer momento».
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.