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«Sales por la mañana a colaborar como voluntario en la organización de una carrera ciclista en tu pueblo y no vuelves a casa. ¡Qué ... injusta es la vida!». Las lágrimas asoman en los ojos de uno de los numerosos amigos que deja en la comarca de Tolosaldea y en muchos rincones de Gipuzkoa Javier Goenaga, ha fallecido este miércoles tras recibir el lunes el impacto de un ciclista y golpearse la cabeza contra el suelo mientras velaba por la seguridad del pelotón en el Memorial José María Anza de Tolosa. En estado muy grave desde su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de San Sebastián, su corazón ha dejado de latir este miércoles tras debatirse entre la vida y la muerte durante 48 horas.
El ciclismo era la pasión de este tolosarra que durante dieciocho de sus 68 años presidió el Oriako txirrindulari eskola. Abandonó hace un tiempo este cargo -labor más que cargo-, pero el sábado, 48 horas antes de la última prueba que vio, llamó a Aitor Ayerza, la persona que le sucedió al frente del club, para ofrecerle su modesta ayuda. Cómo no lo iba a hacer después de tantas temporadas en las que le tocó llamar a unos y otros para garantizar el buen desarrollo de unas pruebas que adoraba. El destino fue cruel con él.
Javier Goenaga, trabajador de EL DIARIO VASCO hasta su jubilación hace nueve años, impulsó al Oriako, donde organizó carreras y encontró patrocinadores para sus equipos. Su escuela de ciclismo ha dado innumerables frutos y, sobre todo, ha permitido a generaciones de niños y niñas desarrollar el deporte que más les gusta.
Y con su inseparable Jesús Otaño formó la pareja de apasionados al ciclismo que impulsó el Langaurre Txirrindulari Elkartea de Alegia, su otro pueblo. El propio Jesús, inmerso en una tristeza infinita por la pérdida del amigo, relata cómo «organizábamos todos los años la prueba de aficionados de Alegia. También pusimos en marcha la cronoescalada a Altzo, de la que llevamos adelante como club dieciséis o diecisiete ediciones. Montamos tres pruebas de ciclo-cross para cadetes y juveniles, otras tantas carreras de chicas... También hicimos un montón de ediciones del Memorial Gervais en colaboración con la Federación Guipuzcoana, así como algún que otro campeonato de Gipuzkoa en línea para aficionados y varios de contrarreloj por equipos para cadetes y juveniles».
Alegia alcanzó el punto culminante de aquella vorágine de carreras «en 1992. Ese año -recuerda Jesús Otaño- organizamos nueve carreras, incluido el final de la Euskal Herriko Itzulia. Acababa con una cronoescalada. Salió de Alegia y terminó en Larraitz. Ganó Rominger».
Asimismo, Javier Goenaga colaboró de distintas maneras con Organizaciones Deportivas EL DIARIO VASCO tanto en la Vuelta al País Vasco como en la Clásica de San Sebastián e incluso en las Seis Horas de Euskadi. También en la Clásica de Ordizia. Banderín en mano. Con una sonrisa como tarjeta de presentación. Se va un hombre de ciclismo y una persona dispuesta siempre a echar un cable a cualquiera que se lo pidiera.
No hay fecha de momento para los funerales en su memoria. Mientras, los clubes guipuzcoanos preparan un acto de homenaje. Desde estas líneas queremos mostrar nuestra cercanía a Maritxu, su esposa, así como a Orkatz y Agurtzane, sus dos hijos.
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