Miles de años antes de los discos, los estadios y spotify la música surgió como una forma de compartir experiencias y conectar con los que ... nos rodean. Antes de la escritura, los primeros relatos se construyeron en forma de canción y así se transmitieron de generación en generación. A medida que cantábamos juntos descubrimos que forjábamos vínculos por encima de ideas, creencias y lenguajes.
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Yo pensaba que cantar en armonía significaba cantar todos al unísono pero estaba equivocado. Cuando cantamos en grupo somos individuos que complementamos diferentes voces, tonos y roles. No importa si eres rico o pobre, negro o blanco, hombre o mujer, joven o viejo. En un coro no hay lugar para egos, sólo importa la parte que cantas, porque trabajar en equipo es la única forma de crear, entre todos, algo más grande que nosotros mismos.
Vivimos en una sociedad marcada por el individualismo pero, después del COVID, están resurgiendo los coros en todo el mundo como una forma de vivir y disfrutar en comunidad. Hoy sabemos que cantar en coro mejora la salud física y la sensación de bienestar. Los cantores no solo armonizan sus voces mientras cantan, también sincronizan los latidos de su corazón.
Esta semana el Orfeoi Gazte abre inscripciones a niñas y niños de 8 a 16 años que quieran cantar, pasarlo bien y comenzar a construir el próximo Orfeón. No es importante saber música o canto, tan sólo tener ganas de disfrutar y vivir nuevas experiencias.
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