Aprendemos a base de repetir. La reiteración de nombres, frases e ideas contribuye a que se queden en nuestra cabeza. Algunos publicitarios tienen grabado este principio, como se comprobará con nuestra colección de recortes de hoy, dedicada a anuncios publicados en EL DIARIO VASCO (entre 1940 y 1970) que insistieron en machacar con lo mismo una y otra vez.
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Nuestro primer ejemplo lo encontramos en marzo de 1940, cuando una crema de belleza elaborada en Tolosa asustaba, más que «de bonita», por reiterar en tres ocasiones su nombre y el lema «la Crema invisible y presente» en la misma inserción publicitaria…
También tres veces, en letras mayúsculas y de tamaño destacado, repetían (¿o 'triplitían'?) en 1955 la marca de un producto para abrillantar muebles «en contados minutos»…
Atención: La visión del siguiente anuncio, datado el 9 de abril de 1950, puede provocar mareos y dañar seriamente su vista y su equilibrio sicológico…
Lo de menos era que apareciese destacado, creemos que trece veces, en la misma página 'Galerías Kursaal Radio'. La extraña mezcla de información sobre las alineaciones de las selecciones de España y Portugal con el catálogo de productos a la venta en aquel comercio donostiarra suponían un ejemplo de publicidad invasiva, fragmentaria e incómoda, en la que el ojo del lector no sabía hacia dónde mirar ni por dónde seguir leyendo (ni si «la mayor dureza» se refería a un equipo de fútbol o a un electrodoméstico).
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Recuperémonos. 'Ama Rosa' fue un serial de la radio muy popular. Cuando en 1960 se lanzó su menos éxitosa versión cinematográfica, el Kursaal la promocionó erre que erre, copiando hasta siete veces su título…
Insistir una y otra vez en el título no era una práctica infrecuente en la promoción de estrenos de cine. Una década después, en la recordada sala «de arte y ensayo» Gaxen, situada en el mismo edificio del Kursaal, multiplicaron por cuatro el título de una película de Buñuel…
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Cerramos nuestra curiosa selección de publicidad machacona y casi hipnótica con un caso probablemente de récord. En el mes de abril de 1965, un comercio de ropa de la donostiarra plaza Gipuzkoa cumplía cuatro años y lo celebrada con un anuncio vertical, extremadamente vertical, que incluía su logotipo una, dos, tres, cuatro… y hasta nueve veces. Como para olvidarlo…
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