
«Numerosa y devota concurrencia»
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Con grandes solemnidades religiosas se han celebrado estos días en todos los templos de la ciudad los cultos de la Semana Santa, asistiendo a los ... mismos numerosa y devota concurrencia de fieles».
Estamos en el Sábado Santo de hace cien años, el 11 de abril de 1925. Leemos en 'La Constancia', «diario íntegro fuerista», especialmente catolicista, que describía al viejo estilo y con entusiasmo fervoroso lo vivido las jornadas anteriores.
1925 La Semana Santa movilizaba a los donostiarras. «Es un espectáculo muy consolador para el alma cristiana ver estos días los templos llenos de fieles ávidos de escuchar la palabra divina y meditar sobre los misterios de la Pasión»
«La sagrada liturgia católica, que se reviste de pompa y grandeza extraordinarias el día de Jueves Santo para conmemorar la divina institución del Sacramento de la Eucarístia y cubre los templos de luto el día de Viernes Santo para recordarnos los misterios de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, tiene tales encantos que hace congregar en los templos número incontable de fieles (...)».
«Los elocuentes sermones, –continuaban en 'La Constancia' en 1925–, predicados por diversos oradores sagrados sobre los divinos misterios de nuestra sacrosanta religión que la Iglesia conmemora estos días, avivan el espíritu de la fe y dan alientos a nuestras almas para proseguir firmes en sus enseñanzas y contrarrestar los ímpetus de la impiedad que hoy, como ayer, no descansa en su lucha satánica contra la doctrina y la moral de Nuestro Divino Redentor».
Con la expresión de «lucha satánica» sonaba más fuerte la referencia a esos «ímpetus de la impiedad» que acaso sigan presentes un siglo después. En 1925 animaba comprobar que las iglesias donostiarras se llenaran durante la Semana Santa: «Es un espectáculo muy consolador para el alma cristiana ver estos días los templos llenos de fieles ávidos de escuchar la palabra divina y meditar sobre los misterios de la Pasión».
Según relataban, «desde las primeras horas de la madrugada del Jueves Santo se notó en todas las iglesias de la ciudad una concurrencia extraordinaria. Los fieles se acercaron en gran número a recibir la Sagrada Comunión. A las horas anunciadas se celebraron los distintos oficios con gran solemnidad y extraordinaria concurrencia».
Antaño lo religioso se mezclaba con... lo militar: «A mediodía hizo oficialmente la visita a los Sagrarios una comitiva militar presidida por el gobernador militar y formada por una nutrida representación de jefes y oficiales de las distintas armas».
Ya durante el Viernes Santo, «en la parroquia de Santa María predicó con gran elocuencia el sermón de las Siete Palabras el señor cura párroco de San Sebastián (El Antiguo) don Juan José Lapeira. En la iglesia de los PP. Jesuítas predicó a la misma hora el R. P. Jorge Aguirre. Ambos templos estuvieron completamente llenos (...). La tradicional procesión del Santo Entierro fue suspendida porque el tiempo amenazaba lluvia».
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