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ías de trajín en los mercados y en los hogares guipuzcoanos, que apuran las compras para tenerlo todo a punto en la mesa. La mayoría de familias ya se ha acercado a las carnicerías, pescaderías y otras superficies comerciales del territorio para congelar el producto y evitar las subidas que suelen experimentar en la recta final los productos típicos de la Navidad y así ahorrar en la cesta de la compra, por lo que desde finales de noviembre, los solomillos o el rape aguardan en los congeladores de los más previsores. No obstante, hay quienes apuran hasta el último momento, como la clientela que han llenado los últimos días el mercado San Martín de Donostia. Los diferentes puestos de carne, pescado y charcutería no dan abasto con la recepción de encargos. «Podemos llegar a tener entre 500 y 600 durante las navidades», comenta Mikel desde el puesto Nicasio. «Estos días la gente ha venido a preguntar precios y a encargar. Pero hay clientes que han llevado solomillo envasado para guardar en el congelador porque prefieren evitar venir los días de más ajetreo».
A pesar de que algunos productos contienen los precios con respecto a las pasadas fiestas, repiten en niveles máximos un año más – y suben un 6% los primeros días de diciembre, según los datos del segundo control que realiza la OCU para analizar la evolución de los productos navideños–. Sobre todo son los pescados y mariscos los que encarecen los menús. De lo que no parece haber duda, según valoran detrás de los mostradores, es que pocos están por la labor de renunciar a estos manjares, aunque se vacíen los bolsillos. Entre ellos, el jamón, uno de los imprescindibles y casi un ritual en muchas mesas. «Se está vendiendo muy bien. La gente no suele escatimar y llevamos vendidos bastantes lotes de jamón», comentan desde la charcutería Maribel. Aunque este producto «no ha subido de precio, sí lo han hecho los patés, cerca de un 15% más que el año pasado».
El solomillo, con un precio que ronda los 44-55 euros el kilo (similar a las navidades pasadas, que rondó un precio de entre 54 y 60 euros), sigue siendo el rey de la mesa, también el cordero o la chuleta, «aunque cada año se vende más ave, mucho capón y pularda», observa Mikel mientras despacha varias piezas de carne. Esta opción es bastante más económica, a un precio de 14 euros el kilo aproximadamente. «También trabajamos mucho con comida preparada y charcutería», añade.
En las pescaderías también se nota el contraste entre quienes tiran la casa por la ventana o los que son más comedidos y elaboran menús de Nochebuena y Navidad más asequibles. Las kokotxas de merluza se posan en las mesas más pudientes teniendo en cuenta su elevado precio:entre 70 y 98 euros el kilo, 10 euros más que el año pasado por estas mismas fechas. Y es que dependiendo el tipo de pescado, la demanda que haya, las condiciones de la mar y la cantidad de pescado que entre en el puerto, el precio se dispara en cuestión de días. «El rape y el rodaballo han doblado el precio desde mediados de noviembre. Un rodaballo que se estaba vendiendo a 19,80 euros el kilo ahora se está pagando a 38 euros el kilo (cerca de 8 euros más el kilo que a comienzos de diciembre). Hemos estado vendiendo las colas de rape al corte a 22 euros y ahora están a 44», comenta Rosa Mari Gil, la tercera generación de pescateras en este puesto centenario en el mercado San Martín.
El besugo, otro de los pescados más codiciados, lo traen sobre pedido y «ahora anda sobre 69-70 euros el kilo (unos 10 euros más que las navidades pasadas y cerca de 12 euros más con respecto a principios de diciembre». ¿Y el txipiron? «Estamos vendiendo toneladas porque está muy bien de precio. El grande a 19,80 euros y el de rellenar a 14,80».
Al igual que el resto de puestos del mercado, Rosa Mari también observa la tendencia de congelar producto para evitar un roto en el bolsillo. «Ya desde noviembre, la gente que tiene claro lo que quiere poner ha comprado mucho txipiron y rape. Ahora sobre todo se llevan kokotxas, almejas, langostinos, bogavante... Se vende mucho marisco para Nochebuena, de hecho, la mayoría de pedidos que tenemos son todo marisco. Luego para Nochevieja la gente sale más y ha hecho como el primer 'boom' de la Navidad y este tipo de producto decae».
En los diferentes puestos del mercado de San Martín se preparan para dos días sin respiro. «El 23 y el 24 son clave, solemos hacer unos 250 pedidos», señala Rosa Mari. La jornada empieza de madrugada. «Recogemos el género a las tres de la mañana, a las cinco venimos al mercado y hasta las 10 preparamos todos los pedidos para que los clientes vayan retirándolos. La gente está animada, se vive mucho la Navidad, el reunirse en familia y apetece disfrutar del jamoncito, el foie, la gambita... Hay ganas».
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Elisa Belauntzaran e Izania Ollo | San Sebastián
Miguel González | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro
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