Los cuatro procesados niegan haber participado en la agresión a Santi

El primer acusado, I. M., relató que cuando salió de la discoteca, vio al acusado T. A. hablando con unos chicos, y «Santiago comenzó a encararse con O. M.», conocido como el argelino, el acusado que está en paradero desconocido. «Santi le metió un puñetazo y el otro le respondió muy fuerte, empezó a golpear. Se montó un barullo, había agarrones, a mí me empujaron a un costado. Cuando vimos que el chico estaba en el suelo, nos separamos y quise llamar a la ambulancia, pero no tenía batería».

El joven destacó que no abandonó el lugar, «nos quedamos esperando a que el chico se levantara. Fue una desgracia, nadie espera que le ocurra eso. Fue una pelea entre dos personas, no pensamos que iba suceder lo que sucedió». La policía llegó «al momento», y les pidió que se identificaran, «y sin ningún problema accedimos. Dijimos que mirasen las cámaras, que ahí verían lo que había pasado».

El segundo acusado, G. D., relató que cuando salió al exterior de la discoteca vio al acusado T. A. «hablando con un par de chavales, me acerqué y me dijo que estaba todo bien». Entonces escuchó «ruidos, me giro y veo un montón de gente, barullo». Entre el tumulto reconoció al argelino, «fui corriendo y le saqué contra la pared, se puso súper loco, agresivo contra nosotros», en referencia a otro acusado, S. C.

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Este joven asegura que no vio cómo empezó la pelea «porque estaba de espaldas. Solo se escuchaban gritos, la gente para aquí y para allá». Preguntado por si es una persona conflictiva, dijo que «no, la mejor forma de solucionar los problemas es hablando, nunca utilizar la violencia. Yo siempre soy educado, respetuoso, no he tenido ningún tipo de problema nunca», y que la noche de los hechos su intención fue «ayudar en todo momento».

El tercer acusado, S. C., explicó que al salir del club se encontró con el acusado G. D., y vio «a muchos chicos, pero no conocía a ninguno». Él estaba mirando hacia el Ayuntamiento, y cuando se dio la vuelta para ver qué estaba pasando, vio «a muchas personas que se estaban pegando. G. D. fue a levantar al argelino, que estaba encima de Santi, le alejó hacia una pared, a dos metros del chaval que estaba en el suelo. Fui a ayudar», pero el argelino «estaba muy nervioso, decía que le dejáramos en paz». «No agredí en ningún momento. Solo intervengo para evitar que siguiese pegando. Nunca he estado detenido ni involucrado en ninguna pelea».

Por último, el cuarto acusado, T. A., señaló que al salir de GU vio a un chico con un paquete de tabaco, pero como se negó, «le hice una 'bromilla' y le quité el paquete». Después, al verle en el exterior, se acercó para devolvérselo. «Estaba hablando con él y de repente salen corriendo. Veo un tumulto de personas, me acerco y vi a un chico en el suelo. Yo no estoy en el barullo, me quedé a un metro, y después pegado a la pared del Ayuntamiento. En ningún momento intervengo». Después se dirigió al puerto y vio a sus amigos con la Ertzaintza, por lo que se acercó y también le identificaron. «El amigo de Santi dijo que yo no había agredido».