Se repite la historia. La pandemia sigue abriendo muchas brechas a medida que se va ampliando la normativa. La extensión del pase covid –que Euskadi ... ya ha pedido a los jueces prorrogar durante al menos otras dos semanas– ha dejado en el limbo a cientos, o quizá miles de personas, sobre todo chavales de 12 años que tienen la primera dosis y se han contagiado en esta última ola. Están inmunizados, pero en la práctica no figuran como tal, y por lo tanto no pueden sacarse el pasaporte covid para acceder a los recintos donde se exige a los mayores de 12 años, como pueden ser restaurantes o polideportivos. El problema radica en que su positivo no existe oficialmente, ya que no ha sido identificado a través de una PCR, la única válida para que conste que se ha tenido la enfermedad a efectos del certificado europeo, que no da por buenos los positivos en un test de antígenos, como los que se compran en las farmacias para hacerse en casa, o incluso una mayoría de los que hace Osakidetza.
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Ante esta situación, y como ocurrió ya en verano, los positivos por antígeno que quieran obtener el pase sanitario deben hacerse un test PCR por su cuenta –en centros privados– para certificar que han estado contagiados. Aunque para Osakidetza la prueba de antígeno sea válida y dé derecho, por ejemplo, a una baja laboral en el caso de los adultos.
Así lo marca la normativa de la Unión Europea, que no valida las pruebas de antígeno, las que más se utilizan ahora en Osakidetza para certificar un contagio. En la actualidad, casi seis de cada diez pruebas positivas son por antígeno, según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad con la información reportada por las comunidades.
El pasado verano, este requisito ya tuvo su impacto porque impedía a muchos afectados viajar a otros países donde entonces se pedía el pasaporte covid. Ahora, el perjuicio se multiplica porque afecta a la vida diaria. Una familia de Donostia cuenta que, por ejemplo, su hijo de 12 años termina el aislamiento tras un positivo este lunes y que el martes no podrá ir a entrenar con su equipo en un polideportivo porque no puede lograr el pase covid.
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Las dificultades en la tramitación del pase covid por el reglamento europeo han sido trasladadas por el PNV al Congreso de los Diputados. Esta misma semana, la parlamentaria Josune Gorospe ha puesto encima de la mesa la «dificultad» con la que se encuentran algunas personas para obtener el certificado de recuperación después de haber pasado la Covid. Tal y como ha explicado la diputada jeltzale, de acuerdo con el criterio de la UE, no se dan por válidos, a efectos de obtención de ese certificado, los test de antígenos que los servicios de salud como Osakidetza están realizando a la hora de cerrar sus expedientes diagnósticos. Tras reivindicar que las istraciones competentes en materia sanitaria tengan «voz propia» en los órganos de decisión europeos, ha preguntado a la ministra Darias «qué está haciendo el Gobierno de España para que se tomen por buenos esos test de antígenos realizados en el sistema de salud a efectos de lograr el certificado de recuperación».
El endurecimiento de los requisitos para sacarse el pasaporte covid en países como Francia también está despertando las dudas entre los guipuzcoanos que habitualmente viajan al otro lado de la muga o hacen vida transfronteriza. El país galo exige el documento para entrar a cualquier tipo de establecimiento cerrado, y desde el pasado día 24, solo acepta que las personas tengan la vacunación completa, ya que no vale que se tenga una dosis y se haya estado contagiado, por ejemplo. De hecho, el título del documento ha pasado a llamarse 'pase vacunal'.
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Según la normativa gala en vigor, las personas deberán presentar la vacunación completa, lo que incluye la tercera dosis de refuerzo. Los guipuzcoanos que por ejemplo se hayan contagiado en esta última ola, no podrían en teoría acceder a locales cerrados en el país vecino o consumir en restaurantes galos. Ese pase vacunal no es obligatorio para los chavales de entre 12 y 15 años, pero sí para los mayores de 18. Además, a partir del 15 de febrero, el país vecino ha acortado los plazos de validez del pase vacunal. Habrá que tener la dosis de recuerdo puesta en un plazo de cuatro meses y no ya de siete tras el segundo pinchazo.
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