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JORGE SAINZ
Lunes, 23 de enero 2017, 07:24
La elección hoy del alcalde de Bayona, el centrista Jean René Etchegaray, como presidente de la Mancomunidad Única de Iparralde pondrá en marcha la primera institución política que agrupa al País Vasco francés. Los 233 del Consejo (una especie de Parlamento o asamblea) deben ratificar a Etchegaray, el hombre de consenso de todos los partidos y que ha dirigido los trabajos de gestación de la Communauté Pays Basque-Euskal Herri Elkargoa, según fuentes de la institución. Este ente, que no alcanza el estatus del departamento pero que tiene competencias en política económica, de transportes, cultura o euskera, supone un punto de inflexión histórico en el País Vasco francés en su demanda de reconocimiento político.
perfil
Jean-René Etchegaray. Nacido en Briscous en 1952, es el actual alcalde de Bayona, la principal ciudad de Iparralde, y presidente del Consejo de Electos del País Vasco francés.
Trayectoria política. Es miembro del partido centrista francés Union des Démocrates et Indépendants (UDI).
Formación. Doctor en Derecho Público, y diplomado en la Escuela de Estudios de Burdeos. Vicepresidente de la Asociación de Villas de arte e historia.
Los integrantes de la asamblea del Consejo, que arroja una representación paritaria y plural de los 158 municipios vascoses, con presencia de todos los partidos, tienen asignadas tareas como la de aprobar los Presupuestos. Antes de ello, deben elegir a su vez a los 25 de la Comisión Ejecutiva, máximo órgano de poder encabezado por el presidente, y a los 69 representantes de la Comisión Permanente, encargada de gestionar las decisiones de este parlamento vascofrancés.
La Mancomunidad Única de Iparralde entró en vigor el 1 de enero, tras superar varios recursos judiciales de sectores contrarios al proyecto. Su reto es construir un nuevo futuro para la zona, basado en el desarrollo económico y el fortalecimiento del euskera. Pondrá a prueba la colaboración entre las pujantes localidades costeras de la aglomeración Biarritz-Anglet-Baiona (BAB), y las zonas rurales del interior, de gran arraigo euskaldun.
La nueva institución, con el aval del Gobierno socialista de París, surge de la fusión de las diez mancomunidades existentes hasta ahora, con 158 municipios y unos 300.000 habitantes. Seguirá encuadrada en el departamento de Pirineos Atlánticos, con capital en Pau; y, a su vez, en la gran región de Nueva Aquitania, con Burdeos como ciudad de cabecera.
Entre las competencias de la Communauté Pays Basque-Euskal Herri Elkargoa, heredadas de los ayuntamientos, figuran el desarrollo económico (incluye el turismo); organización territorial (transporte y urbanismo); vivienda; política municipal, medio ambiente (aguas y basuras); cultura y política lingüística (euskera y gascón), y servicios (equipamientos culturales, deportivos y de tercera edad), entre otras cuestiones. Asuntos, todos ellos, que afectarán a los miles de guipuzcoanos que residen al otro lado de la muga, principalmente en Hendaia y los alrededores.
La promoción de la lengua vasca es otro de los elementos clave que se ha comprometido a impulsar Etchegaray para revitalizar el idioma. Una de las primeras tareas del nuevo ente será aprobar los Presupuestos, en torno a 200 millones, en abril.
El nuevo presidente, nacido en la localidad labortana de Briscous en 1952, es miembro del partido centrista Union des Démocrates et Indépendants (UDI) y es doctor en Derecho Público. Es presidente también del Consejo de Electos del País Vasco francés y, como alcalde de Baiona, dirige la principal ciudad de Iparralde.
Desarme de ETA
Etchegaray se ha pronunciado recientemente en favor de un proceso de desarme de ETA ordenado en el que se implique el Gobierno de París. En este sentido, la nueva Mancomunidad quiere participar en la consolidación de la paz. La mayoría de los partidos vascoses, incluida la derecha, demandan la implicación de los Gobiernos español y francés y quieren que la nueva institución dé cobertura política a un proceso de paz, junto a los ejecutivos vasco y navarro.
Precisamente esta pasada semana han chocado las visiones al respecto que se tienen en Iparralde y en el Ejecutivo galo. El senador centrista vasco del MoDem, Jean-Jacques Laserre, no ocultó su «decepción» por la respuesta en un acto en el Senado del ministro de Interior Bruno Le Roux. El responsable galo de la seguridad rechazó facilitar a ETA el desarme y le instó a entregar las armas. Los diversos colectivos que quieren impulsar un proceso de paz otorgan mucho valor al papel de esta nueva institución.
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