El sector crítico de EA homenajea a su histórico militante Joseba Elósegui

La parroquia crítica de Eusko Alkartasuna ha celebrado esta mañana un acto en el recién inaugurado mirador Joseba Elósegui de Donostia para rendir homenaje al histórico militante de EA que da nombre a este nuevo balcón de la ciudad, dando de esta manera el pistoletazo de salida al nuevo curso político. En el mismo ha intervenido el coordinador de la formación en Donostia, Jabier Estébanez, que ha insistido en «el agradecimiento que sentimos hacia todas las personas que han hecho posible que tengamos en Donostia un mirador en honor a Joseba Elósegui, todo un referente para nosotros en materia de democracia y derechos humanos».

Allí se encontraban presentes hijos, nietos y sobrinos de Elósegui, que han recibido un cuadro conmemorativo y han podido observar la ofrenda floral que han realizado los militantes de EA a su retrato. También estaban los dirigentes territoriales de EA que conforman el sector crítico del partido encabezados por el fundador y líder simbólico, el exlehendakari Carlos Garaikoetxea, que en su intervención ha recordado varias vivencias compartidas con Elósegui y ha subrayado «su valor y lucha contra el fascismo» y «su sacrificio propio, sin poner en riesgo a los demás por sus principios políticos».

Garaikoetxea ha aprovechado su turno de palabra para aludir al sector oficialista del partido y a la división interna que deberá hacer frente la formación en el entrante ejercicio político. Para el exlehendakari «hay gente que se está dedicando a generar confusión. No podemos confundir la coalición con la integración o con el compartir ideologías incompatibles con una concepción democrática plena. No debemos caer en la tentación del doctrinalismo 'marxistoide'». «Joseba Elósegui nunca habría estado ahí, él habría buscado siempre el progreso, hacer avances realistas y la unión de fuerzas del proyecto nacional vasco», ha sentenciado.

Joseba Elósegui murió en el año 1990 tras una dilatada trayectoria de militancia política y de oposición al franquismo. Primero en las filas del PNV, protagonizó episodios como la colocación en 1946 de una ikurriña en la punta de la catedral del Buen Pastor o quemarse a lo bonzo cuando Franco inauguraba el campeonato del mundo de esku pilota en el frontón Anoeta de San Sebastián, por lo que pasó siete años en prisión. Tras la escisión del PNV en 1986 se decantó por el proyecto de EA, algo que Garaikoetxea ha catalogado hoy como «un espaldarazo a nuestro proyecto incomparable en la política de este país».

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