Urkullu reivindica su legado a favor de los servicios públicos y de los pactos

Este doble mensaje marcó su intervención en el Teatro Arriaga de Bilbao tras recibir el premio de la Fundación Sabino Arana por su contribución al asentamiento de «la paz, la convivencia y el progreso económico y social de Euskadi» durante su mandato al frente del Gobierno Vasco entre 2012 y 2024. Era la primera aparición pública del exlehendakari junto a su sucesor y junto a la plana mayor del PNV desde que saliera del Palacio de Ajuria Enea. En la actualidad, Urkullu es el impulsor de una fundación destinada a la promoción de los valores europeístas.

En su discurso, Urkullu puso en valor que representa «un nacionalismo humanista, cosmopolita, abertzale y solidario, y que conjuga los ideales con la realidad», más allá de las tendencias extremistas emergentes en el mundo en este momento y de los riesgos que corren las democracias parlamentarias.

También revindicó su legado como lehendakari al recordar que su compromiso al jurar su cargo ante el roble de Gernika como lehendakari fue defender «el bien común» y servir a la sociedad vasca y destacó que su labor ha estado siempre guiada por «seguir mejorando» los servicios públicos y las políticas sociales y económicas. El exlehendakari subrayó «el compromiso con las personas» para «salir fuertes de las coyunturas difíciles sin dejar a nadie atrás». «Ha sido un privilegio ostentar la makila», apuntó en su discurso.

Urkullu recibió el galardón en un acto al que acudieron, entre otros, el lehendakari, Imanol Pradales; la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde; el presidente del PNV, Andoni Ortuzar; y el portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Aitor Esteban.

En la ceremonia -con el Teatro Arriaga abarrotado de público- se entregaron también premios al grupo musical de La Rioja Alavesa En Tol Sarmiento-ETS, al venezolano Leopoldo Martínez, al exjugador y exentrenador de fútbol irunés Jabo Irureta, al grupo Las Poderosas, fundado contra la violencia sexual y la trata de mujeres, al vicepresidente de la Comisión Europea, Stephane Sejournée, y al historiador Jean Claude Larronde.

En su intervención tras recoger el premio, Sejournée hizo mención al «difícil contexto internacional» para remarcar la necesidad de defender «el sueño europeo» anclado en la síntesis entre el modelo social, la libertades y la diversidad.

En su alocución, Sejournée -un centrista y europeísta francés que ha tenido una estrecha relación con el PNV en el Parlamento Europeo- se envolvió en la bandera de la cohesión social y una avanzada democrtacia liberal que, en su opinión, constituyen el alma, el ADN del 'sueño europeo'.

En el acto también intervino Leopoldo Martínez, opositor venezolano que en la actualidad reside en Estados Unidos y es miembro activo del Partido Demócrata. Martínez, que es de origen vasco, destacó que su compromiso ético, político y personal siempre ha estado guiado por la defensa de la libertad frente a la opresión.

En la ceremonia también participaron Irureta, con una emotivas palabras de recuerdo de su dilatada trayectoria deportiva, así como el historiador Larronde, las integrantes del grupo Las Poderosas e Iñigo Etxezarreta, del grupo musical En Tol Sarmiento-ETS. El acto fue presentado por la presidenta de la Fundación Sabino Arana, Mireia Zarate.

El exlehendakari Iñigo Urkullu utilizó en el acto de ayer el mismo kaiku que empleó en la toma de posesión de Imanol Pradales como lehendakari. Se trata de un kaiku oscuro tradicional que sustituye a la clásica chaqueta de traje. La ceremonia exhibió una potente puesta en escena, con música de La Misión y alocuciones breves por parte de los premiados. El fútbol, la libertad en Venezuela, el sueño europeo, la causa nacionalista vasca o la lucha contra la explotación sexual de las mujeres se convirtieron en los ejes discursivos de la cita. Mireia Zarate, presentadora de la gala, hizo un paralelismo entre Sabino Arana y el líder de los derechos civiles en Estados Unidos, Martin Luther King, a pesar de las distancias, porque, según explicó, ambos fueron depositarios de 'sueños'.