Real Sociedad

Asier Illarramendi y Alexander Sorloth, las dos decisiones pendientes

Las circunstancias de cada cual son muy diferentes. Casi opuestas. En el caso del capitán, entre todos los factores que confluyen en un acuerdo de renovación, la decisión del propio futbolista sobre su futuro es el que más pesa. La continuidad del noruego pasa, en cambio, por otras claves, ya que su deseo de seguir vistiendo la elástica txuri-urdin es público y manifiesto.

El asunto de la renovación de Illarramendi guarda cierto paralelismo, salvando las distancias, con el de David Silva. La honestidad del jugador a la hora de calibrar sus opciones de ser un recurso importante para el equipo es un denominador común en los dos casos. El canario ha esperado a comprobar que el físico le responde para estampar su firma. El de Mutriku prioriza el criterio deportivo al sentarse a hablar con el club y renovará si se ve jugando. «Lo que quiero es jugar, y en la primera vuelta no participé mucho con el equipo. Por eso sufrí. Ahora estoy jugando mucho, estoy contento y si la cosa sigue así, lo tengo claro», señaló en su última entrevista a este periódico a mediados de febrero. Por aquel entonces, fue titular en cinco partidos consecutivos, coincidiendo con una lesión de Merino. Desde la vuelta del navarro, ha perdido protagonismo, aunque hace diez días en el Villamarín salió de inicio y demostró estar a un alto nivel. La reflexión sobre su futuro rol en la plantilla puede marcar en su caso la renovación.

En el otro caso pendiente de resolución, la dirección deportiva tiene interés en conservar a Sorloth, pero deberá ponderar la conveniencia de quedarse con él y el precio exigido por sus propietarios. El Leipzig no ha demostrado hasta el momento una apuesta decidida por contar con él, pero es consciente de que tiene un activo que cotiza al alza tras marcar catorce goles en un equipo de LaLiga que va camino de clasificarse para la Champions.

El asunto económico se convierte en un importante condicionante. El jugador gusta a Imanol, aunque en el último trimestre haya tenido un claro momento de bajón, pero la oferta y la demanda del próximo mercado podría complicar la operación. A diferencia de la pasada temporada, en este segundo préstamo no se incluyó un precio de compra cuando se negoció la cesión. El curso anterior la Real tuvo la posibilidad de adquirirlo por 16 millones antes del 15 de abril de 2022, pero no movió ficha al tener en propiedad a otros dos delanteros centro como Isak y Carlos Fernández. Ahora sigue teniendo al sevillano y espera contar con Sadiq la próxima campaña.