Real Sociedad

Un cambio de dibujo para Ander Barrenetxea y Mohamed-Ali Cho

Sin embargo, en las últimas semanas han aparecido brotes verdes y jugadores que pueden ser determinantes en esta recta final porque se les ve con otra chispa. Dos de ellos son Ander Barrenetxea y Mohamed-Ali Cho, que en San Mamés aportaron profundidad con su entrada firmando hasta cinco llegadas con peligro en la segunda parte. Que ambos sean extremos abre la posibilidad a un cambio de sistema por parte de Imanol para darles cabida en un dibujo en el que tengan más protagonismo las bandas que el 1-4-4-2 en rombo de hasta ahora.

Reinventarse. El fútbol actual exige que los equipos se reinventen continuamente para que se hagan imprevisibles al contrario. Hace un año, tras las lesiones de Barrenetxea y Oyarzabal, la Real perdió fuerza en las bandas porque Portu y Januzaj tampoco estaban en su mejor momento. Ante esa situación Imanol cambió de dibujo para dar cabida a Rafinha y Silva en el once y juntar arriba a Isak y Sorloth, hasta entonces habían sido incompatibles. La fórmula funcionó porque juntar a los dos tanques nórdicos arriba –de 1,92 y 1,95 de altura– desequilibró muchas defensas y con Rafinha como cuarto centrocampista junto a Zubimendi, Merino y Silva la Real controló más los partidos en el centro del campo.

En verano hubo cambio de cromos en las posiciones de vanguardia. Llegaron Cho por Portu, Kubo por Januzaj, Brais por Rafinha y Sadiq por Isak, manteniendo un segundo año cedido a Sorloth ante la incertidumbre por el regreso de Carlos Fernández –que había estado un año parado– y las lesiones de Oyarzabal y Barrenetxea. Pero Sadiq se rompió y Cho ha encadenado casi cinco meses de baja, por lo que en la práctica Imanol se quedó arriba solo con Kubo y Sorloth.

Al rombo por necesidad. Así las cosas, el oriotarra tuvo la suficiente visión como para mantener el mismo dibujo con el que terminó la pasada campaña pero, principalmente, porque Zubimendi, Merino, Brais y Silva estaban entre sus mejores hombres y no podía prescindir de ninguno por seguir fiel al 1-4-3-3 que había venido utilizando las tres temporadas anteriores.

Esa continuidad en una idea respecto al curso anterior y el buen momento de forma en la primera vuelta de jugadores como Brais y Sorloth dispararon a la Real hasta la tercera plaza en la que llegó al ecuador del campeonato en la jornada 19, con cinco puntos sobre el Atlético y ocho respecto a Betis y Villarreal.

Los números de ambos fueron espectaculares. En el caso del gallego firmó diez goles y siete asistencias hasta enero, unas cifras espectaculares para un centrocampista, por muy ofensivo que sea. El noruego, por su parte, se estiró hasta los 12 goles en cinco meses siendo aún el máximo realizador del equipo. En la segunda vuelta ha marcado uno.

A ellos se unió la magia de Silva y la frescura de un Kubo que vino como extremo o mediapunta y que ha desempeñado un rol importante como segundo delantero aportando goles y asistencias, además de su habilidad para desbordar en el uno contra uno en el último tercio del campo.

Momentos de forma. En estos dos meses y medio de la segunda vuelta la Real ha visto frenada su trayectoria por varios motivos. Por un lado perdió durante un mes a dos piezas fundamentales como Merino y Silva con lo que ello significa por el periodo de baja y el tiempo necesario después para recobrar el ritmo anterior. Por otro, jugadores como los mencionados Brais y Sorloth han bajado sus prestaciones porque es imposible mantener el nivel anterior durante diez meses. Y en tercer lugar, ha perdido agresividad en la presión, con lo que le cuesta más robar en campo contrario y se le ve más vulnerable en defensa.

Llegados a este punto existe la constatación de que Barrenetxea y Cho son dos atacantes llamados a tener protagonismo en este final de Liga porque están con un punto de chispa que el resto no tiene. Pero ahora mismo no tendrían encaje en un 1-4-4-2 en rombo que prescinde de los jugadores de banda para formar con dos delanteros más centrados, aunque Imanol siempre descuelga a uno a banda como Kubo.

La Real de la segunda parte en Bilbao fue un equipo más fresco con Zubimendi, Merino y Silva en el centro del campo, Cho y Barrene de extremos y Sorloth de delantero centro. También Oyarzabal sería una alternativa para una de las esquinas y Carlos Fernández podría jugar de nueve.

Da la sensación de que, númericamente, la plantilla fue configurada más para jugar con tres arriba que con dos, ya que con siete delanteros –Sorloth, Kubo, Oyarzabal, Barrenetxea, Cho, Carlos y Navarro– dejas a cinco fuera del once y hay algunos que no entran ni como suplentes.

Precedentes interesantes. Esta temporada, cuando Imanol ha tenido efectivos arriba, la Real ya ha cuajado buenas actuaciones con tres delanteros, aunque casi siempre concentradas en las segundas partes. En Old Trafford fue superior tras el descanso jugando con Brais, Sorloth y Kubo arriba y variando luego esta línea a Cho, Sorloth y Barrenetxea para no perder fuerza arriba.

En el Bernabéu, con empate a cero, se lanzó al ataque con Kubo y Navarro desbordando en bandas y Sorloth de ariete manteniendo en el centro del campo a Zubimendi, Illarramendi y Marín. En esa segunda mitad dispuso de ocasiones suficientes para ganar el partido. La tercera vez fue el sábado pasado en San Mamés y la Real mejoró bastante respecto a la imagen que había ofrecido hasta el descanso.

Al margen de esas tres visitas, Imanol ha empleado de inicio el 1-4-3-3 contra Osasuna el día de Nochevieja con Kubo, Sorloth y Cho arriba, pero tenía la baja de Merino en el centro del campo, y en febrero frente al Valladolid, Espanyol, Celta y Valencia cuando no estaba Silva y ya había recuperado a Oyarzabal, al que situó arriba junto a Kubo y Sorloth. Lo que hasta ahora no hemos visto apenas ha sido el 1-4-3-3 de salida con Silva en el once. ¿Lo utilizará contra el Rayo?