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La Real Sociedad se ha tomado muy en serio lo de reforzar su plantilla. No hará demasiados retoques, porque tiene el bloque prácticamente configurado, pero ... ahí donde meterá el bisturí quiere hacerlo con tiento para dar al equipo un salto de calidad. Más si cabe teniendo en cuenta que la próxima temporada volverá a tener varios frentes abiertos, entre Liga, Copa y competición europea.
Una de esas posiciones en las que quiere mejorar a corto y medio plazo es el lateral izquierdo. Como ya publicó este periódico el jueves pasado, el club pretende sacar a Aihen y traer a otro jugador que acompañe a Monreal en el flanco zurdo de la retaguardia. Eso en lo que respecta a un movimiento inmediato. Este último tiene 35 años y acaba de ser renovado un año más, pero se entiende que es arriesgado dejarle todo el protagonismo en el puesto en otro ejercicio en el que habrá que afrontar alrededor de cincuenta partidos oficiales. Esta temporada ya jugó el mes y medio final de Liga tocado al estar Aihen Muñoz lesionado y ser el único lateral zurdo de la plantilla disponible.
Los técnicos entienden que es posible traer a un futbolista que eleve las prestaciones y que compita de tú a tú con Nacho Monreal en igualdad de condiciones como en otras zonas del campo. Pero dentro de un año habrá que encontrar relevo al navarro, por lo que el trabajo es intenso para dar en la diana. No solo en el presente sino también en el futuro.
El club muestra una gran discreción en los nombres en los que está trabajando pero apunta alto en sus objetivos. Para muestra un botón. Hace varias semanas se interesó por la situación de Yuri Berchiche, que acaba contrato con el Athletic en 2022 a los 32 años, aunque todo indica que el zarauztarra está cerca de renovar su vínculo con el conjunto rojiblanco, por lo que la maniobra se quedó en una mera recopilación de información. Significativa acerca de las intenciones de la Real, eso sí.
El o con el futbolista no resultó muy complicado siendo Roberto Olabe el director de fútbol txuri-urdin, ya que mantiene una estrecha relación con él. El vitoriano ha sido uno de los mayores valedores de su carrera, aunque caprichos del fútbol no han podido coincidir juntos cuando ha explotado.
En su primera etapa como director deportivo de la Real fue el que lo incorporó a Zubieta en 2004 desde el infantil del Antiguoko para integrar el conjunto cadete blanquiazul junto a los Asier Illarramendi, Javi Ros, Iosu Ozcoidi, los hermanos Eizmendi y compañía. Cinco años más tarde, en 2009, Olabe estaba en el Valladolid, también como director deportivo, y lo fichó después de su paso por Inglaterra para el filial blanquivioleta, dándose la circunstancia de que llegó a debutar en la máxima categoría por la lesión de los dos laterales zurdos de la primera plantilla.
Pero hay una tercera parte en esta historia, ya que como entrenador del Real Unión fue Olabe el que le resucitó como futbolista cuando estaba a punto de arrojar la toalla, iniciando un camino ascendente que después le llevaría al Eibar, Real, PSG y Athletic. Pocas personas se ha encontrado en su carrera que hayan confiado tanto en sus posibilidades. Curiosamente la Real le abrió la puerta en el verano de 2017, ocho meses antes del retorno de Olabe a San Sebastián.
Aquella decisión es una de las pocas que se le pueden discutir al club en la parcela deportiva en los últimos años. El guipuzcoano había completado una gran temporada, siendo reconocido por LaLiga como el segundo mejor lateral izquierdo del campeonato por detrás de Filipe Luis (Atlético). En su tercer año en Anoeta se había consagrado como uno de los pilares del equipo por su carácter, poderío físico y entrega, firmando tres goles y seis asistencias en el curso, pero cuando a los 27 años se encontraba en su mejor edad se dio por concluida su etapa en la Real.
El club le negó una subida de sueldo y cerró su traspaso al PSG por menos de la mitad de su cláusula, ya que recibió 12 millones de los 30 que tenía estipulada. En París acabó ganando la Liga y la Copa a las órdenes de Unai Emery compartiendo vestuario con Neymar, Cavani, Mbappé o Di María, entre otros. En 2018, cuando tenía cerrado su fichaje al Atlético, el Athletic puso más dinero sobre la mesa y se llevó el gato al agua. En estos tres años ha sido uno de los destacados en San Mamés, sobre todo en la temporada 19/20 en la que fue decisivo para alcanzar la final de Copa.
En la Real su sombra ha sido muy alargada, pues en este tiempo desde su salida han pasado por el lateral izquierdo Kevin, De la Bella –al que se recuperó de Grecia para cubrir su hueco–, Aihen y Monreal estos dos últimos años. Solo este se ha consolidado tras la marcha del zarauztarra en 2017.
Por este motivo, fue el primero en el que pensó Olabe para perfilar el puesto de cara al futuro, ya que dentro de medio año queda libre para negociar al concluir su contrato en 2022. No pasó de un tanteo para conocer su situación y si estaría dispuesto a vestir de blanquiazul, pero la realidad evitó que la cosa fuera a mayores. Yuri es uno de los jugadores con un estatus más alto en el Athletic, tanto deportivo como económico, y uno de los ídolos en Bilbao, por lo que emprender el camino no le resultaría nada fácil. Así las cosas, y salvo giro radical de los acontecimientos, tiene muy avanzada su renovación con el conjunto rojiblanco para las próximas temporadas, por lo que todo hace indicar que concluirá su carrera al otro lado de la autopista.
El fútbol es curioso, porque hay posiciones en las que salen jugadores como churros y otras en las que cuesta bastante más. Si Riesgo fue el último guardameta guipuzcoano que sacó Zubieta a Primera en 2004, en el lateral izquierdo de la Real tampoco han pasado muchos más futbolistas de este territorio en el presente siglo. Echando la vista atrás, la lista de los inquilinos de esa posición la integran el navarro Nacho Monreal (19/21), los ses Theo Hernández (18/19) y Kevin Rodrigues (17/18), Yuri (15/17), el catalán De la Bella (09/15) y el vizcaíno Xabi Castillo (07/09). Hay que remontarse al irundarra Javi Garrido (04/07) para encontrar a un guipuzcoano que tuviera cierta continuidad en la Real, aunque con el descenso a Segunda hizo las maletas y su carrera se dirigió hacia el extranjero, pasando por el City, Lazio y Norwich hasta 2015.
Aranzabal, dueño de esa posición durante diez años entre 1994 y 2004, fue el último gran lateral de Gipuzkoa que hizo carrera en la Real, con la que fue internacional y estuvo a punto de ganar la Liga en 2003. En los próximos años tampoco parece fácil que vayamos a ver a un guipuzcoano ahí.
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