Un Lamborghini Aventador de 400.000 euros le deja tirado en el Boulevard de San Sebastián

Tener que llamar a la grúa para que se lleve tu coche por una avería nunca es plato de buen gusto. Menos aún, si cabe, cuando tu coche es un Lamborghini Aventador valorado en más de 400.000 euros como le ocurrió a un ciudadano este domingo por la tarde después de que este coche de lujo le dejara tirado en el Boulevard de San Sebastián.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 19.40 horas de la tarde cuando un grupo de alrededor de veinte persona se arremolinó sobre el céntrico Paseo del Boulvard de San Sebastián. Ahí, a unos pocos metros de las paradas de autobús y entre decenas de grupos de aficionados de la Real Sociedad y Osasuna que tras disfrutar de una tarde de fiesta y pintxos en la Parte Vieja se dirigía ya dirección Anoeta para presenciar el encuentro entre ambos equipos, un coche italiano de lujo de cerca de medio millón de euros esperaba a ser remolcado por la grúa.

En concreto, se trataba de un Lamborghini Aventador, un superdeportivo biplaza del fabricante litaliano Lamborghini, que salió al mercado por primera vez en 2011. Un coche que, según el modelo y año de fabricación, puede alcanzar los cuatro cientos mil euros en el mercado y debe su nombre al toro número 32 criado por «Hijos de Don Celestino Cuadri Vides» que Emilio Muñoz lidió en la Feria del Pilar de 1993 de Zaragoza, como es habitual en los modelos de Lamborghini, bautizados con nombres de reses emblemáticas.

Este vehículo de lujo cuenta con un motor V12, aceleración 0 a 100 km/h en 2.9 segundos y velocidad máxima de 350 kilómetros por hora, especificaciones que no evitaron que su dueño tuviera que dar el aviso por una avería. Pocos minutos después, una grúa sa, ya que el coche también estaba matriculado en el país galo, se acercó hasta la céntrica calle de San Sebastián para recoger el vehículo con la ayuda del conductor del Lamborghini Aventador. Una escena no exenta de riesgo, ante la dificultad de incorporar el vehículo a las rampas de la grúa sin que los bajos sufriesen daños en el proceso, lo que provocó una gran expectación en el numeroso grupo de personas que se habían congregado en el lugar por lo ocurrido.

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