El Eibar se las prometía muy felices pensando que ya se había labrado su quinto triunfo consecutivo gracias al gol que el reivindicativo Jon Baustista ... había marcado al inicio de la reanudación, pero el recién salido Sabin Merino, que venía de erigirse en el héroe que firmó en el 97 la remontada del Racing de Ferrol el pasado fin de semana en Gijón (1-2), dejó al cuadro armero con la palabra en la boca cuando el cronómetro rondaba el minuto 94.
El término frustración se queda corto para definir lo sucedido en esa acción que dejó a los azulgranas compuestos y sin triunfo, puesto que el penalti por una mano tan clara de Vencedor como la que no se le pitó a favor por una acción similar del mirandesista Pablo Tomeo en el choque del pasado viernes, vino originada por una inexistente falta lateral del centrocampisya vizcaíno sobre un teatrero Vadillo.
Ese único error del bilbaino en el que fue su partido más completo desde que llegó cortó el impecable vuelo de un Eibar que se veía ya respirando sobre el cogote del Leganés, que de esta forma se mantiene al frente del liderato con los mimos cuatro puntos de renta que su empate del sábado (0-0) ante el Valladolid habían puesto en riesgo.
Al menos, la escuadra azulgrana conserva su segunda plaza y se asegura también el golaverage particular respecto a los ferrolanos tras el triunfo sellado sobre ellos en Ipurua (2-0) en la sexta jornada.
Aunque sumar sea positivo y más lejos de casa, los de Joseba Etxeberria abandonaron A Malata con la sensación de haber dejado escapar una gran oportunidad para trasladar un mensaje pleno de contundencia al resto de los que le discuten sus opciones de ascenso.
Porque ya desde el inicio quiso demostrar que las ocho horas de autobús que se había comido el equipo en la víspera no iban a ser ni un obstáculo para salir con el acelerador pisado al máximo para convertirse en el único equipo que firmara de la categoría que firmara un pleno de victorias, después de que el Cartagena se quedara sin su opción de serlo tras empatar en su visita al Albacete.
Y pese a que el técnico sorprendió a propios y extraños al prescindir de Aketxe para buscar más profundidad con Corpas, y a que finalmente no dio la alternativa de inicio a Peru Nolaskoain debido a que se decidió por apostar por la reaparición de Sergio tras un mes y medio largo sin jugar, su equipo encaró el choque con la determinación que venía exhibiendo en las últimas jornadas.
De hecho, si no se puso por delante antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora de partido fue porque el exazulgrana Ander Cantero, de los que más lloró en la dramática última jornada en Alcorcón de hace dos campañas, sacó a pasear su escudo protector para impedir que Stoichkov alojara dentro de su portería un excelente pase que Vencedor le había telegrafiado al área.
Consciente del regalo que había desperdeciado, el gaditano siguió revolviéndose en los dominios verdiblancos tratando de enmendar su error.
Sin embargo, tras varios intentos valdíos por encontrar el tesoro escondido, Jon Bautista encontró la llave que habría el tesoro al cabecear de forma inapelable la cuarta asistencia que Álvaro Tejero firma en lo que va de temporada, aunque buena parte del´mérito del tanto también hay que adjudicárselo a un Sergio que ganó la pugna por un balón en su pelea con Iker Losada.
Después llegaría otro remate de Stoichkov que se marchó desviado y un potente disparo de Soriano que Cantero pudo repeler con la punta de sus dedos y la inestimable colaboración del poste.
Y cuando se perdona, pasa lo que pasa. Lamentablemente, pocas veces le basta al Eibar con marcar solo un gol para ganar y, aunque Luca Zidane salió al rescate para desbaratarle un mano a mano a Héber Pena, nada pudo hacer ante el disparo de Sabin Merino desde los once metros que llevó el empate al marcador.
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