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«Las intensas lluvias caídas en las últimas horas han dificultado mucho los trabajos con maquinaria pesada» de desescombro y búsqueda en el vertedero de Zaldibar, según explicaron ayer desde el Gobierno Vasco. Las operaciones previstas para este fin de semana, que prosiguieron ayer a pesar del mal tiempo «se centran en el rastreo, acopio y cribado de material de la zona de búsqueda B-4».
Se trata de la zona próxima al caserío Eitzagaetxebarria y en la que apareció el coche de Joaquín Beltrán, uno de los dos operarios desaparecidos, con el motor encendido. El área abarca una de las dos grandes coladas de residuos que se formaron en el derrumbe de la escombrera. Además, desde el viernes se trabaja en la zona B-1.3. Este cuadrante de búsqueda correspondería aproximadamente a la ubicación del depósito de lixiviados con el que contaba el vertedero y es una de las tres subdivisiones que se ha hecho de la zona B-1, que abarca un área en la que también se encontraba la báscula de la instalación. Allí trabajaba Alberto Sololuze y en sus inmediaciones se encontraba Beltrán cuando sucedió el desprendimiento, según las últimas personas que lo vieron. «También hay un equipo realizando labores de búsqueda y limpieza en la zona B2-B3», añadieron desde el Ejecutivo. Estas dos franjas corresponden a la parte inferior de la otra lengua de desechos, la que cayó sobre la autopista AP-8 y afectó a parte de la variante de la N-634 a su paso por Ermua.
La B-3 es la más baja de las cuatro grandes zonas de búsqueda. Frente a ella la Diputación de Bizkaia ha construido en la autopista un gran dique con piedras de hasta 45 toneladas, una escollera de más de 8 metros de altura que detendría un hipotético derrumbamiento de residuos, una posibilidad que nunca se ha dejado de lado, dada la inestabilidad del terreno. Ayer, en esta zona B-3, y desde una jaula suspendida de una grúa, se realizaban las perforaciones para instalar los anclajes de la pantalla antialudes que complementará la escollera. Según los cálculos de los técnicos, si se da un nuevo deslizamiento la suma del dique de contención y de la pantalla dinámica podría contener unos 7.700 metros cúbicos de vertidos, el doble de volumen que el que cayó a la autopista el 6 de febrero.
Además, detallaron desde el Gobierno, «se continúa con los trabajos de descabezado de la zona inestable», la zona 7. Situada inmediatamente por encima de la zona prioritaria de búsqueda B-1, este talud superior del derrumbe ha sido la amenaza constante que ha pendido sobre los equipos que operan por debajo. Aquí los trabajos han consistido desde el principio en obras de ingeniería para asegurar la zona, habilitar s seguros para la maquinaria y descargar material.
Este fin de semana trabajan en este punto «una retroexcavadora , más dos lagartos –volquetes articulados– de 45 toneladas y un bulldozer. Son trabajos esenciales para poder acceder a la zona B-1 en cuanto la estabilidad lo permita». A causa de las lluvias, en todo el operativo «se ha dado prioridad sobre todo los trabajos de extracción, acopio y cribado, más fáciles de realizar en las condiciones actuales de los terrenos arcillosos».
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