ARANTXA ALDAZ
SAN SEBASTIÁN.
Lunes, 15 de octubre 2018, 06:47
Con su traje de astronauta, Felix Baumgartner saltó en 2012 al vacío desde la estratosfera, una imagen que dio la vuelta al mundo. Un nuevo protagonista, de nombre mucho más fácil de digerir, quiere también pasar a la historia desde el espacio. Se trata de un pastel vasco. Sí, suena a broma, pero el tradicional postre aspira a elevarse a 36 kilómetros sobre el suelo en un viaje a 35 kilómetros por hora y aterrizar tres horas después en un punto indeterminado. La nave se lanzará el próximo día 24 desde el parking del centro comercial BAB2 de Anglet. El proyecto nació precisamente como un encargo promocional y se ha convertido en un desafío científico que ha movilizado a 25 personas al otro lado de la muga.
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«La idea es un poco loca», reconoce Mathieu Rousset, uno de los fundadores de la agencia 'Le Labo', padres de la iniciativa. El centro comercial, cliente de la agencia, les pidió que idearan algo original dentro de las actividades organizadas en torno a la ciencia y el espacio para los chavales. «Le dimos muchas vueltas y quisimos buscar algo que uniera la tradición del País Vasco con su industria innovadora, que reivindicamos con humor». La respuesta del cliente, no sin sorpresa, fue un sí.
El pasado mes de julio, se pusieron manos a la obra. Para desarrollar la idea, han contado con la implicación de un equipo técnico de la Escuela Superior de Tecnología Industrial (Estia) de Anglet. En secreto, cinco alumnos capitaneados por el profesor Daniel Sourgen han trabajado durante 150 horas para diseñar el aparato. El resultado es un globo sonda que se inflará de helio. Con él se elevará una caja provista de dos alas, una cámara de grabación y el pastel, sujeto a un brazo metálico. Tardará dos horas en ascender a la estratosfera y empleará otra hora para bajar, con la ayuda de un paracaídas y un GPS que permitirá su localización.
El lugar exacto del aterrizaje es un misterio. «No tenemos ni idea. Teniendo en cuenta que se elevará a 35 kilómetros de altura y que se desplaza a merced de los vientos, podríamos recuperar la sonda a más de 150 kilómetros de distancia del punto de lanzamiento. De hecho, en el primer ensayo la sonda cayó en Argelos en las Landas, a alrededor de 100 kilómetros de distancia», explica Rousset.
Las condiciones meteorológicas serán determinantes y en caso de fuertes vientos se corre el riesgo de tener que aplazar el evento. En el último ensayo, la sonda no se llegó a lanzar porque todo indicaba que iba a caer... en Pamplona. Y cruzar la muga ya necesitaría el permiso de las autoridades aéreas españolas. Dos o tres días antes, con las previsiones meteorológicas ya afinadas, los organizadores confirmarán el lanzamiento. En teoría, el pastel vasco -«relleno de crema», precisa Rousset- saldrá hacia el espacio a las 14.00 horas del miércoles día 24. Quien adivine la comarca donde aterrizará el aparato ganará 100 euros. La pregunta que todo el mundo se hace es si se podrá degustar entonces el pastel, que elaborará la asociación Eguzkia. «A pesar de la buena mano de los reposteros, el pastel vasco va a atravesar dos veces -en el ascenso y en el descenso- una zona donde la temperatura baja a -60 grados, lo que convierte el producto en incomestible».
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