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El lehendakari Iñigo Urkullu ha presentado esta tarde el documento 'Dos años de gobernanza y gestión de la pandemia en Euskadi. Lecciones aprendidas para el ... futuro', que ofrece una reflexión interna del Gobierno Vasco sobre las medidas adoptadas a lo largo de los 730 días de pandemia y los aprendizajes y reflexiones que ayudarán a mitigar el tiempo restante de convivencia con el virus. Dos objetivos, «mirar al pasado y al futuro», en el día en el que se cumple el segundo aniversario desde que la OMS declarara el virus como pandemia.
Está fechado a día del 28 de febrero de este año, día en el que hace dos se detectaron los primeros contagios por Covid-19 en el territorio histórico.
El balance está realizado «desde dentro, desde la sala de mandos», de ahí su carácter de autoevaluación y valoración. Está disponible en Irekia y ha sido entregado al Archivo Histórico de Euskadi esta misma tarde por el lehendakari junto a representantes de la educación universitaria como la rectora de la EHU-UPV, Elena Auzmendi, y del Gobierno Vasco como la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y el secretario general de Transición Social y Agenda 2030, Jonan Fernández.
De 106 páginas, el documento está dividido en dos apartados y un epílogo. El primero de ellos se trata de la descripción de los dos años de batalla contra el coronavirus en orden cronológico, y el segundo aporta cuatro claves para la comprensión de las reflexiones posteriores que se explican en la parte valorativa: la realización de test, la vacunación, la respuesta social y el incremento de fallecimientos en el periodo Covid.
El epílogo ofrece «un balance que proyecte lecciones aprendidas» en un tiempo de pandemia donde Euskadi, como el resto del mundo, «está sufriendo y ha sufrido las consecuencias», con un impacto «demoledor y desgarrador». Urkullu traslada en este apartado sus dudas iniciales en el proceso de toma de decisión al itir la necesidad de «improvisar respuestas a problemas desconocidos» dentro de seis olas consecutivas «de ascenso y descenso de la transmisión de contagios».
Como consecuencia ha resultado en la generación de «problemas y aflorar fragilidades» en un momento de incertidumbre en el que «nadie estaba preparado para este 'tsunami' sanitario, social y económico. Sin embargo, el lehendakari afirma que esta valoración «debe hacerse dando por hecho que la imperfección y la vulnerabilidad» son parte del proceso. «Esta reflexión no debe interpretarse en el sentido de minimizar los desaciertos. Todo lo contrario, la premisa de esta memoria es abordar las fragilidades que ha mostrado la pandemia en cualquiera de los ámbitos, porque esos puntos débiles son el mejor orden del día para la mejora de las políticas públicas», asegura.
La falta de preparación conllevó, según recoge el documento, a que se tomasen decisiones bajo «el método de 'ensayo-error'», y entiende que el lento avance de la investigación sobre el coronavirus –«todavía es mucho lo que la ciencia no sabe»– obliga a no confiar en las restricciones y medidas adoptadas previamente: «no sabemos cuál será su comportamiento en los próximos meses, si habrá o no una séptima ola».
Todo ello está resumido en cuatro indicadores. 'Resistencia', el primero de ellos, refleja lo sufrido en una pandemia que «ha mostrado los puntos débiles y de mejora», tanto por la población general como por los servicios públicos, que ha mostrado su fortaleza con «la vacunación y la presencialidad en la educación».
'Resiliencia', la demostración de superación durante estos dos años de pandemia, cuenta cómo se han ido resolviendo los obstáculos haciendo lo posible en cada situación, como «la falta de respiradores, EPI, ayudas sociales como los ERTE» y los planes de contingencia en cada circunstancia.
'Solidaridad', como la respuesta social «a la realización de test o cribados» mostrada por la ciudadanía, es el tercer indicador del documento. Cierra como cuarta 'Pronóstico', donde se reflexiona acerca de lo que vendrá y de cómo encarar la recuperación económica y del empleo, a base de diferentes planes de futuro como Euskadi Next y el Programa Berpiztu.
Con todo, el lehendakari Iñigo Urkullu valora que hay campos en los que «debemos esforzarnos por procurar su mejora, reforma o adaptación». Las trabas dadas por la falta de seguridad jurídica para la gobernanza en este tiempo de crisis sanitaria y la poca coordinación interterritorial son algunas de las nuevas necesidades que surgen de esta vista atrás a los dos años transcurridos. Por otro lado, ve necesario repensar y reforzar la infraestructura de salud de Osakidetza y pone el LABI como «un activo y una ayuda fundamental para la cogobernanza interinstitucional».
Dos años después del inicio de la pandemia, Urkullu señala que Euskadi «se concentra en iniciar una etapa de recuperación, relanzamiento y transformación» y que las lecciones aprendidas dejan «un buen pronóstico para el futuro».
No obstante, la recuperación económica se ve retrasada por la invasión militar sobre Ucrania, un momento en el que «la incertidumbre y la amenaza se ciernen otra vez sobre el mundo», aunque cree que, igual que en estos 730 días, la sociedad será resiliente y sostiene por ello «un pronóstico esperanzador».
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