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El juicio contra trece personas acusadas de propinar una paliza a intentar matar a un menor de 17 años en Pasaia, ha continuado este lunes ... con la declaración de agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza que intervinieron el día de los hechos. Estos han afirmado que la víctima estaba «cubierta de sangre», que presentaba evidentes «heridas de arma blanca», y que en el lugar de los hechos hallaron el mango de un cuchillo, pero no el filo. Asimismo han señalado que tanto el joven agredido como los vecinos les indicaron que los autores habían sido de una misma familia que residía en la misma calle.
Los hechos tuvieron lugar el 15 de mayo de 2021 en Pasai Antxo. El menor volvía a casa de trabajar con su patinete eléctrico cuando fue agredido por un grupo de personas en la calle Blas de Lezo, resultando herido. «Recibimos el aviso sobre las 0.49 desde la Ertzain-Etxea de Errenteria de que había habido una agresión y nos dirigimos al lugar», han relatado agentes de la Policía Municipal. Al llegar encontraron en el suelo a la víctima con una mujer que estaba socorriéndole. «Había un chico en un charco de sangre enorme y tenía heridas de arma blanca. Tenía una parte de la boca totalmente abierta y cortes superficiales en la espalda y los brazos. Estaba cubierto de sangre, muy asustado», han declarado ante el tribunal.
El menor les manifestó que había sido agredido por «unas 10-15 personas» de una familia que residía en la misma calle, algo que también señalaron los vecinos que estaban asomados a sus ventanas. No obstante, nadie quiso identificarles. «Nos empezaron a increpar desde los balcones, diciéndonos que no hacíamos nada, que ya sabíamos quienes habían sido, que siempre estaban igual y que algún día iba a pasar algo. Se les invitó a que pasaran por comisaría para identificarles y de repente se hizo el silencio. Una mujer quería bajar pero su marido no le dejó. Tenían miedo», han relatado los agentes. «Cualquiera que conozca esa calle de Pasai Antxo sabe perfectamente a quienes se refieren. Nadie nos quería dar ninguna información. No podemos obligar a nadie a que nos abra la puerta», ha añadido uno de ellos.
En el lugar de la agresión hallaron el mango de un cuchillo, si bien no llegaron a encontrar el filo. Los agentes se dirigieron al portal donde vivía la familia que había sido señalada como responsable, cuyos están sentados en el banquillo de los acusados, y les abrió una mujer. «Nos dijo que estaban celebrando un cumpleaños pero que solo estaban los niños. Sin embargo se oía mucho alboroto, pero no nos dejaron entrar». En el rellano de la puerta localizaron dos gotas de sangre «frescas» que fueron recogidas por de inspecciones oculares.
Tal y como confesó en su declaración, esta sangre pertenece a uno de los acusados, que al salir de la vivienda fue identificado por los agentes, que observaron «que tenía una herida en la mano». Al preguntarle sobre la misma, igual que declaró ante el tribunal, les dijo que se la había hecho «al dar un puñetazo contra la pared» en una discusión con su pareja.
El juicio continúa este martes con la comparecencia de más testigos y peritos.
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