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El vasco que almorzó a 260 metros sobre Nueva YorkQue una foto de un grupo de personas posando sea muy popular, incluso histórica, no significa que quienes figuran en ella sean conocidos. Es el ... caso de la famosa toma 'Almuerzo en lo alto de un rascacielos', en la que se ve a once obreros sentados tranquilamente en una viga, a cientos de metros de altura, reponiendo fuerzas en un descanso, en la construcción de un edificio en Nueva York. La foto se sacó en 1932. Pero a día de hoy solo la identidad de dos de sus protagonistas, dos irlandeses, está reconocida 'oficialmente'. Sin embargo, la asociación Harresi Kulturala Elkartea defiende desde hace dos años el nombre de un tercero: Ignacio Ibargüen, nacido en Balmaseda (Bizkaia) en 1899. «Cotejando sus fotos de aquellos años con las de los trabajadores del rascacielos, no cabe ninguna duda de que es él», asegura J.T. Sáez, Pikizu, miembro de esta agrupación balmasedana.
Puede resultar sorprendente que una fotografía tan famosa, que decora salones y habitaciones en casas de todo el mundo, sea a la vez tan misteriosa. De hecho, durante mucho tiempo ni siquiera estuvo claro en qué obra se sacó. Se supuso que se trataba de la construcción del Empire State Building, el rascacielos neoyorkino por excelencia, el edificio más alto del mundo durante décadas, construido en tiempo récord –con tres turnos de trabajadores repartidos durante las 24 horas– de 1930 a 1931.
Esta confusión llevó a atribuir la autoría de la imagen del almuerzo al fotógrafo social Lewis Hine (1874-1940), autor especializado en retratar las duras condiciones de trabajo de los obreros y cuyas instantáneas contribuyeron al desarrollo de las primeras leyes contra el trabajo infantil de Estados Unidos. Entre las fotos de Hine destaca una serie sobre la construcción del Empire State en la que se ve a los operarios trabajar a gran altura, moviéndose sobre las vigas sin ninguna medida de seguridad.
En realidad, los once del almuerzo trabajaban en la construcción de otro rascacielos, el RCA Building, edificio central del complejo Rockefeller Center completado en 1933. La foto se tomó el 20 de septiembre de 1932 y en realidad es un montaje, una escena planificada que formaba parte de una serie publicitaria, hecha para promocionar el edificio. Se publicó por primera vez en el 'New York Herald Tribune' el 2 de octubre de 1932 con un pie de foto que se convirtió en su título, 'Lunch Atop a Skyscraper', a pesar de que en realidad se llamaba 'Builders of The City Enjoy Luncheon'.
Los obreros sí que estaban a 260 metros de altura, pero justo por debajo de su viga, fuera de plano, había un piso completo: estaban sentados a unos 4 metros por encima de un suelo. El almuerzo no era real, era una 'escena' diseñada por el fotógrafo que se completó con otras, en las que se ve a los trabajadores echando la siesta en la misma viga o escuchando la radio a más de 200 metros sobre la calle. ¿Quién era el fotógrafo? Todo apunta a que se trató de Charles Clyde Ebbets (1905-1978), jefe de fotografía del Rockefeller Center. Sin embargo, se sabe que otros dos profesionales, además de Ebbets, participaron en la sesión de ese mismo día: Thomas Kelley y William Leftwich.
La identidad de casi todos los obreros sigue siendo una incógnita. Son 11 y se han defendido hasta 39 nombres, porque, como comenta Pikizu, «es una foto famosísima y son muchos los que han querido verse o han visto a un familiar en ella». Según el documental irlandés de 2012 'Lón sa Spéir', de Seán Ó Cualáin, solo dos de los obreros han sido documentados por la archivera del Rockefeller Center, Christine Roussel, el tercero por la izquierda, Joseph Eckner, y el tercero por la derecha, Joe Curtis. A partir de la investigación que recoge la misma película, el propio Rockefeller Center considera además otras dos posibles identificaciones en un artículo que dedica a la foto en su web: se trataría de Sonny Glynn, el primero por la derecha, con una botella en la mano, y de Matty O'Shaughnessy, primero por la izquierda.
Durante mucho tiempo se creyó que todos los trabajadores de esta obra fueron irlandeses pero, como aclaran desde el Rockefeller Center, «entre estos obreros no sólo había irlandeses-estadounidenses e inmigrantes irlandeses, sino también italianos, escandinavos, europeos del Este, alemanes e incluso mohawk nativos de Canadá». Fue una obra en la que trabajaron hasta 40.000 obreros. El problema es que la documentación de los mismos se ha perdido. Tampoco hay registros de los sindicatos.
En 2003 el 'New York Post' se propuso resolver el asunto, pero llegó a un callejón sin salida. Como detallaba su reportera Ashley Cross, solo para el tercer obrero por la izquierda se encontraron con 16 posibles identificaciones. También le pusieron nombre al segundo por la izquierda, el que da fuego a su compañero: otro irlandés, James Owen McGlynn.
Pero en Harresi Kulturala Elkartea están convencidos de que se trata del balmasedano Natxo Ibargüen y a documentarlo dedicaron varios exhaustivos artículos en su blog. «Si comparas la foto del almuerzo con otras de los mismos obreros sacadas ese día, como en la que se les ve con un balón en las manos, con las fotos de Ibargüen esos años, le reconoces perfectamente», comenta Pikizu.
«Ibargüen vivía en Brooklyn, muy cerca de Manhattan, a donde iría a trabajar todos los días», añade el investigador, que ha documentado la entrada del balmasedano en Estados Unidos en 1921, después de vivir en Argentina, a donde había llegado desde Balmaseda en 1919, y en Gran Bretaña. «Entró a bordo del barco 'President Filmore', recalando en la isla de Ellis, pasando por Inmigración y quedándose definitivamente en la ciudad de los rascacielos». Había trabajado como marino pero, como tantos otros, tras el crack de 1929, pudo conseguir trabajo en la construcción de rascacielos.
En Nueva York Ibargüen conoció a una empleada en la embajada de México que resultó ser natural de Berango, Esperanza Ojinaga, que había llegado a Estados Unidos con 6 años. Se casaron hacia el año 1927, cuando Esperanza tenía 16 años. «Tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales murieron de pequeños. Cuando se tomó la fotografía del almuerzo en la viga Ignacio Ibargüen tenía dos hijos vivos, el pequeño Donald con tan solo cuatro meses y Louise con poco más de un año», explica Pikizu.
Y fue Donald, 'Dani', precisamente el que en una de sus muchas visitas a su familia de Bizkaia, con la que recuperó y mantuvo un o frecuente –«llegó a venir hasta dos veces al año»–, reconoció a su padre, fallecido en 1957, cuando vio la foto, convertida en poster, en manos de uno de esos familiares. «El segundo por la izquierda es mi padre», dijo con lágrimas en los ojos a sus sorprendidos allegados, señalando a Natxo, que da fuego a su compañero, Matty, a más de 200 metros de altura sobre la calle 41.
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