Donostia Kultura pide que los Zuloaga pacten un interlocutor para hablar del legado del pintor

Insausti consideró que las condiciones que marcaron en su día los donantes se cumplen, dado que existe desde 1966 una sala dedicada en exclusiva al pintor eibarrés, presidida con un busto del pintor realizado por Beobide. También apuntó que Donostia Kultura entiende que hay de la familia de Zuloaga que no comparten la reclamación efectuada por uno de los herederos, por lo que pedirán a los sucesores que nombren «un interlocutor» para tratar el asunto con las instituciones culturales donostiarras.

El concejal del PP Jorge Mota recordó, por su parte, que una de las condiciones para la donación era que las siete obras estuvieran de forma «permanente y a perpetuidad» en una sala de San Telmo en la que solo hubiera obras suyas. El edil preguntó si se cumplen las condiciones que pusieron los hijos del pintor para mantener estas obras en San Telmo.

El delegado de Cultura reiteró que «salvo cuando se han hecho restauraciones o cuando han sido prestadas» las obras del artista están en una sala dedicada al pintor. «Estoy seguro de que se cumplen las condiciones –afirmó el concejal– y vamos a trabajar para que las obras no abandonen el museo», explicó en el marco de la comisión municipal.

Tal como adelantó este periódico el 19 de febrero, una de las tres 'ramas' de herederos de Zuloaga, encabezada por Rafael Suárez de Zuloaga, presentó ante el Ayuntamiento una reclamación en la que solicita la reversión de siete obras del creador eibarrés que fueron donadas por la familia a San Telmo en 1967. El reclamante considera que el museo incumple las condiciones que fueron fijadas por los donantes, Lucía y Antonio Zuloaga, hijos del pintor.

Entre las condiciones establecidas en la donación se decía que las siete obras, seis cuadros y un dibujo, «deberán permanecer expuestas a perpetuidad en el museo, en una sala que llevará claramente escrito el nombre de 'sala de Ignacio Zuloaga', con exclusión de dibujos de pinturas de otro autor». También se establecía que la familia debía autorizar cualquier préstamo de esas obras para exposiciones fuera de San Telmo, y que en caso de incumplirse las condiciones «la propiedad de las obras revertería de nuevo en los donantes o en los herederos».

Desde el Ayuntamiento se remarcó entonces que se cumplen las condiciones pactadas «y no hay lugar para la reclamación». El municipio, consciente de que no hay acuerdo entre los herederos, pide ahora ese interlocutor «consensuado» para responder a la reclamación.