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A falta de rivales sobre ruedas, a Tadej Pogacar (UAE) le crecen los adversarios dialécticos, con un argumento tan viejo como el ciclismo mismo. ... Su apabullante superioridad suscita recelos en el más receloso de los deportes. Ayer era el día para verbalizarlos. La primera de las jornadas de descanso del Tour de Francia fue la del interrogatorio al líder y único favorito para llegar de amarillo a París.
El patrón de la carrera respondió con la misma frescura y agilidad exhibidas cuesta arriba. «Cuando alguien no cree en mí, trato siempre de demostrarle que está equivocado», zanjó ante preguntas capciosas. «Nos sometemos a numerosos controles para contradecir a los escépticos», añadió. Aseguró que en la jornada del domingo fue sometido a tres controles antidopaje, dos antes de la salida y otro al final de la etapa finalizada en Tignes.
Ya venció en el Tour del año pasado. Ahora quiere convencer. Arrebató la carrera a su compatriota Primoz Roglic el último día hace diez meses y «una de mis grandes motivaciones ha sido demostrar que no fue un accidente, basado en una sola contrarreloj. Este año estoy motivado con la idea de demostrarme a mí mismo, y al mundo, de lo que soy capaz de hacer», declaró.
«¿Por qué dudar?», estimaba el ganador del Tour 2010, el luxemburgués Andy Schleck. «Es quizá el mayor talento que hayamos visto desde Eddy Merckx. No lo sabemos aún hoy, está al comienzo de su carrera«. »No tengo motivos para dudar del resultado«, aseguraba el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) David Lappartient.
Pero hay quien duda. El director del Tour Christian Prudhomme ha señalado en relación a la lucha antidopaje que «es evidente que ha funcionado al ralentí, como cualquier otra actividad por la pandemia», aunque la UCI precisó antes del inicio en Brest que la situación había vuelto a la normalidad por el número de controles realizados, tanto en competición como fuera de ella.
Enfrentado a la sospecha, Pogacar también paga por su nacionalidad, ya que Eslovenia fue un país en el centro del asunto Aderlass, una red de dopaje destapada en 2019, primero en Austria pero después en otros países como en esta exrepública yugoslava. Conviene precisar que el nombre del ciclista nunca apareció en esta red. «El público siempre duda», lamenta Andy Schleck.
Otro vencedor del Tour, el francés Bernard Thévenet, ha declarado sobre Pogacar que «su rendimiento es fantástico, extraordinario, pero eso ya se ha visto en el ciclismo». El Tour ha aprendido a ser prudente en este aspecto, sobre todo tras el traumático periodo de Lance Armstrong, cuyas siete victorias entre 1999 y 2005 fueron anuladas años más tarde.
Mientras tanto, el Movimiento por un Ciclismo Creíble, la asociación de equipos que lucha contra el dopaje y a la que no pertenece el UAE, asegura que siempre hay que estar vigilantes, lo que llevó a la agencia AFP a difundir ayer dos preguntas en la caravana del Tour. La primera. «¿Ha entrado el Tour de nuevo en un periodo de sombras?». Y la segunda. «¿Están prohibidas las hazañas en el ciclismo?».
Han sido los propios compañeros de fatigas de Pogacar los que se han mostrado asombrados por las exhibiciones del esloveno en los Alpes. Siguen apelando al factor humano para autoinsuflarse ánimos y pensar que dos semanas más de Tour dan para mucho. El líder del Movistar, Enric Mas, dijo, por ejemplo, que «el amarillo está difícil, pero a mí Pogacar no me tiene comida la moral. Hemos visto otras veces a gente perder una minutada. No me estoy refiriendo a Pogacar, pero en una vuelta grande de tres semanas puede pasar de todo».
Desde la relajación del día de descanso, Richard Carapaz (Ineos) también señaló que «vamos a seguir luchando y hasta París queda mucho camino por recorrer. En el equipo estamos muy convencidos de hacerlo», insistió, prometiendo «mucha acción» en lo que resta de carrera. «Esta próxima semana será diferente, con cambio del tiempo, algo más de calor y a ver cómo van los demás corredores». ¿Lo diría por Pogacar? Ineos no ha dicho su última palabra en el Tour. Su director deportivo, Dave Brailsford, afirmó ayer que «mantenemos la mente fría. El rendimiento de Pogacar es fantástico, pero nunca se sabe lo que puede pasar».
Hoy vuelve la calma. En siete días habrá otra jornada de reflexión en el Tour. Más balances e interrogatorios. ¿Conseguirá Pogacar convencer a los que dudan de él?
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