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La apuesta de futuro, y también de presente, del comercio exterior de las empresas guipuzcoanas y vascas pasa por la diversificación de sus mercados, según ... avanzan desde Cámara de Gipuzkoa. Francia, Alemania e incluso Reino Unido siguen tirando con fuerza, pero el debilitamiento de la economía germana, en especial en el sector de la automoción, se ha traducido en una especie de toque de atención a los exportadores de Euskadi, que miran con cada vez más intensidad a la otra orilla del Atlántico. Las principales compañías de los tres territorios han encontrado en los Estados Unidos un cliente «fiable y competitivo» -su economía crece el doble que el de la Eurozona- y, sobre todo, un mercado «atractivo» que ha animado en los últimos años a las firmas vascas a abrir un centenar de fábricas en el gigante americano, tal y como revela un informe de la Agencia Vasca de Desarrollo Empresarial (Grupo Spri).
Esta última cuestión no es baladí puesto que la política arancelaria que previsiblemente implantará la istración de Trump castigará a quien no realice su producto en el país norteamericano. En el caso del tejido económico vasco, alrededor de un centenar de empresas vascas, que suman 99 fábricas, eludirán los tributos aduaneros al tener implantaciones productivas dentro de la frontera de EE UU, un registro nada desdeñable que postula al país norteamericano como un «socio clave», aseguran desde el Grupo Spri, organismo del Gobierno Vasco.
Cabe subrayar que el programa económico que plantea Donald Trump propone imponer aranceles de entre el 10% y el 20% a todos los productos procedentes de cualquier país del mundo, que se sumarían a los ya impuestos a China. Fuentes de las principales empresas guipuzcoanas y vascas con relaciones comerciales con EE UU reconocen que observan «expectantes» la posibilidad del impacto de estas políticas arancelarias, aunque las que cuentan con implantaciones productivas en el país evitarían los citados tributos aduaneros. Además, este centenar de firmas pueden acceder a muchas líneas de ayuda que lanzó el presidente Joe Biden con la Inflaction Reduction Law (IRA, por sus siglas en inglés).
Pero vayamos por partes. Una cuestión es el volumen exportador de las firmas vascas en EE UU -que crece año tras año y ya es el tercer cliente con más peso, según los últimos datos de la dirección provincial de comercio exterior (ICEX)- y otra, la implantación comercial y productiva de Euskadi en EE UU, cuyos datos, desgranados de forma inédita por el Grupo Spri, desvelan una importante apuesta por una mayor presencia de las compañías de los tres territorios en Norteamérica.
Esto se explica, por una parte, por el lógico atractivo de EE UU debido a su fortaleza económica, pero también por algunas herramientas legislativas proteccionistas, como la ley 'Buy America', que otorgan preferencia discriminatoria a lo realizado en el país norteamericano, en especial cuando se tratan de adjudicaciones o contrataciones de proyectos u obras que beben de fondos federales. Esta última cuestión ha llevado a un buen número de compañías vascas a abrir plantas productivas en el país para acogerse a la ley y acceder a grandes proyectos federales.
Un ejemplo que clarifique este asunto puede ser el caso de CAF. Fuentes de la compañía beasaindarra, que llegó a EE UU en la década de los 2000 y dispone de una fábrica que emplea a cerca de 200 personas en Elmira (Nueva York), explican que para acceder a adjudicaciones de proyectos para metros o tranvías de distintas ciudades deben realizar parte del trabajo de los ferrocarriles en suelo americano, con productos y mano de obra del país, tal y como dicta la citada ley. La firma guipuzcoana ha trabajado con ciudades como Washington -donde dispone de una oficina comercial- Sacramento y Pittsburgh, y en estos momentos están realizando 102 unidades de tranvías para Boston.
Antes de entrar en las principales áreas económicas vascas con presencia en EE UU, conviene diferenciar entre las implantaciones comerciales y productivas. El informe del Grupo Spri revela, por una parte, que 137 empresas vascas tienen presencia en EE UU en alguna forma, y éstas suman un total de 239 implantaciones comerciales y productivas. De todas ellas, 140 son comerciales -oficinas, almacenes o tiendas de venta de productos exportados de Euskadi a las que sí les afectaría el previsible aumento de aranceles-, y las citadas 99 son productivas -fábricas para el desarrollo, producción y posterior venta de los productos-.
Los principales sectores representados son las tecnologías de fabricación avanzada, la automoción y las energías renovables. Sobre esta precisa cuestión, los expertos del organismo del Gobierno Vasco explican que existe «una sinergia entre los sectores que están impulsando EE UU y los sectores en los que las empresas vascas son líderes mundiales: aeroespacio, energías renovables, maquinaria y equipos, automoción, fabricación avanzada, y en general productos de alta tecnología». Además, «los programas de incentivos aprobados por la istración Biden para fomentar la producción nacional y el desarrollo de las energías limpias, como la IRA o la Chips Act, han supuesto un apoyo adicional a las inversiones de las empresas vascas», agregan.
En cuanto a la elección geográfica para la disposición de las plantas productivas vascas, el informe constata que la gran mayoría elige la costa este, con estados como Michigan, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Pennsylvania, Connecticut y New Jersey a la cabeza. Todos los datos se pueden ver en el gráfico adjunto a esta información. La cooperativa Ulma o la vizcaína de automoción Gestamp son dos ejemplos de compañías vascas que cuentan con implantaciones productivas en esta zona. Fuentes de Ulma explican, en esta línea, que «la diversificación de negocios y mercados ha sido y es un aspecto clave que nos ha permitido sortear las dificultades, crecer y alcanzar nuestro posicionamiento actual en EE UU».
La elección de la costa este depende, en general, de factores como «la proximidad de clientes y proveedores, la cercanía de puertos e infraestructuras de transporte, la disponibilidad de mejores y mayores conexiones aéreas con Euskadi o una menor diferencia horaria», apuntan desde el grupo Spri, sin dejar de la do a otros estados como Illinois o Wisconsin, que «han sido tradicionalmente destinos atractivos para las empresas vascas debido a su gran tejido industrial».
Sin embargo, estados del sur y sudeste, como Florida, Tennessee y Texas, también se han posicionado como un destino preferente de la inversión extranjera en los últimos años, y han logrado «un gran número de implantaciones vascas», subrayan desde el Grupo Spri. Un ejemplo es Ampo, que cuenta con una oficina comercial en Houston (Texas) desde la década de los 80. Fuentes de la firma con sede en Idiazabal explican que en la ciudad tejana han encontrado un «mercado atractivo debido a su relevancia histórica en el sector energético», que se suma a otros factores que mencionan los expertos de Spri, como el fortalecimiento de cadenas de suministro e infraestructuras modernas, así como menores tipos impositivos.
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