Sobre la anunciada política arancelaria que llevará a cabo Donald Trump, los expertos del grupo Spri reconocen que «es evidente que la imposición universal de ... aranceles afectaría de forma negativa a las empresas europeas, en general, y a las vascas, en particular». Sin embago, señalan que «de momento son sólo propuestas y su impacto dependerá de la combinación de políticas que se adopten finalmente, y de cómo irán estructuradas».
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Los tributos que más pueden perjudicar a las empresas vascas en su conjunto son «aquellos que afecten al acero, al aluminio, al sector de la automoción, la maquinaria y los equipos», apuntan desde el organismo.
En este sentido, desde el grupo Ulma, que emplea a cerca de 300 personas a través de distintas filiales en EE UU y cuyo volumen de negocio se sitúa en los 170 millones de euros anuales, reconocen que «el incremento de los aranceles es uno de nuestros grandes temores, pero al mismo tiempo vemos oportunidades de crecimiento en nuestros principales sectores de actividad en el mercado norteamericano». Por ello, agregan que «2025 puede ofrecer un escenario más favorable a la actividad de las filiales en territorio estadounidense, pero por otro lado, un mayor proteccionismo podría impactar de forma negativa en las exportaciones».
La cooperativa guipuzcoana estima que «los sectores de petróleo, gas y minería pueden verse favorecidos por una menor regulación. Se habla también de una rebaja fiscal para las empresas, pero al mismo tiempo se teme una subida de la inflación por efecto de un dólar más fuerte», señalan. En cualquier caso, la firma ve «amenazas y oportunidades» ante la nueva istración.
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Por su parte, desde Ampo, que reciben desde el mercado estadounidense entre el 15% y el 20% de su facturación anual, detallan que «no se vieron directamente implicados» en la política arancelaria del anterior mandato de Trump, aunque reconocen que «en caso de ser necesario, revisaremos nuestras estrategias de mercado con el fin de mantener nuestra competitividad».
Eduardo Zubiaurre, que fue presidente de Adegi y Confebask, y que ahora comanda la firma familiar de cepillería metálica JAZ Zubiaurre, que cuenta con una planta comercial en EE UU, cree que una política arancelaria dura le puede ser perjudicial al país. «Habrá que esperar a las medidas concretas», comienza, «pero si aumentan los aranceles, la inflación puede acabar subiendo, algo que quieren controlar. El país se ha desindustrializado en algunos sectores, y si no hay una oferta local, se va a ver obligado a importarla y va a ser más cara».
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Al mismo tiempo, analiza, «si bajan los impuestos generarán más déficit. Esto llevaría a subir los tipos de interés en EE UU, más que en Europa, lo que puede hacer que el dólar se fortalezca, lo que favorecería las exportaciones», conluye.
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