Donostia, la capital del Estado con la mayor tasa de viviendas con empleadas del hogar

En la clasificación destaca, asimismo, el guarismo presentado por Getxo que, pese a no ser capital de territorio y tener una población menor que otras ciudades, alcanza el 20,6%, debido a la gran cantidad de familias de alta renta residentes en esa localidad vizcaína. Vitoria se queda en una tasa del 5,8%, y en la lista figura Irun, con un 6,7%.

En el caso de Donostia, en concreto, 11.689 viviendas del total de 73.821 utilizaron algún tipo de servicio doméstico remunerado -categoría en la que se agrupan las empleadas de hogar y similares- en 2021, los datos más actualizados y publicados recientemente por el portal estadístico estatal. Y en el conjunto de Euskadi, un total de 36.726 hogares contrataron a alguien relacionado con el sector doméstico, una de cada diez casas.

En valores absolutos fue en Madrid donde más hogares contrataron a trabajadoras, con un saldo de 178.960 viviendas respecto al total de 1.283.710, seguido por Barcelona, con 74.734 respecto a la suma total de 635.685. Sin embargo, las cifras de la Seguridad Social dicen que el 15% del empleo doméstico se ha destruido en los últimos años en el Estado, desde las 430.000 afiliadas que había en 2015 hasta las 360.777 actuales. Algo similar ocurre en Gipuzkoa, que contaba en agosto de este año con 8.775 empleadas de hogar, 476 menos que el año anterior, lo que supone volver a registros de 2014, cuando había 8.450 afiliados en este sector.

Las razones de este fenómeno se achacan a los incrementos de los costes a consecuencia del SMI y la escalada de cotizaciones, entre otras variables. Pero, ¿cuánto cuesta realmente contratar a una trabajadora del hogar?

Para empezar, hay que tener en cuenta que las empleadas del hogar tienen que estar dadas de alta en la Seguridad Social de manera obligatoria desde 2012, y su salario será siempre, como mínimo, el determinado por el SMI. Además, este colectivo integrado por el 90% por mujeres no se rige por el Régimen General para cualquier contribuyente, es decir, dispone de una base de cotización especial dividida en ocho tramos, y definida por el Ministerio de Seguridad Social, al estilo de los trabajadores autónomos.

Por ejemplo, si la retribución bruta mensual de una empleada doméstica se sitúa entre los 644,01 y 814,00 euros, su base de cotización será de 729 euros. Bajo esta circunstancia, sin embargo, una trabajadora puede cobrar menos de lo que cotiza a la Seguridad Social y, por ello, en los nuevos Presupuestos Generales -cuya votación pospuso el Gobierno de Pedro Sánchez- se prevé que la cotización se realice sobre el salario real.

En cualquier caso, el costo del empleador para contratar a una trabajadora del hogar depende, lógicamente, de las horas por las que se rubrica la relación laboral. La mayoría de los contratos, eso sí, son temporales y en el caso de que sean de menos de 120 días al año de trabajo efectivo o indefinidos de menos de 3 días de trabajo por semana, en los que el pago se efectúa por las horas efectivamente trabajadas cada mes, el importe del SMI aumenta en un 5%, pasando de los 8,45 euros (que se cobran en los contratos indefinidos de más de 3 días de trabajo por semana) a los 8,87 euros brutos la hora. En este último importe ya están incluidas la parte proporcional de las pagas extra, de vacaciones y festivos. En las tablas que acompañan a esta información se aprecian los costes de las contrataciones al detalle.

Cabe detallar que el Gobierno central aprobó recientemente una reducción general del 20% por contingencias comunes para todos los empleadores, y de hasta el 45% si se trata de familias numerosas, con el objetivo de ayudar a las viviendas y evitar la sangría del descenso de afiliadas de este sector en los últimos años.

En este sentido, el Ministerio de Seguridad Social tiene también en su hoja de ruta que ciertos empleadores de «familias con rentas bajas puedan beneficiarse de bonificaciones del 30% o 45%» en las cuotas por contingencias comunes, pero todavía sigue pendiente de desarrollo reglamentario.

Julián Bartolomé, agente de 'Nómina Hogar' que gestiona nóminas, contratos y finiquitos para empleadas de hogar, corrobora que «hemos notado que el ritmo de las contrataciones ha bajado» durante los últimos años. El experto de la firma que trabaja con clientes por todo el Estado, y que elabora cerca de 500 contratos de este tipo al año, opina que «estas bonificaciones no son suficientes» para paliar el descenso de afiliación. «Hay muchas unidades de convivencia de una, dos o tres personas que necesitan el servicio por diferentes razones, como la conciliación, y se tienen que desprender de ello porque no pueden hacer frente a los costes. Mientras que otras familias numerosas que sí tienen recursos económicos reciben una reducción del 45%», agrega el técnico madrileño.