«Ante el cáncer de mama, más investigación»

Mujeres y hombres, de distintas edades, recorrieron la costa de Donostia, en un camino de unos 4,5 kilómetros. Entre ellos, había familiares de pacientes de cáncer de mama, personas que habían perdido a un ser querido por esta enfermedad, ciudadanos que sin vivirla de cerca querían mostrar su apoyo a quienes conviven con ella y, también, enfermos. Si bien el cáncer de mama es una patología asociada a la mujer, también existen hombres que son diagnosticados de esta enfermedad, como el bergararra Juan. Hace una década que se le «inflamó» el pezón y la areola. Por aquel entonces tenía 69 años y «nunca» se hubiera imaginado que ese era un síntoma del cáncer de pecho que tenía. Menos del 1 % de todos los casos de cáncer de mama se diagnostican en hombres. Sin embargo, «se lo comentamos a nuestra hija, que es enfermera, y enseguida nos dijo que fuéramos al médico», recuerda Juan, que ayer participó en la marcha junto a su mujer, Inés.

Desde «el primer momento» les dijeron que era «un tumor malo». Para Inés fue «horroroso, un 'shock'. Lo pasé muy mal», ite. Pero en cambio Juan, que luego se tuvo que enfrentar a dos intervenciones y «tomar pastillas durante cinco años», se lo tomó «con filosofía. No puedes pensar que por tener cáncer vas a morir. Impacta, y más cuando a un hombre le diagnostican este tipo de tumores en el pecho, porque no te lo esperas. Pero puede pasar», dice.

Ahora está «bien» y colabora de manera activa en la asociación Katxalin en Bergara, municipio en el que reside con su mujer. Tras su experiencia, ambos recomiendan «a cualquier persona, independientemente del sexo, hacerse revisiones, más aún cuando ha habido un caso cercano en la familia». Ellos lo llevan a rajatabla.

Tras sonar la canción 'Ixil ixilik dago' como homenaje «a todas aquellas personas que tienen que empezar de nuevo en Valencia», la marcha salió desde Alderdi Eder. Miles de personas, vestidas de rosa, con un objetivo común: concienciar sobre esta enfermedad y la importancia de recaudar fondos. Entre las decenas de participantes estaba la donostiarra Gemma, acompañada de su mujer y el hijo de ambas, Hodei. «Tengo dos operaciones de pecho por origen de cáncer», dice esta mujer, que conoce a «muchas mujeres cercanas» con tumores de mama.

Aunque en su caso, de momento, no ha desarrollado la enfermedad, «el susto» cuando le reaparecen las lesiones «es inevitable. Lo hemos pasado mal, el niño ha vivido muy de cerca todo en casa y es importante que participemos en este tipo de iniciativas también por él», asegura. Además, hace un lustro que Gemma participa en un estudio «a través de resonancias magnéticas anuales». Se lo propusieron y ella no dudó en decir que 'sí'. «No tenía nada que perder», dice, convencida de que «la investigación es la clave para terminar con esto».

La familia de Marta, también de San Sebastián, se encontraba unos metros más atrás. Junto a su padre, Bartolomé, y su hijo, Martín, esta donostiarra reconoce que tienen «un caso cercano de cáncer de mama en la familia». Por eso se animaron todos, en grupo, a la cita. «Hay que apoyar la causa y aportar nuestro granito de arena, si bien debería ser el Estado quien, a través de nuestros impuestos, destinara más dinero a la investigación en vez de dejar que los jóvenes científicos se vayan fuera en busca de mejores condiciones», sentencia.

Otro de los grupos que quiso mostrar su solidaridad con las pacientes de cáncer de mama fue el formado por Leda y sus amigas. Ayer fue la primera vez que asistían a esta caminata de Katxalin, pero acostumbran a ir a otras marchas, como las organizadas por la casa de la mujer deSan Sebastián. «De momento no nos ha tocado esta enfermedad de cerca, pero nadie está libre».

Los 31.250 euros recaudados se donarán al Grupo de Investigación del Cáncer de Mama del Instituto de investigación sanitaria Biogipuzkoa..