El italiano Alessandro Lorenziposa en el exterior del piso, en Gros, donde supuestamente iba a residir los próximos doce meses. GORKA ESTRADA

«Pagué 500 euros por una habitación y al llegar a Donostia no existía»

El estudiante italiano Alessandro Lorenzi afirma haber sido víctima de una estafa al adelantar el pago de una fianza de alquiler. Al llegar a la ciudad, el supuesto propietario no aparece

Martes, 3 de septiembre 2024, 02:00

La búsqueda no fue fácil pero después de seis meses 'peinando' plataformas de alquileres de pisos, encontró una habitación por 500 euros en Donostia ... en el barrio de Gros. «Aunque era cara, no pintaba mal», dice el italiano Alessandro Lorenzo, que llegó desde Roma a la capital guipuzcoana el pasado miércoles para continuar sus estudios de Arquitectura con una beca Erasmus. Sin embargo, al llegar se encontró con que ni existía el piso del anuncio, ni había rastro del supuesto propietario. «Me han estafado», afirma indignado. La Ertzaintza, según ha confirmado a este periódico, ha abierto una investigación tras la denuncia interpuesta por este joven de 26 años, que alerta de que «hay otros veinte compañeros más a los que les ha pasado lo mismo. También pagaron cada uno 500 euros como fianza».

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El anuncio prometía una habitación para estudiantes «en una céntrica ubicación» de Donostia, en el portal Idealista. «Tenía fotos del piso, hablé varias veces con el supuesto dueño y hasta entregué un depósito por transferencia bancaria. Además firmé un contrato de arrendamiento», explica, creyendo que acababa de cerrar una reserva legítima. El precio que ofertaba el anuncio se asemejaba a los de localizaciones similares –normalmente cuando los precios son muy bajos resulta llamativo– por lo que no pensó que pudiera ser una estafa. Pronto descubriría el pastel.

Alessandro siguió en o con el supuesto estafador hasta el día que llegó a Donostia, el pasado 27 de agosto. «Me escribió y me dijo que le esperara en la estación de autobuses, donde Tabakalera, para venir a recogerme, pero allí no aparecía nadie. Le estuve llamando, whatsappeando... Pero no contestaba», relata. Y empezaron los nervios. Tras varias horas de espera, se dirigió con maleta en mano a la dirección donde supuestamente se iba a alojar, en la calle Peña y Goñi del barrio de Gros. Tampoco hubo suerte. Después de varias vueltas a la manzana para cerciorarse de que era la dirección correcta, terminaron por confirmarse sus peores temores.

Dónde dormir

«Toqué el timbre y me respondió una vecina. Y claro, alucinó porque ella no sabía nada de lo que le estaba contando», explica Alessandro, aún sin acabar de creérselo. «No tenía donde dormir, estuve llamando a varios alojamientos de la ciudad pero estaban todos llenos y al final encontré sitio en un hostal en el Centro, en el que he estado durmiendo durante una semana, pero mi maleta y mis cosas están repartidas por taquillas de la ciudad porque no había sitio en el hostal». Este joven venía con una beca Erasmus con un año de duración y el equipaje no es precisamente ligero. Sin embargo, era la menor de sus preocupaciones. «é con Idealista para contarles todo lo que me pasó y se han lavado las manos. No me han ofrecido ninguna solución y lo que me han dicho es que a la hora de buscar alquileres hay que prestar atención. Al menos ya no está el anuncio colgado en la web». Sin embargo, este joven alerta de que «hay más estudiantes a los que les han estafado como a mí».

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Lo sabe porque lo primero que hizo después de denunciar estos hechos ante la Ertzaintza fue avisar al grupo de whatsapp del que forman parte más estudiantes de Erasmus. «Les escribí contando todo y empezaron a poner lo mismo, y somos ya cerca de veinte personas, pero puede que haya más y que lo desconozcamos», afirma.

Captura del móvil de Leonardo con el supuesto estafador.

Todos han realizado el pago para la reserva de este 'piso fantasma' y muchos aún no han llegado a la capital guipuzcoana, pero esperan hacerlo durante los próximos días. Es el caso de Leonardo Cicarè, un joven residente en Trento que consiguió una beca Erasmus para comenzar sus estudios de Arquitectura en la UPV/EHU durante el primer semestre del curso. Tras una larga búsqueda en la plataforma Idealista por la «escasez» de ofertas, dio con este anuncio. Y cayó en la misma trampa. «El estafador nos pidió nuestro número para enviarnos fotos por whatsapp, hicimos también vídeollamadas donde se mostraba la casa. Había prisa por pagar, lo que nos pareció bastante comprensible por la alta demanda de casas. Además, el defraudador tenía un contrato firmado con datos, pero no pudimos comprobar que el IBAN y el DNI pertenecieran realmente a esta persona. El dueño nos pidió un depósito a cada uno de 500 euros y firmamos el contrato. Durante todo este tiempo esta persona se mantuvo en o con nosotros, acordando el día de llegada con cada uno», explica este joven, que ya ha interpuesto una denuncia en su país alertando de estos hechos.

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Ahora que sabe que todo era una estafa, busca a contrarreloj un lugar donde poder alojarse los próximos meses, un proceso que está resultando complicado ya que «los precios están por las nubes y las ofertas son nulas. Cuando llegue a Donostia, el viernes, buscaré casa en persona. Aún me quedan dos días para encontrar algo», dice sin grandes esperanzas. En este sentido, explica que «escribimos a la universidad pero la única residencia de estudiantes está llena. Sólo nos dijeron que la búsqueda es difícil porque San Sebastián es muy turística». Cabe aclarar que las universidades suelen suscribir convenios internacionales para un número determinado de alumnos que luego pueden gestionar en sus propias residencias, pero no es el caso de estos estudiantes. «El servicio que se ofrece (desde la UPV) es Ostatu, una plataforma de anuncios verificados. El problema es que mientras en Bilbao los anuncios superan los cientos, en San Sebastián solo son unos 10-15, un número bastante estático desde que iniciamos la búsqueda en mayo», lamenta Leonardo.

A la hora de encontrar soluciones, desde la UPV/EHU tampoco tienen mucho margen de maniobra para ofrecer un posible alojamiento a estos estudiantes Erasmus, ya que «no podemos proporcionar habitaciones que no tenemos. La residencia en Gipuzkoa está llena y no hay ni una sola plaza», lamentan, al tiempo que iten la «necesidad» de oferta de alojamiento para estudiantes que existe hoy en día.

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