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JAVIER GARCÍA BLANCO
Viernes, 3 de diciembre 2021, 06:56
Con una situación que invita a cierto optimismo –aunque manteniendo la prudencia– y con el puente de diciembre y las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina, este invierno parece que por fin ha llegado el momento de viajar, de descubrir nuevos lugares o de reencontrarse con rincones ya conocidos. Te proponemos cinco destinos españoles para vivir un invierno inolvidable. ¿Listo para hacer las maletas?
Considerada a menudo el centro de Andalucía por su ubicación y por ser una auténtica encrucijada para distintas culturas durante milenios, Antequera conserva hoy un enclave envuelto en el misterio: el Sitio Arqueológico Dólmenes de Antequera, una gigantesca necrópolis prehistórica de más de 5.000 años de antigüedad que muchos han bautizado como «el Stonehenge español» y que, junto con la Peña de los Enamorados y el paraje de El Torcal, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
La visita a los dólmenes es especialmente atractiva en estas fechas porque el interior de uno de ellos, el llamado tholos de El Romeral, es iluminado por el sol durante el solsticio de invierno. Además de los misteriosos dólmenes hay que visitar el espectacular paraje de El Torcal, con sus bellos paisajes kársticos, y recorrer algunos de los ejemplos del rico patrimonio de la localidad: la imponente alcazaba de origen musulmán, la Real Colegiata de Santa María la Mayor –uno de los mejores ejemplos del renacimiento andaluz– y sus casas señoriales y palacios, como el de Nájera, hoy convertido en museo (MVCA), con importantes piezas, como el llamado Éfebo de Antequera y esculturas de Pedro de Mena.
Este año se cumple el 275 aniversario del nacimiento del célebre pintor maño, así que es el momento ideal para visitar la que fue su ciudad hasta los 29 años. Además de conocer algunas de sus obras de juventud, como las pinturas de la Cartuja del Aula Dei o las que decoran la basílica del Pilar –auténtico icono de la ciudad–, hay que hacer una parada en el Museo Goya y el Museo de Zaragoza, ambos con una valiosa colección del artista de Fuendetodos. En el caso de este último, a partir de diciembre acogerá una gran exposición bajo el título 'Goya, viajero y artista en el Grand Tour'.
Como estamos en el centro, no puede faltar una visita a las calles del mítico Tubo, auténtico santuario del tapeo zaragozano, con una oferta gastronómica casi interminable. Desde allí podemos continuar con una visita a La Seo, la otra catedral de la ciudad, en la que no hay que perderse el bellísimo muro de la Parroquieta, realizado en estilo mudéjar por maestros aragoneses y alarifes sevillanos. Cruzando al otro lado del río por el histórico Puente de Piedra llegamos al barrio del Arrabal, que este año ha vuelto a convertirse en punto destacado de Asalto –uno de los festivales de arte urbano más prestigiosos de Europa–, donde pueden verse decenas de obras de distintos artistas locales e internacionales. Ya fuera del centro histórico, hay que visitar la Aljafería –un antiguo palacio de época taifal reformado por los Reyes Católicos– y dar un paseo por la zona de la Expo, con joyas de la arquitectura contemporánea como la Torre del Agua o el Pabellón Puente, de Zaha Hadid.
Toledo es símbolo de la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos. Basta una visita por sus calles para descubrir ese impresionante legado, con ejemplos de patrimonio como las Puertas de Bisagra y del Sol, la sinagoga de Santa María la Blanca, el Cristo de la Luz –antigua mezquita califal de Bab al-Mardum– o la catedral, con su hermoso transparente, la pieza más espectacular del barroco español.
Pero además de toda esa riqueza histórica y artística, y de las hermosas vistas de la ciudad, como la que ofrece el mirador del Parador Nacional, Toledo cuenta en sus alrededores con otro motivo para una escapada: el parque temático Puy du Fou, dedicado a la historia de España (abierto hasta el 12 de diciembre). Además de vistosos espectáculos con cientos de actores que parecen salidos de una superproducción de Hollywood (destaca la función nocturna 'El sueño de Toledo', que repasa 1.500 años de historia de nuestro país), el parque ofrece recorridos por varios pueblos de época que reproducen la vida en distintos momentos de nuestro pasado, y también hay multitud de puestos, talleres y restaurantes. Un auténtico espectáculo para toda la familia.
Gran Canaria es siempre un destino ideal para una escapada o unas vacaciones, pero se hace especialmente apetecible cuando los termómetros descienden en la Península. Más allá de su agradable temperatura, de sus hermosas playas y de sus olas tan apreciadas por los amantes del surf, la isla canaria tiene otros muchos atractivos que también se pueden descubrir en los últimos meses del año.
En la capital, Las Palmas, podemos realizar una ruta por los lugares de la vida de Pérez Galdós, como la casa-museo en el barrio de Triana, donde pasó su infancia, el Gabinete Literario o el teatro que lleva su nombre. Tampoco puede faltar una visita a la Casa de Colón –llamada así porque el almirante la visitó en su primera travesía a América–o a las bellísimas dunas de Maspalomas, reserva natural y uno de los rincones más espectaculares de Gran Canaria. También hay que hacer un hueco para conocer la localidad de Gáldar, en el norte, y descubrir las pinturas rupestres que hoy se muestran en el parque arqueológico Cueva Pintada, o Teror, con sus tradicionales casonas de colores y balcones de madera.
Aunque el invierno no sea el mejor momento para disfrutar de sus aguas –en cualquier caso, no desanimamos a los más atrevidos–, la Costa Brava es también un destino perfecto para realizar una ruta –llegando hasta el Pirineo de Girona– y descubrir la fascinante historia de la región.
Para descubrir todos los secretos del pasado remoto de la región hay que hacer una visita a los MAC (Museu d'Arqueologia de Catalunya) de Ampurias y Ullastret; ambos ofrecen visitas teatralizadas para conocer los orígenes griego y romano de la Costa Brava. En Peralada, por el contrario, los ecos históricos son de época medieval y se dejan ver en las murallas, el bello claustro románico de Sant Domènec o su hermoso castillo. También podemos ver el conjunto monumental de Sant Pere de Rodes, cuyo monasterio benedictino fue el más importante del condado de Ampurias.
Ya en el Pirineo de Girona es el turno del modernismo, con joyas como las que pueden contemplarse en Olot, que cuenta con una visita guiada específica. En la comarca de La Garrotxa encontramos otra ruta, en este caso por la arquitectura más vanguardista, como la que firman los arquitectos del estudio RCR, galardonado con el prestigioso Pritzker. El broche de oro lo pone una visita al llamado 'Triángulo Daliniano', un territorio que abarca los municipios de Púbol, Cadaqués y Figueres, tras los pasos del genio del surrealismo.
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