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Panorámica de La Siberia extremeña. R. C.
Rural

Un viaje íntimo y revelador por la España vacía

Es en los desvíos de las carreteras secundarias donde aparecen los mejores destinos de ese otro país que nos conecta con nuestras raíces y merece ser rescatado del olvido

PRADO CAMPOS

Viernes, 10 de diciembre 2021, 06:44

Hay placeres indelebles. Esos que se graban en la mente en silencio, que se reposan y cobijan en cuerpo y alma para tirar de ellos en los momentos difíciles. Esos instantes fugaces que nos llenan de paz al respirar aire limpio y dejar de escuchar el tráfico incensante. Esos momentos en los que, frente al asfalto, nos deleitan las pequeñas casas tradicionales de ladrillo y colores o llegar hasta un bosque verde (andando) en apenas minutos. Esos recuerdos de charlas intermiables con la 'parroquia' mientras tomamos una caña, un vino, una tapa o un plato de cuchara... en el bar de la plaza. Este paisaje es el que nos regala el pueblo —a cada uno el suyo, pero también el de adopción aunque sea por un fin de semana—. Es el encanto único de esas pequeñas localidades que salpican la geografía española y que, ahora que la España vacía (o vaciada) llena titulares aquejada por una preocupante despoblación, necesitan que volvamos la mirada hacia ellas porque, sobre todo, nos ofrecen la oportunidad de reencontrarnos con nuestras raíces, con nuestra cultura y, por qué no, con nosotros mismos.

Según los datos del Insituto Nacional de Estadística (INE), el 90% de los españoles vive en tan solo 1.500 municipios, es decir, en el 30% del país. Esto significa que el 10% restante ocupa el otro 70% del territorio (con una densidad de población media de 14 habitantes por kilómetro cuadrado). O dicho de otro modo, hay una inmensa parte del país que espera a ser visitada y descubierta. Nos adentramos en ella en una suerte de ruta invernal y, sobre todo, tranquila. Lo hacemos de la mano de Javier Rico, autor de 'Guía de la España Rural' (GeoPlaneta), un magnífico libro que recoge 101 propuestas de viaje, organizadas mes a mes, para visitar los rincones más auténticos del país.

La comarca de La Siberia pacense, recientemente declarada Reserva de la Biosfera, es un buen punto de partida para este viaje. A finales de noviembre, como recuerda el autor, mirar al cielo y agudizar el oído tienen premio: las grullas vuelven a tierras extremeñas en grandes bandadas con sus potentes trompeteos en forma de anuncio. Precisamente en la localidad de Navalvillar de Pela cada año les dan la bienvenida con el Festival de las Grullas, que tiene su epicentro en el Parque Periurbano de Conservación de la Dehesa Moheda Alta y su centro de interpretación. En Puebla de Alcocer no solo cuentan con la proclamada rotonda «más bonita» de España, al rodear una península casi circular —el cerro de Masatrigo— en el embalse de la Serena, también presume del encanto medieval en sus callejuelas, las vistas del pantano desde el castillo y, sobre todo, del curioso Museo del Gigante Extremeño, dedicado a la figura de Agustín Luengo y sus 2,35 metros de altura. Cerca, Villarta de los Montes o Herrera de Alcocer son otros de los pueblos donde hay que detenerse para conocer esta comarca extremeña y probar uno de sus platos típicos: el 'escarapuche', una ensalada con carne de cerdo.

En cifras

  • 3.403 municipios españoles están en riesgo de despoblación. Representan, aproxidamanente, el 42% del total y el 2,4% de los habitantes, según un informe del Banco de España.

  • 80% de los españoles vive en zonas urbanas y se calcula que la crifra ascenderá al 88% en 2050, según datos de la ONU.

Siguiendo con los placeres culinarios, si noviembre es sinónimo de algo es de castañas... y la Devesa do Rogueira, en la Serra do Courel de Lugo, es su paraíso. El juego de verdes, ocres y rojizos de robles, tejos, acebos, hayas o abedules de este bosque (ejemplo en conservación de la biodiversidad) ya es suficiente para hacer una visita. Hay una ruta de 16 kilómetros perfecta para recorrer la 'devesa' remontando el cauce del Rego da Rogueira hasta el pico de Formigueiros. Cerca, podemos visitar las localidades de Seoane do Courel, Folgoso do Courel o Froxán, un pueblo recientemente restaurado que exhibe lo mejor de la arquitectura popular en sus casas de pizarra y que celebra el 5 de diciembre la Festa da Pisa da Castaña. Otras localidades como Seceda, Seara, Céramo, Compodolas y Moreira protagonizan la interesante Ruta de las Aldeas Paleozoicas .

Poderoso diciembre

Diciembre, apunta Javier Rico, es el momento perfecto para visitar el territorio del lince ibérico en la Sierra de Andújar (Jaén). Es cuando están más activos, en plena época de celo. Hay visitas guiadas para verlos, eso sí siempre acompañados por expertos para ayudar a la preservación de esta especie en peligro de extinción. Otro trío de ases segoviano que merece una visita en el último mes del año es Pedraza, Sepúlveda y Sotosalbos. En este último, a principios de diciembre se celebra #EnamoraSotosalbos, un homenaje al 'Libro del Buen Amor', del Arcipreste de Hita, con muchas actividades, claro está, con el amor como protagonista.

Soria, y en concreto, la Sierra del Moncayo (más desconocida en esta parte que en la zaragozana) también es perfecta para hacer trufiturismo en diciembre: el mes en el que comienza la recolección de trufa negra. Hay rutas guiadas para disfrutar de esta experiencia natural. Y a Soria, precisamente, también le escribe Sergio del Molino en su 'Atlas sentimental de la España Vacía' (GeoPlaneta), un libro que combina relatos e ilustraciones de Ana Bustelo para enseñarnos esos rincones, secretos y sensaciones más íntimas que se encuentran al coger los desvíos de las carreteras secundarias. Por ejemplo, en el corazón de esa España vacía, el escritor se detiene en Almazán para rememorar los primeros recuerdos de su infancia y los de esa casa con buhardilla hacia la Plaza Mayor, hoy irreconocible.

Del Molino, autor del ensayo 'La España vacía' que en 2016 puso sobre la mesa el problema de despoblación del país, traza con buenas dosis de ternura e ironía, a través de 32 relatos protagonizados por otras tantas provincias, la atmósfera única de esa España olvidada y arrinconada. Viaja hasta Teruel, provincia que hoy sufre una constante pérdida de población (el 11% de sus habitantes en la última década), pero que antaño estuvo superpoblada de grandes dinosaurios. Estos viejos moradores, afirma, se han convertido en un tesoro incalculable para la paleontología mundial... y, por qué no, para la recuperación de la provincia, al menos, en lo turístico. O hasta el Señorío de Molina guadalajareño, la comarca más deshabitada de España y que más población ha perdido en el siglo XX, o La Mancha de Argamasilla de Alba y Torre de Juan Abad donde compartieron cautiverio Miguel de Cervantes yFrancisco de Quevedo.

Historias que, como las de los habitantes que aún resisten en esta España rural, conforman la realidad de un país que tiene mucho que contar, especialmente a aquellos que se acercan hasta allí para escucharlas.

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