El último hallazgo retórico en la política española es «casquería». El presidente Sánchez se aferró al término en su cruce de acusaciones con Alberto Núñez ... Feijóo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso este miércoles para descalificar el uso en su contra de la filtración de los mensajes privados de Whatsapp con su antigua mano derecha en el Ejecutivo y en el PSOE, José Luis Ábalos. «Casquería» que acabará actuando como un bumerán contra el PP, vaticinan ya casi a coro los ministros y cargos del partido, que esgrimen su seguridad en que Sánchez agotará la legislatura y su convicción en el 'espíritu del 23-J' para intentar superar el cerco al se ve sometido el presidente y disipar la impresión de que la legislatura se adentra en el descontrol.
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«Con casquería se presentaron contra nosotros en 2023 y se fueron a la oposición. No aprenden», sostienen en Ferraz, en alusión a los populares y negando –lo hacen también cargos institucionales y orgánicos– que el desánimo esté cundiendo entre sus filas por las dificultades para imponer una agenda propia en medio de las presiones de los socios y de la ofensiva de la derecha por las causas por presunta corrupción que afectan al entorno de Sánchez y, ahora, por el serial en El Mundo de sus wasaps con el hoy casi apestado Ábalos. «El presidente tiene miedo por lo que ha hecho y dicho», rebatió este jueves Feijóo, de fiesta castiza en el San Isidro madrileño.
El PP no tiene intención de soltar la presa de la presión que emana desde los juzgados hacia su rival y ahora se ha colgado de los mensajes con el exministro para, entre otras cosas, acudir de nuevo a Europa a denunciar las supuestas irregularidades en el rescate público de Air Europa por 475 millones en 2020. El nexo que busca enlazar la 'trama Koldo/Ábalos/Aldama' con el 'caso Begoña Gómez' y los wasaps del presidente con su exministro. Wasaps que el ministro de Justicia, Félix Bolaños, enmarcó en Onda Cero en los sostenidos «ataques» de la derecha y la ultraderecha para intentar «destruir» a Sánchez personal y políticamente y ante los que llamó a «los demócratas», sean progresistas o no, a «rebelarse». Y el titular de Transformación Digital, Óscar López, incidió con «la política de casquería» para intentar devolver la pelota de la polémica al tejado de Feijóo. «Que pierdan toda esperanza, porque este Gobierno va a seguir gobernando», enfatizó.
Los socialistas se han afanado esta semana en rebajar el alcance de las revelaciones entre Sánchez y Ábalos, pese a incidir –lo reiteró Bolaños– en que desvelarlas es delictivo, y en subrayar que tienen nulas consecuencias judiciales. Pero el vía crucis en los tribunales apunta ahora a una nueva estación problemática, el esperado nuevo informe que la UCO de la Guardia Civil entregará al instructor del 'caso Koldo' en el Supremo, Leopoldo Puente. Un informe relevante blindado por el hermetismo, pese a la información de Artículo 14 de un supuesto pago de la red corrupta a Santos Cerdán, actual secretario de Organización del PSOE y negociador de Sánchez con Carles Puigdemont en Suiza, de dos vehículos –un Audi y un Volvo– para él y su mujer. En el listado de bienes declarados en el Congreso por Cerdán, que niega tener cualquier vehículo de la primera marca, además de cualquier comportamiento ilícito–, figura un Volvo XC60 con un crédito de 19.200 euros del que le restan por abonar 18.700.
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Por ahora, solo el conseguidor de la trama, Víctor de Aldama, había señalado directamente al número tres del PSOE por haber recibido ante él mismo, en una cita junto a Koldo García convocada supuestamente en una cafetería frente a Ferraz, comisiones por adjudicaciones de obra pública. A la espera de que se concrete la nueva investigación de la UCO, los socialistas se esforzaron ayer en subrayar que llueve sobre mojado con filtraciones interesadas y en remarcar «la indefensión» –en ello incidió Bolaños– en que queda «la honorabilidad» de cualquier señalado. «Sí, con toda claridad», aseveró el ministro al ser preguntado por si sigue poniendo la mano en el fuego por Cerdán.
En el PP confían en que el informe de la UCO y nuevos wasaps acaben por achicharrar a Sánchez y a su entorno. En la dirección nacional pronostican que habrá nuevos capítulos del «culebrón» que vive el Gobierno y que salpica de lleno a su presidente «podrido de corrupción» y que «no da para más». Ante ese «esperpento», y con un Ejecutivo «en vilo», pendiente de lo que publiquen las portadas de los periódicos, Alberto Núñez Feijóo volvió ayer a exigir la dimisión de Sánchez. «Ya todo lo que hemos conocido es motivo suficiente para que deje paso y que los españoles podamos hablar en las urnas», afirmó durante una visita a la madrileña Pradera de San Isidro.
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El líder de la oposición cree que el presidente no respondió la víspera en el Congreso a sus preguntas sobre los mensajes con Ábalos ni sobre su participación en el rescate de Air Europa porque «está rodeado» y «tiene miedo». «Tiene más allegados investigados –ironizó– que Presupuestos aprobados».
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