Imanol Pradales: «No vengo a ser el gerente del Gobierno Vasco sino a liderar la nueva Euskadi»

El verano ha llegado a Vitoria mientras Imanol Pradales está aún en fase de aterrizaje paulatino en Ajuria Enea como nuevo lehendakari. Se muestra empeñado en marcar con rapidez una impronta personal de cercanía y renovación. «No he venido a ser el gerente del Gobierno Vasco, sino a liderar la nueva Euskadi», sostiene.

–El último Deustobarómetro sitúa a la sanidad como una de las principales preocupaciones de los vascos. ¿Cuál es su primera medida de choque?

–Lo primero que quiero abordar es una ronda con partidos y agentes sociales a partir del 8 de julio en busca de un pacto sobre el sistema de salud vasco. Lo dije en la campaña. Sería bueno que con la sanidad no juguemos y que intentemos buscar puntos de encuentro. En el corto plazo, la sanidad vasca requiere un plan de choque con la atención primaria, que tiene que recuperar una accesibilidad rápida al centro de salud. Las personas tienen que tener la capacidad de hablar con la médica o el médico de referencia. Y mejorar las listas de espera y también el tiempo medio para someterse a una operación quirúrgica.

–¿En cuánto tiempo se pueden reducir?

–Ahora están en torno a los 63 días y me gustaría que las situáramos en los 50 días. La lista de espera media española es casi cercana a los 100. En prepandemia andaba en torno a los 50 días.

–¿Cuál es el verdadero problema de esas listas de espera?

–Hay un problema de gestión interna y de organizar mejor los recursos.

–¿Está satisfecho con el fichaje del doctor Alberto Martínez como consejero de Salud?

–Creo que el consejero y doctor Martínez es una persona muy sólida de reconocido prestigio profesional y que además le tocó abordar en la pandemia del Covid una de las tareas titánicas más complicadas que había que adoptar en el sistema, que fue reconvertir los hospitales, en el caso del Hospital de Cruces, que es donde ha trabajado, en las UCI. Es una de las personas que tiene plena capacitación desde el punto de vista profesional. Tiene capacidad de gestión y lo demostró en aquel momento. Y ha tenido a su cargo hasta hace escasas fechas a casi un centenar de personas, con lo cual sabe lo que es manejar equipos.

–En el Hospital Donostia hubo una protesta del colectivo de jefes de servicio que visualizó el malestar en el seno de Osakidetza. ¿Está encauzada esa situación o en vías de solución?

–En efecto, se encauzó, afortunadamente. Una de las tareas fundamentales del consejero de Salud y del conjunto del Gobierno Vasco es, sobre todo, escuchar internamente también al personal de los hospitales, a los médicos, a las enfermeras... El propio consejero de Salud va a estar con todos los responsables de las OSI, hospitales, centros de atención primaria, para escuchar precisamente a los profesionales del sistema sanitario.

–¿Empezará por Donostia?

–No sé. Tengo claro que su equipo va a sorprender positivamente.

–¿En cuánto tiempo podría alumbrarse un pacto vasco de Salud?

–Voy a proponer que en los próximos seis meses podamos abordar esta cuestión. En la campaña vi que había puntos de encuentro entre los candidatos. Pero más allá de los partidos, también es muy importante que los sindicatos, el sindicato médico y Satse (de enfermería) y los sindicatos de clase, pongan sus puntos de encuentro sobre la mesa. Esto es proyecto para el país.

–¿Era necesario batir un récord de número de consejerías?

–En ningún momento he estado pensando en batir ningún récord sino en cómo podemos dar respuesta a los problemas que la sociedad vasca nos está demandando. Por experiencia propia creo que la gestión de macrocarteras es muy dificultosa en el día a día. Lo comprobé gestionando una macrocartera en la Diputación Foral de Bizkaia. Por ejemplo, ¿hay una demanda social en relación con la vivienda? ¿Era relevante o no dar respuesta? En mi opinión, obviamente sí. O lo que está ocurriendo en el mundo del sector primario. ¿Era relevante dar un salto cualitativo en términos de ciencia y universidad? Había que hacer una apuesta que es muy personal, con ambición y personas de talento de fuera del Gobierno. Con personas como el doctor Martínez o como el catedrático Pérez Iglesias, ¿queremos o no transformar el país? ¿Queremos o no dar respuestas a las demandas que hay en el país? Si la respuesta es sí, había que abordar una estructura de gobierno más amplia.

–¿Le preocupa que uno de sus consejeros –Alberto Martínez, titular de Salud– figure en una grabación incluida en la investigación sobre una OPE y que la consejera de Agricultura, Amaia Barredo, fuera también denunciada ante el juzgado por un grupo ecologista?

–Me habla de una grabación que data de 2018 que no ha tenido ningún tipo de recorrido en ningún ámbito, tampoco en el judicial. No hay causa. Sobre la consejera Barredo, cuando era viceconsejera de Medio Ambiente dio luz verde a una autorización ambiental istrativa que después fue denunciada por un grupo ecologista. Tampoco existe hoy causa alguna. Lo que existe son unas diligencias previas, pero que en nuestra opinión no tienen recorrido porque la autorización istrativa de carácter ambiental que se dio en su momento contaba con los informes jurídicos y técnicos oportunos del propio Gobierno Vasco. Ahora bien, hasta que esa causa no se archiva, es algo que sigue estando encima de la mesa.

–¿Qué le parece que Erkoreka haya sido nombrado asesor de la Diputación de Bizkaia a los pocos días de dejar el Gobierno Vasco?

–No me compete opinar sobre los nombramientos de otras instituciones. A mí esta misma semana me tocó decirle que su etapa en el Gobierno Vasco concluía.

–Usted ha dicho a sus consejeros que hay que ser valiente. ¿Ha faltado valentía hasta ahora?

–Yo intento impregnar un estilo propio de gobernanza que quiero compartir con mi equipo. Hay que tener ambición para responder a los problemas e iniciativa. A los problemas hay que mirarlos a la cara. No hay que ocultarlos como la política del avestruz. Y no tenemos que tener miedo a equivocarnos. Por ejemplo, en la Ertzaintza hay que abordar un pacto sociolaboral que pacifique al colectivo. Obviamente, somos seres humanos, no somos perfectos y en alguna ocasión nos vamos a equivocar.

–¿A qué se refiere cuando recomienda a sus consejeros que no tengan miedo a tomar decisiones?

–Hay que reflexionar las decisiones, pero luego hay que decidir con rapidez. Y si la decisión no era la más adecuada, hay que reconocerlo, sacar la pata y buscar la solución adecuada.

–Y habla de hacer política con sensibilidad emocional, ¿qué quiere decir eso?

—Soy una persona que intenta empatizar con los problemas de la gente y pensar en cómo afectan las decisiones en las personas. Hay que salir de los ámbitos de confort de la propia institución, tener presencia social y estar con la sociedad civil organizada. Pisar la calle. Más que nunca.

–Da la sensación de que su tesis es una enmienda a la totalidad a lo hecho hasta ahora.

–Tenemos una sociedad que es muy madura y es muy adulta. Y es consciente de que disfruta de unos altos estándares y niveles de calidad de vida. Pero a su vez es muy exigente y en algunas cuestiones básicas lo puede ser más. Es una sociedad que ha cambiado, que es distinta y la tenemos que saber interpretar.

–En el primer trimestre de este año había 103.000 inscritos en Etxebide en busca de un piso de alquiler y su gobierno promete construir 7.000 viviendas. No parece que sea suficiente, ¿no?

–Aquí hay muchas cosas. Por un lado, tenemos una ley de vivienda estatal, que creo que no está teniendo los resultados que se preveían porque ha habido una retracción de la oferta: hay menos oferta en el mercado. Hay que pensar lo que hay que hacer porque no está funcionando. Por otro lado, están las capacidades que tiene el propio Gobierno Vasco. La regulación estatal afecta claramente a cómo se ha retirado la oferta en el mercado del alquiler. Desde el Gobierno Vasco lo que hemos fijado en el programa entre el PSE y el PNV es abordar la vivienda como una de las grandes prioridades de la legislatura. Para eso hay que hacer muchas cosas. Hay que promover directamente la construcción de viviendas por parte del Gobierno Vasco. Hay muchas que están desocupadas y hay que intentar reincorporarlas al mercado. Los ayuntamientos tienen mucho que decir. Más allá de fijarnos en una cifra. Hay muchos actores que tienen que participar.

–¿Le ha costado hacer fichajes para su Gobierno?

– La política hoy no es un mundo atractivo para determinados profesionales. Tenemos un gran proyecto y ha sido un elemento determinante para atraer a algunos de los consejeros, por la parte del PNV, que es la que me ha tocado gestionar a mí directamente. Y, pues sí, a veces recibes noes, aunque no ha sido lo más habitual.

–¿Cómo es su relación con el socialista Mikel Torres?

–Con Mikel tengo una muy buena relación desde hace tiempo.

–¿Será una legislatura de acuerdos?

–Me gustaría. Tenemos retos de corto plazo y también la necesidad de transformar el país a largo. Yo desde luego lo que tengo claro es que no he venido a ser el gerente o el director general del Gobierno Vasco. He venido a ser el líder de la transformación de la nueva Euskadi.

–¿Qué interpretación tiene que el PSE lleve las políticas de memoria y derechos humanos?

–Hay que interpretarlo en una clave de normalidad. Los dos partidos hemos dicho que tenemos que tener una memoria crítica y a su vez constructiva. Hay un pasado que no podemos obviar en este país y tenemos que ser exigentes. Y a su vez con la ambición de hacer una convivencia desde elementos de construcción en donde participen todas las familias y las culturas políticas de este país. También quienes estuvieron en el lado de la violencia en una época. Creo que el PSE va a hacer una fantástica labor y lo va a llevar con mucha normalidad.

–¿Qué piensa de esa idea que flota en el ambiente de que Gipuzkoa es un territorio relegado, si se compara con Bizkaia ?

–Soy lehendakari de las y los vascos, por lo tanto también de todas y todos los guipuzcoanos. Gipuzkoa tiene algunos elementos propios que son fundamentales para Euskadi y que además están a la vanguardia. En el ámbito científico, industrial y gastronómico es la referencia del país. Para avanzar con ambición hay que fijarse en Gipuzkoa. En este Gobierno Gipuzkoa tiene un peso específico. Y la propia portavoz del Gobierno es guipuzcoana.

–Se está construyendo la estación del AVE en Donostia y el coste es siete veces menor que la de Bilbao y la de Vitoria. ¿No cree que es un dato que evidencia las diferencias?

–Cuando alguien tomó la decisión de diseñar las estaciones y las construcciones, supongo que estaba basada en argumentos técnicos. Todavía se está dando vueltas respecto a los diseños definitivos de ambas estaciones y los costes que puedan tener cada una de ellas.

–¿Considera necesario que el Gobierno Vasco ponga dinero como fondos en determinadas empresas estratégicas para evitar la deslocalización?

–Necesitamos tener instrumentos financieros potentes en este país para acompañar a la transformación industrial de Euskadi. Tenemos un tejido industrial que es dinámico y que es competitivo y hoy está permitiendo crear riqueza y empleo de calidad. Y voy a poner un ejemplo. En las EPSV vascas, el ahorro de las y los vascos, hay depositados en torno a 28.000 millones en estos momentos. Somos quienes desde el Gobierno regulamos las EPSV vascas.

–¿Cómo ha ido el relevo de Iñigo Urkullu como lehendakari?

–Muy bien. Estuve con el lehendakari Urkullu en este mismo Palacio de Ajuria Enea el domingo durante tres horas y se volcó conmigo. Ha hecho un trabajo gigantesco, dejando un legado de más de 1.500 folios de documentación de traspaso que hay que ir digiriendo.

–Con más perspectiva, ¿no cabe mejorar el proceso de sucesión?

–En su día ya me pronuncié y dije que no había participado en aquel proceso. Era el invitado de última hora. Las explicaciones que se dieron en aquel momento ya están dadas. Yo no tengo mayor cuestión que decir al respecto.

–Estamos en el Palacio de Ajuria Enea. ¿Vivirá aquí con su familia?

–No, yo voy a tener la residencia habitual en Portugalete, que es donde vivo. La red familiar es muy importante. Lo cual no impide que también pueda estar en el Palacio de Ajuria Enea en algunas ocasiones.

–¿Pero se puede vivir en el palacio, no?

–No es especialmente funcional, no es fácil. Por lo poco que he conocido, porque aún lo estoy descubriendo, no es el mejor lugar, no es una vivienda típica. Pero sí se puede estar y residir, claro.

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